De vuelta a Coruscant

350 26 1
                                    

Narra T/n

Vimos a Obi-Wan subir a la nave con Qui Gon envuelto entre sus brazos. No pude evitar echarme a llorar, solo había pasado unas horas con él , pero le había cogido cariño, se había portado como un padre para mí.
Mi hermana Padmé no lloraba, pero se acercó a Obi-Wan y lo abrazó. Yo me uni a ellos, haciendo un gesto a Anakin para que viniera tambien. Obi - Wan no alzó su cabeza; todos sabíamos que estaba llorando, sus lágrimas caían sobre el manto del maestro jedi y empapaban toda la zona que cubría su pecho.
Decidimos que darle tiempo era lo mejor. Anakin, Padmé y yo nos apartamos y nos sentamos en silencio mirando hacia abajo. Permanecimos así un tiempo hasta que por fin el maestro Kenobi miró hacia arriba y secandose las lagrimas con la manga de su túnica marrón nos dirigió una mirada que en el fondo dejaba ver lo agradecido que estaba por no estar solo en ese momento.
— bueno, son cosas que pasan. Nos dirigiremos a  oruscant a informar al consejo de todo lo ocurrido — dijo por fin Obi-Wan —
Se dirigió a la cabina de mando y cerro las puertas.Pasaron un par de horas de trayecto en las que nadie se atrevió a decir nada, pero eso lo cambió mi hermana cuando por fin rompió el silencio diciendo:
— Bueno T/n ¿me vas a presentar ya a tu amigo o lo tengo que hacer por mi cuenta?
— Ah, es verdad, no os conoceis. Padmé, este es Anakin Skywalker; Ani, esta es mi hermana Padmé Amidala — dige yo todavía algo confundida por la perdida de mi maestro —
— Un placer señorita, T/n me ha dicho que eres reina y senadora de Naboo— Anakin parecía alegrarse de que el incomodo silencio se hubiera acabado por fin —
— Así es, recien nombrada senadora. ¿Y tú? ¿También vas a ser jedi?
— Eso espero. El maestro Qui Gon dijo que T/n y yo estabamos conectados y que debían entrenarnos juntos. Habló de unas profecias y de que nosotros las cumpliríamos.
La puerta de la zona de navegación se abrió y Obi-Wan salió. Tenía mejor cara, hasta se podría decir que sonreía.
— Chicos, senadora, hemos llegado a Coruscant. Aterrizaré en el senado para dejar a la senadora Amidala en sus aposentos y luego os llevaré a vosotros dos ante el consejo jedi para que decidan cómo se llevará a cabo vuestro entrenamiento.
Aterrizamos delante de un edificio gigante que supuse que sería el senado(imagen infirior) Unis guardas de Naboo esperaban nuestra llegada y recogieron a mi hermana sin apenas dejarme despedirme de ella.

Aterrizamos delante de un edificio gigante que supuse que sería el senado(imagen infirior) Unis guardas de Naboo esperaban nuestra llegada y recogieron a mi hermana sin apenas dejarme despedirme de ella

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—No te preocupes T/n, el templo está aquí al lado, podrás visitarla cuando quieras. — dijo Obi-Wan al ver las primeras lagrimas brotar de mis ojos de nuevo —

Unos minutos después llegamos al templo jedi (imagen inferior) donde enseguida entramos y nos reunimos con un grupo de jedi que se sentaban en una sala redonda con muchos sofás.

— Mi maestro me pidió como última voluntad que entrenara a estos padawan — Obi-Wan parecía convencido de querer entrenarnos a ambos — Estuvieron un rato discutiendo si debiamos ser entrenados juntos o por separado y si debían aceptar a Anakin o no

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Mi maestro me pidió como última voluntad que entrenara a estos padawan — Obi-Wan parecía convencido de querer entrenarnos a ambos —
Estuvieron un rato discutiendo si debiamos ser entrenados juntos o por separado y si debían aceptar a Anakin o no. Al fin y al cabo, contaban con una padawan atrasada, no con dos.
Lo último que se dijo en la asamble fue a boca de un maestro jedi llamado Yoda.
— De acuerdo contigo mucho no estamos joven Kenobi, pero si la última voluntad de tu maestro fue, hacerle caso debemos — se levantó y con ayuda de su bastón se fue.
Los demás jedi fueron retirandose hasta que solo quedó nuestro maestro y un jedi alto y serio, de piel oscura al que se conocía como maestro Windu. Este nos miró y luego dijo a Obi-Wan:
— Maestro Kenobi, estas aceptando un cargo muy superior al que la mayoría de los jedi están acostumbrados. Estos padawan son mayores y encima son dos. Sin embargo el consejo, nosotros, yo, confiamos en tí. Sabemos que el maestro Qui Gon te entrenó bien, eres totalmente capaz de llevar a cabo esta misión. Estás en el consejo joven jedi.
El maestro Windu se retiró. Mire a Obi-Wan, que hacía una pequeña muestra de felicidad que en seguida se tornó en una mirada seria que nos miró y nos dijo.
— Sereis jedi, como os prometió mi maestro. Yo seré el vuestro a partir de ahora.
Comenzó a caminar y nosotros detrás de él. Todo empezaba a marchar y mi aventura junto a Anakin no había hecho más que empezar.

La historia de un jediDonde viven las historias. Descúbrelo ahora