Eda:
Las risas se podían escuchar incluso desde el exterior de la oficina, retumbando entre habitación y habitación. El lápiz que tenía entre las manos estaba a punto de romperse por la mitad debido a la rabia que me consumía. No tenía derecho a comportarme de esta manera, al fin y al cabo no éramos más que amigos en este momento, pero los celos que sentía por aquella rubia exuberante me estaban carcomiendo por dentro.
- Muchas gracias por venir a verme, de verdad- la sonrisa de Serkan Bolat apareció a través de las puertas de metal, parecía despampanante y feliz de haber recibido esa visita- Siempre es bueno que la gente te recuerde buenos momentos como esos.
- Y siempre es un placer verte, Serky- la rubia de ojos verdes salió tras él con la mano en su espalda, deslizándola de arriba abajo con toda la confianza del mundo- Pero espero que esto no quede en una simple visita y se extienda a una larga charla en una comida…¿Perdón? Antes puede ser que mis celos fuesen injustificados, pero prácticamente le estaba suplicando por una cita. Arqueé una ceja y dejé escapar un bufido al ver al idiota de mi “ex prometido” sonreír ante la propuesta.
- Un día de estos estaría bien- no sabía si era cordial o lo decía realmente en serio-
- ¿Qué tal esta noche?- sí, definitivamente iba a matar a esa mujer-Los ojos de Serkan giraron en muchas direcciones hasta encontrarse con los míos, que tenían que estar disparando dagas. Tuvo que ser bastante consciente de eso porque tragó saliva y negó con vehemencia. Sin decir una palabra dio tres zancadas enormes en mi dirección.
- Zey, te presento a Eda Yildiz, mi socia en Art Life- extendió una mano en dirección a mí y de nuevo a ella, como si de esta manera pudiese evitar la irritación que había en mí, o como si impidiese que él respondiese a su última insinuación-
- Entonces tú eres la famosa ex prometida de Serky, un placer conocerte- todo en ella era falso, de pies a cabeza-
- Lo mismo digo- no quería hablar, ni siquiera quería que nos presentase, ¿qué hacía?-
- A ver, desde mi punto de vista seguimos prometidos porque nunca lo dejamos, simplemente desaparecí y bueno, el resto ya lo sabemos- ahora era yo la que no entendía nada, ¿qué estaba diciendo Serkan? ¿Qué seguíamos prometidos?- Así que estaría bien quedar contigo a cenar siempre que pueda acompañarme mi prometida, ¿te parece bien?Mi rostro se suavizó ante sus palabras, estaba claro que ni esa tal Zey ni yo esperábamos esa reacción por su parte. Asentí lentamente, porque a mí sí que me parecía bien no dejarlos solos en una noche romántica.
- Estaría bien, pero quizás sea mejor dejarlo para otro día- ahora era yo la que sonreía con suficiencia- Me ha encantado verte, me ha recordado… a nuestros viejos tiempos- le guiñó un ojo antes de girarse y alejarse hacía la salida-
La remedé poniendo mala cara mientras observaba como cantoneaba las caderas con intención de provocarlo, de verdad, o aceleraba el paso o yo misma la arrastraría fuera de la oficina.
Serkan se giró en mi dirección poniendo las manos en los bolsillos y balanceándose sobre sus talones.- Si te sirve de consuelo, no recuerdo esos buenos tiempos- hablaba con miedo, siendo consciente de mi estado actual-
- Vamos a dejar las cosas claras, Serkan Bolat- apreté mi dedo índice contra su pecho- No tienes que darme explicaciones sobre las mujeres que se acercan a ti porque… ¡Oh, vaya! Ya no estamos prometidos, así que la próxima vez no te refugies en eso- no merecía mi enfado, pero había dejado que esa tal Zey lo tocase como si fuese de su propiedad- Puedes salir con las mujeres que quieras porque eres libre, al igual que yo lo haré…No sabía qué me pasaba pero quería echarme a llorar ahí, delante de todo el mundo en la oficina. Aparté la mirada antes de echarme a andar, buscando desesperadamente llegar al piso de arriba y poder estar sola para calmar todas las emociones que me estaban invadiendo.
De repente veía claro que si Serkan no me recordaba, si nunca volvía a sentir nada por mí que no fuese cariño, podría estar con cualquier otra persona y yo no podría hacer nada al respecto.