(Historia con lenguaje explícito y escenas +18.)
NUEVE:
Las carcajadas salían de mi boca sin control mientras las manos de Serkan no paraban de moverse sobre mi estómago. Lo había desquiciado hasta tal punto que se había cobrado venganza con un ataque de cosquillas en mi contra.
- Para, por favor, para- de verdad, no podía dejar de reír. Realmente llevaba una semana sin poder dejar de hacerlo siempre que pensaba en lo bien que estábamos en este momento-
- ¡Jamás! Primero tienes que retirar lo que has dicho sobre mi pelo- me reí con más fuerza al recordar como había bromeado junto a Engin sobre surfear en la ola de su pelo-
- No pienso retirarlo porque es la realidad- reí mientras me movía en el sillón, intentando escapar de sus manos- Por favor, déjame que te haga trenzas- y esa fue la gota que colmó su vaso porque me soltó abruptamente y me miró con enfado-
- Perdón por haber estado demasiado ocupado recuperando mi vida, lo siento, fallo mío por no pensar en lo poco atractivo que me puedes ver con el pelo así- y se cruzó de brazos, yo dejé de reír pero seguí sonriendo-
- Yo nunca he dicho que no me guste, a lo mejor puede servir para tirar mejor de él- alcé una ceja de manera sexy-
- A lo mejor soy yo el que no quiere que tires de ningún lado, no te veo lo suficientemente atractiva para ello- chasqueó, borrando por completa la felicidad de mi rostro-Serkan:
Eda me estaba mirando como si estuviese a punto de darme un puñetazo en la cara, y eso me excitó. No era el momento, pero tampoco pude evitar centrar mis ojos en su boca, esperando su siguiente insulto.
No sé qué me pasa, pero en algún momento entre las burlas sobre mi pelo y su cara de enfado había conseguido calentarme más de lo que era capaz de controlar. Básicamente espero que decida hacer cualquier otra cosa porque ya no puedo resistir la tentación de hacerla mía, había controlado nuestro espacio durante toda la semana para darnos tiempo a estar juntos, pero era imposible sentirla cerca y no querer tocarla de una manera más íntima.
La veo lamer su labio inferior y prácticamente sujeto el sillón para evitar lanzarme sobre su boca. Juega con fuego porque sabe que tengo debilidad por su labio inferior. Encima, no deja de mirarme intensamente, y ya no es enfado lo que existe, ahora únicamente podemos escuchar como nuestras respiraciones se vuelven más pesadas, y casi de golpe se acerca lo suficiente para poder sentir su aliento.
- Te odio, Serkan Bolat- dice sin mover casi los labios-
- El sentimiento es mutuo, Eda Yildiz- siseo en respuesta-Toda su atención cae en mi boca y tan pronto como veo ese pequeño brillo en sus ojos no me contengo y me abalanzo. Tomo su rostro entre mis manos, sin la delicadeza que suelo emplear, y presiono mis labios contra los suyos empujando su cuerpo contra el respaldo del sofá.
Sé que aún está ligeramente enfadada porque no me responde el beso de inmediato aunque sus manos se aferran a mi camisa para acercarme aún más a ella. Mi lengua busca la entrada en su boca a pesar de la reticencia que pone hasta que gano la batalla y ella devora mis labios en respuesta. La beso de manera húmeda y ella me responde incluso con más fuerza que la mía. Sus uñas arañan mi cuello y mis manos se entierran en su pelo. Es una adicción.
Eda es adictiva.
Quiero más de ella.Prácticamente me presiono sobre ella y envuelve sus piernas alrededor de mi cintura. Ahora hace aquello que tanto quería y coloca sus manos en mi pelo, enredándose en él y tirando con suavidad.
Y ya no quiero que deje de burlarse de mi ola. Quiero que se ría de mí siempre. Toda la vida. Es, sin dejar lugar a dudas, la única mujer capaz de volverme loco. La única mujer capaz de hacer que me enamore de ella mil veces. Y sus labios son tan dulces, tanto, saben a chocolate. Ella ama el chocolate.