XI.

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-¿Por qué pensaste qué era buena idea?-Inquirí distraído observando al pelirrojo junto a mí. Tal vez debía de estar enojado, pero por alguna extraña y desconocida razón no lograba estarlo del todo.

-No lo pensé. Pero mis ideas suelen ser malas de todos modos, así que no podía ser mucho peor-Se encogió de hombros sin que su deslumbrante sonrisa desapareciera. Parecía irritantemente cómodo con todo eso, lo que me hizo poner los ojos en blanco con algo de frustración.

  Negué con la cabeza riendo por lo bajo, definitivamente yo planearía nuestra siguiente cita. ¿Por qué? Bien, aunque quizá nuestra situación podía parecer cómica desde otro punto de vista, no lo era en absoluto para mí. Nos encontrábamos encerrados en el cuarto de seguridad de la piscina donde antes trabajaba Mike, el guardia nos había atrapado cuando por fin, después de varios minutos de intentarlo, logramos adentrarnos en el lugar, y entonces nos llevó allí. Agh ¿Por qué siquiera dejaba a Mike planear esas cosas?

-¿Sabes Clifford? Creo que tienes el record al idiota que menos tiempo ha trabajado aquí, dos semanas, decepcionante-Se burló Matt, el pecoso pelinegro que parecía tener un gran rencor infundado hacia Mike, es decir, se conocían hace apenas unos días, pero realmente se veía como si lo detestase.

-Aún no me despiden-Se encogió de hombros en respuesta él, me palmeé la frente ¿No podía si quiera intentar ser amable? Al menos así tendríamos esperanza de huir de allí sin más problemas-Mañana serán dos semanas y un día.

Puse los ojos en blanco, yo solo quería irme de ahí de una vez, pero ese rarito nos retenía con la excusa de que debía llamar a nuestros padres. Al principio nos rehusamos con el argumento de ser mayores de edad, pero entonces él nos dijo que si ese era el caso llamaría a la policía. Aunque sinceramente no estaba seguro de si ellos me asustaban más que Liz.

-Lukey ¿Qué hora es?-Preguntó de pronto mi novio, woah, suena genial, mi novio. Era oficial entonces ¿No? Ugh, mi estómago se estremeció ante la idea, pero la sensación desapareció casi al instante cuando el idiota me golpeó en la frente para así captar mi atención-Responde.

-Eh…-Matt tenía nuestros celulares, y estaba usando el mío para intentar contactarse con mis padres, mientras rogaba internamente que no lo lograse recorrí con la vista la habitación, pero no me encontré con cualquier cosa que pudiese indicarme la hora. Suspiré, era momento de creer en mis nunca confiables instintos-Deben ser cerca de las cinco y media, supongo.

-Genial-Exclamó emocionado, el fideo con pecas y yo lo observamos extrañados-Pronto nos iremos, lamento haber arruinado la primera parte de la cita, Lukey.

-¿Qué?-Alcé una ceja incrédulo. Observando alternativamente a Matt y a Mike.

-Te tenía una sorpresa y al parecer eso nos salvará el pellejo. Nos vamos.

  Y bueno, eso resultó ser cierto. Pocos segundos después una gran cantidad de luces multicolores se colaron por la pequeña ventana de la habitación, acompañadas de pequeños estruendos. Abrí los ojos sorprendido mientras Matt corría hacía la puerta para luego desaparecer tras ella, Mike tomó mi brazo y luego de recuperar nuestros celulares me arrastró a toda velocidad lo más lejos posible de ahí.

Recorrimos la gran distancia entre la oficina de seguridad y la salida en tiempo record. Y en esos breves instantes me tomé un segundo para voltear a comprobar el origen de los destellos y el ruido. Sonreí instintivamente al confirmar que, tal como creía, eran fuegos artificiales, eso era muy tierno e…¿Ilegal? Bien, podía omitir eso último, después de todo gracias a esa gran idea del pelirrojo estaba a salvo de mi mamá. Seguramente Liz me hubiese arrancado los ojos o algo así. Lamentablemente no pude disfrutar de la bonita visión que además se reflejaba en la piscina, pude oír a Matt gritar desesperado poco después de que saltásemos la cerca, para detenernos sin aliento a unos cuantos metros de distancia.

Don't Smile |Muke Clemmings|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora