Serkan:
Mis labios se movían con elocuencia mientras mis ojos no dejaban de observar las puertas de metal de la oficina. ¿Dónde estaba Eda? Se suponía que la reunión era para mostrar el lado paisajístico del proyecto, es decir, el trabajo que ella había realizado, pero no aparece. Muy bien, muy responsable por su parte actuar así en la empresa.
- Y eso es todo, muchas gracias por su atención y por confiar en nosotros- junté las manos en agradecimiento al finalizar la reunión y dejé que Engin los acompañase a la puerta-
Eda y yo no habíamos discutido hasta el momento, al menos no grandes peleas, siempre eran pequeños detalles que conseguían sacarnos de quicio pero los resolvíamos sobre la marcha. ¿Esto? Eso era algo serio. No solo me había dejado solo en mi primera reunión importante después del accidente, sino que ni siquiera había sido capaz de dejar un mensaje para avisarme de ello o contestar a algunas de las 15 llamadas que había realizado antes de comenzar.
- Eda, vamos, Eda- el tono de la llamada sonaba en mi oído para volver a escuchar su voz en el buzón- Eda Yildiz, no sé que ocurre ni dónde estás, pero más te vale no aparecer por esta oficina hasta que me olvide de lo que ha sucedido hoy.
Dejé caer mi cuerpo sobre la silla y me escurrí por ella. ¿Qué sentido tenía que no llegase? Eda podía ser muy alocada, pero siempre, siempre, siempre la había visto bastante atenta a su trabajo. Tanto que había conseguido que yo volviese a estar en perfecta sintonía con la empresa, casi tanto que el tiempo que pasaba a solas lo invertía en trabajar, hacerlo conseguía calmarme y hacerme sentir bien.
- Es que no… - volví a marcar su teléfono para dejar sonar su buzón de voz- Eda, de verdad, olvida los últimos mensajes, estoy preocupado, llámame.
No era propio de ella, algo tiene que haberle pasado para no contestar o avisar. Realmente me volvía loco su ausencia.
Eda:
¿Era esto lo más cercano a la muerte? Yo era capaz de decir que sí, por lo menos podía sentir como si estuviese muriendo en ese momento. Mi cuerpo temblaba del frío mientras la ropa se pegaba a mi cuerpo bañado en sudor.
Mis manos seguían apoyadas en la taza del retrete, casi no podía alejarme de allí por miedo a continuar con los vómitos.El móvil no había parado de sonar pero más bien parecía un eco lejano, quería que se detuviese, el ruido martilleaba mi cabeza con fuerza. Solo quería que el dolor desapareciese, el mal cuerpo, el frío, tenía mucho frío, quería entrar en calor, necesitaba llegar a la cama.
Serkan:
- ¡Leyla!- mi asistente dio un salto ante mi grito cuando aparecí tras de ella en la cafetería- ¿Se puede saber qué haces? Llevo más de 10 minutos llamándote, ¿es qué hoy nadie piensa responder a mis llamadas o qué?
Sabía que estaba siendo injusto, pero estaba completamente fuera de mi mente. No saber nada de Eda me estaba volviendo loco, era la primera vez en un mes en el que no amanecía con uno de sus buenos días, viendo su rostro o apreciando su sonrisa. Había como un contrato no escrito de que cada día iría a buscarla al apartamento, y justo anoche me pidió vernos directamente en Art Life para poder tener un poco más de tiempo con su presentación. ¿Planeaba no venir desde ese momento? No, no lo creía.
- ¿Qué ocurre?- Melo también estaba allí y supongo que podía notar mi inquietud- ¿Por qué Dada no ha llegado hoy contigo?- Ahí estaba la pregunta del millón-
- Esperaba que pudieses responder a eso porque teníamos una reunión importante y ha decidido no presentarse- alcé las cejas con irritación y abrí las fosas nasales para resoplar-
- Eso no es propio de Eda, ella jamás faltaría a algo tan importante a no ser que hubiese ocurrido algo- la voz de Melo comenzó a disminuir mientras sacaba su teléfono móvil-
- No, ni lo intentes- dije con seriedad- Creo que he perdido la cuenta de los mensajes que he dejado en su contestador y no he recibido respuesta por su parte… es más, precisamente por eso te buscaba Leyla, para saber si tenías alguno noticia sobre nuestra querida socia.