Calma

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Narra T/n
Entonces me acordé, la profecía, la fracción que hacía tantos años había encontrado, todavía podía cumplirse.
Así ambos jedi, que habían sido unidos por la fuerza, compartirían sus últimos pensamientos en común, siendo unos de ellos víctima del lado oscuro por el amor hacia el otro. Y transformandose en un lord sith; estos viejos compañeros quedarían separados por ambos lados de la fuerza representando el bien y el mal. En su reencuentro estos afrontarían su destino y traerían la paz a la galaxia y el balance a la fuerza, acabando con el dolor que los había separado durante tantos años.
Al principio había creido que sería imposible, pero hasta el momento, cada paso se había ido cumpliendo.
"Así ambos jedi, que habían sido unidos por la fuerza, comoartirían sus últimos pensamientos en común, siendo uno de ellos víctima del lado oscuro por el amor hacia el otro." Anakin y yo habíamos sentido por última vez nuestra conexión telepática años atrás, en Mustafar.
"Y transformandose en un lord sith; estos viejos compañeros quedarían separados por ambos lados de la fuerza representando el bien y el mal."
Anakin había sido Vader, el mal, y yo había sido una jedi libre, el bien.
"En su reencuentro estos afrontarían su destino y traerían la paz a la galaxia y el balance a la fuerza, acabando con el dolor que los había separado durante tantos años."
Eso era lo que ocurriría a continuación. ¿Pero qué significaba? Ambos representabamos los dos lados de la fuerza, el la oscuridad, yo la luz, ninguno de los dos correctos. El lado oscuro representaba la codicia, el egoismo, un lord sith mataría a otro para asegurarse su propia protección. Por el contrario, el lado luminoso, los jedi, eran la representación del altruismo, un altruismo en otra medida egoista también, un jedi sacrificaría su vida antes de ver a otro ser perder la suya. Ni los jedi ni los sith traían la paz... Solo había una persona en la sala que no representaba ninguno de los dos lados de la balanza, solo había una persona capaz de acabar tanto con la luz como con la oscuridad... Un jedi gris, una en este caso.
- ¡Ahsoka!
Yo seguía sin posición como para actuar y Anakin estaba tan atado de manos como yo, solo podía ella. Ahsoka se encontraba aún tirada en el suelo, pero ahora recobraba la consciencia, ella no estaba desarmada, sus dos empuñaduras seguían bien protegidas por sus puños cerrados que no habían permitido que se le desprendieran al caer.
Narra Ahsoka
Cuando comencé a retomar el conocimiento traté de no hacer mucho escandalo para no ser detectada, T/n y Anakin estaban paralizados.
- ¡Ahsoka! - gritó T/n -
Yo no tenía claro como continuar, todo seguía borroso para mis ojos y aunque seguía armada no tenía fuerzas ni para abrir la mano.
Estaba inmobil cuando oí algo... una voz... eran dos, de hecho...
- Ahsoka... nuestra querida chulita... ha llegado el momento... lo sabes de sobra - las dos personas que habían sido mis maestros me hablaban y aunque nunca hubiéramos hablado de profecías ni de elegidos, sabía exáctamente de lo que hablaban -
- Anakin... T/n... yo... yo no quiero.... No puedo... - apenas pensaba con claridad, mis ojos ya se humedecían -
- Tranquila Ahsoka, estaremos bien, tienes que hacerlo - dijo Anakin calmado -
- ¿¡Cómo puedes decir que estareis bien?!
- Pequeña padawan, esto es lo que debe pasar... el bien y el mal deben desaparecer, la balanza debe estar equilibrada, sé que no es justo que seas tú, pero debes hacerlo... hazlo por mí ¿vale? Siempre estaré contigo Ahsoka, siempre contigo maestra Tano - T/n estaba tan calmada... mis ojos ya no estaban solo húmedos, estaban empapados, sentí ligeramente su caricia sobre mi rostro... su piel era suave... era real... todo era real.
Levanté la cabeza, ambos me miraban sonrientes, Anakin lloraba, sus ojos azules habían vuelto. T/n tenía ya marcada la quemadura en el cuello de los breves instantes del láser.
- Anakin... siempre te querré - dijo T/n finalmente -
- Hasta que la muerte nos separe - rió Anakin -
Era mi turno, esa era mi señal.
Encendí ambas espadas a la vez, brillaban como nunca antes, tanto que el rojo de Darth Amidala quedó disipado.
Tenía la posición exacta, T/n se encontraba detrás de la sith, y Anakin delante de ella, formando una perfecta linea recta, todo era como debía ser.
Darth Amidala me vió levantarme y supo lo que estaba a punto de ocurrir.
- ¡No! -gritó-
Yo me coloqué en la línea, detrás de T/n, donde Anakin me sonrió por última vez y La lord suth me vió lanzar mi sable más largo.
La hoja atraveso a las tres personas, a los que habían sido mis maestros... mis mejores amigos...
Darth Amidala no se inmutó. Los tres se desplomaron cuando mi espada hubo terminado. Darth Amidala cayó completamente recta y sola. Anakin y T/n llegaron al suelo abrazados, donde se desbanecieron. La balanza se había restaurado. La siguiente en caer fuí yo, sobre mis rodillas, solté mis espadas y supe que no volvería a empuñarlas nunca más, no sería capaz de ver el arma con el que acabaron las vidas de las personas que más me habían importado.

Narra T/n
Todo había terminado, por fin sentí calma. Anakin tomó mi mano, lo habíamos conseguido, la balanza se había retornado. Ya no podríamos disfrutar de las cosas terrenales, no podríamos pilotar, no podríamos bailar en un bar, no podríamos ver la televisión... muchas cosas habían acabado, pero eso no importaba. Anakin y yo estabamos reunidos, nada podría volvernos a separar, ni siquiera el miedo a perdernos, ya no había miedo, solo paz... solo calma... solo estabamos nosotros...
Ambos observamos unos instantes a nuestra padawan, derrotada en el suelo y quisimos despedirnos antes de desaparecer para siempre.
- Has hecho un buen trabajo maestra Tano... has hecho un buen trabajo - la abracé por última vez -
- ¿Vamos? - preguntó Anakin ofreciéndome su brazo -
Yo lo tomé y ambos caminamos hasta la puerta iluminada sin mirar atrás.

Fin

La historia de un jediDonde viven las historias. Descúbrelo ahora