IX.

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No dejaba de pensar en las palabras de Calum, e inevitablemente, tampoco en las de Niall. En realidad ambos me habían dicho prácticamente lo mismo, que Mike me esperaría, aunque el rubio había agregado que tenía un brazo derecho de apariencia resistente, lo que automáticamente me hizo dudar de lo serio que estaba siendo con el tema. En fin, a pesar de sus intentos de convencerme de que dejara de pensar en ello, mis inseguridades seguían revoloteando por mi cabeza, interrumpiendo todos mis pensamientos.

Quise hablar con Cal sobre lo que había sucedido por la mañana, con Ashton, pero recibió una llamada de su madre y tuvo que irse a toda velocidad, no sin antes prometer que el tema no quedaría en el olvido. La curiosidad de lo que pudo suceder para que se fuese con tanta prisa no dejaba de intentar comerme vivo, y claro que observar el techo no ayudaba en absoluto a evitarlo, por lo que, siguiendo mi plan original le envié un mensaje a Michael, contándole sobre Kyle. Ni siquiera se tomó la molestia de responder, y en menos de tres minutos pude escuchar suaves golpes en la puerta de entrada.

El pelirrojo realmente era un chico especial, intentando parecer rudo todo el tiempo, pero entonces le dabas un gatito y podías verlo como el idiota más adorable del mundo.

 -Se parece un poco a ti ¿Sabes? El cabello rubio y los ojos azules, aunque los tuyos me gustan mucho más, claro-Estuve a punto de atragantarme con mi propia saliva al oírlo decir eso, en definitiva era lo más parecido a algo tierno que alguna vez le oí decir.

-Así que, me comparas con un gato-Sonreí de medio lado, mientras internamente me daba una paliza por mi incapacidad de reacción ante los cumplidos.

-Al menos él no hace eso cada vez que intento hacer un cumplido-Comentó poniendo los ojos en blanco.

-¿Qué hago?-Alcé una ceja, en un intento vano de tener una actitud desafiante.

-Cállate, Kyle me agrada más que tú.

-Entonces vete con Kyle.

-Eso haré-Concluyó, tomando al pequeño, que reaccionó con un suave maullido, y dirigiéndose a la puerta de la habitación.

  Me golpeé la cara a mí mismo, cielos, desbordábamos madurez. Me lancé de espaldas sobre la cama y miré el techo, oyendo como se detenía a pocos pasos de la puerta.

-Se supone que debes detenerme, Hemmings.

-Se supone que estoy enfadado contigo, ya sabes.

  No respondió, solo lo oí acercarse antes de que dejase al gato a mi lado para acomodarse sobre mí, abrazándome y hundiendo su cabeza en el hueco entre mi cuello y mi hombro. Me estremecí al sentir su suave respiración en contacto con mi piel, pero de todos modos él no pareció notarlo.

-No te enfades conmigo, hazlo por nuestro hijo-Susurró, alzando la cabeza y mostrándome un adorable puchero, puse los ojos en blanco, sonriendo antes de contestarle.

-Entonces tenemos un hijo-Se limitó a asentir y plantar un corto beso en mi frente, causándome un sonrojo apenas perceptible. Antes de que alguno de los dos pudiese decir algo el pequeño Kyle apareció por sobre su hombro y se lanzó sobre mi cara, arrancándome un grito ahogado a mí, y una suave risa a Mike.

-Kyle, déjame besar a tu padre-Como si de algún modo el pequeño le entendiera soltó un maullido antes de moverse por todo mi rostro y lanzarse de vuelta a la cama. Distraído mirándolo no noté a Mikey acercándose a mí para unir nuestros labios en un tierno beso que, aunque me sorprendió al principio, no dudé en corresponder.

Nuestros  labios no parecían calzar en realidad, los míos eran demasiado finos y los suyos muy gruesos, aunque quizá eso era lo que hacía que cada beso fuera estúpidamente perfecto. Nos complementábamos de alguna manera inexplicable.

El beso se iba profundizando poco a poco, logré sentir su lengua juguetear con la mía, mientras nuestros cuerpos se apegaban a cada segundo que pasaba. Los suaves maullidos de Kyle acompañaban perfectamente nuestras agitadas respiraciones. La verdad es que todo iba bien, pero entonces sentí su gélida mano por debajo de mi camisa y no pude evitar tensarme, y menos aún logré que él no lo notara.

-Lo siento-Murmuró alejándose unos centímetros con una leve mueca grabada en el rostro.

-No Mike, yo lo siento-Suspiré, restregando mis ojos y fijando la vista en sus ojos verdes, llenos entonces de confusión-Es muy pronto y,ugh…Simplemente no puedo. Y...creo que entendería si te cansas de mí-No quería decir eso en realidad, pero las palabras solían escapar de mis labios antes de que pensara en sus posibles efectos.

-Luke, maldición, eres estúpido.

-¿Qué?-Me sorprendí ante sus palabras, y aún algo extrañado lo vi sentarse al borde de la cama, con la vista fija en sus manos.

-Eso simplemente no tiene sentido, sé que es mi culpa por haber actuado como un idiota tanto tiempo, pero, dije que eres especial para mí, y de verdad estoy enamorado de ti. Quiero que me creas-Habló atropelladamente, apenas dejándome entenderle. Sus pálidas mejillas se veían algo más rosáceas de lo normal, y se lo notaba demasiado nervioso ahí, jugueteando con sus pulgares mientras hablaba.

Mordí mi labio y me incliné para plantarle un suave beso en la mejilla. Los chicos tenían razón, si bien no podía tragarme todas mis inseguridad de un momento para otro, al menos debía intentar darle una oportunidad a Mikey. Y estaba completamente dispuesto a dársela. Pero, dejando de lado eso, aún ni siquiera estábamos saliendo, definitivamente no podía tener sexo con él, aunque claro que quería hacerlo.

Pero, inevitablemente a esa idea se sumaban nuevas inseguridades. Es decir, hasta entonces solo había tenido sexo con Aleisha, y obviamente eso era completamente diferente. Porque Mike era un chico ¿No? Oh cielos, si que soy estúpido.

Deja tus idioteces y di algo, idiota.

Siempre oportuno, querido subconsciente.

-Y yo quiero creerte-Solté por fin al notar la mirada expectante que mantenía sobre mí ¿Cuánto tiempo me quedé pensando? Claro que a mí me parecieron unos segundos, pero a juzgar por la forma en que me observaba probablemente había pasado un buen rato mirando al vacío-Porque…Tú me crees ¿No?

-Claro que si-Sonrió tiernamente, antes de agregar-Puedo esperarte todo lo que sea necesario, mi mano es genial la mayoría del tiempo.

  Exactamente igual de idiota que Niall.

  Palmeé mi frente, fingiendo exasperación, mientras él volvía a tomarle atención al pequeño Kyle junto a nosotros, murmurando que de todas maneras no podíamos hacer ese tipo de cosas frente a nuestro hijo.

-¿Sabes? Creo que se parece un poco a ti-Comenté, tocando su nariz con la punta de mi dedo, él solo negó con la cabeza al tiempo que una enorme sonrisa se extendía por su rostro.

-Sería una lástima que se pareciera a mí y no a ti-Hizo un puchero, acercando al gato a su rostro para restregar la nariz en su pelaje.

-Estúpido.

-Adoras a este estúpido.

-Por supuesto que no.

-¿Al menos saldrías en una cita con él? Este idiota te quiere.

  La pregunta me tomó absolutamente por sorpresa, paralizándome unos segundos. Obviamente terminé por asentir de todos modos, viéndome atrapado casi de inmediato en un abrazo que me dio el pelirrojo luego de dejar a Kyle sobre mi cabeza. A pesar de que sus manos solían estar frías, su cuerpo se sentía realmente cálido cada vez que me abrazaba. 

Don't Smile |Muke Clemmings|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora