Mi nueva espada

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Narra T/n
Tras comseguir los cristales kyber, Anakin, El maestro Yoda, El maestro Koon y yo volvimos al templo jedi.
Anakin y yo debiamos asistir a unas clases extra para construir nuestras espadas láser. Debíamos elegir las piezas, los materiales y muchos otros interruptores y luces para construirla, eso llavaba mucha concentración, cosa que no tenía desde que había salido de la cueva. Mo podía parar de pensar en darth Amidala y todo lo que me había dicho. No había tenido siquiera un rato para releer la fracción de profecía que nadie más sabía que existía. La había encontrado hacía ya unos años, en una estantería olvidada en los archivos jedi,pero no se la había mostrado ni siquiera a mi maestro. De haber estado Qui Gon, él me habría ayudado. Obi-Wan siempre nos contaba lo mucho que le interesaban a su antiguo maestro las viejas profecias jedi; supongo que de ahí había sacado yo mi interés por ellas.
La profecía decía:
Así ambos jedi, que habían sido unidos por la fuerza, compartirían sus últimos pensamientos en común, siendo unos de ellos víctima del lado oscuro por el amor hacia el otro. Y transformandose en un lord sith; estos viejos compañeros quedarían separados por ambos lados de la fuerza representando el bien y el mal. En su reencuentro estos afrontarían su destino y traerían la paz a la galaxia y el balance a la fuerza, acabando con el dolor que los había separado durante tantos años.
Según el maestro yoda, Anakin y yo eramos esos elegidos; pero yo no estaba dispuesta a creer que uno de nosotros se iba a pasar al lado oscuro.

— ¡T/n! ¿T/n? — Ani me estaba llamando y me saco del trance en el que me había absorvido a mí misma—
— Dime Ani
— ya he terminado — me dijo mostrandome el resultado:

— me encanta Anakin, es precioso — dige yo, todavía sumida ligeramente en mis pensamientos— ¿estás bien T/n? Te veo distraida desde el día del reto — Anakin parecía seriamente preocupado por mí —— sí, estoy bien, tranquilo

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— me encanta Anakin, es precioso — dige yo, todavía sumida ligeramente en mis pensamientos
— ¿estás bien T/n? Te veo distraida desde el día del reto — Anakin parecía seriamente preocupado por mí —
— sí, estoy bien, tranquilo. Yo también he terminado mi sable laser — dige para calmarlo
— ¿puedo verlo? — dijo emocionado —
— por supuesto( imagen multimedia)
Anakin y yo encendimos los sables y empezamos a batallar el uno contra el otro riendo. Olvidé el asunto de la cueeva, porque ¿cómo podía ser real? Anakin era mi mejor amigo, jamás me haría daño. Aquel brillo que había en nuestros ojos al mirarnos podía decir claramente que nos queriamos y no eramos capaces de herirnos.

La historia de un jediDonde viven las historias. Descúbrelo ahora