Se acercaba a pasos decididos a aquella chica pelirroja, mientras los recuerdos del colegio invadieron su mente, recuerdos de cuando aún no conocía a Will y era un niño asustadizo.
Recuerdos...
Las clases se habían acabado mientras recogía su mochila y bajaba por las escaleras para ir a casa. Desde que había empezado el curso su madre ya no le acompañaba al colegio y eso le hacía sentirse más mayor.
Caminó hasta la salida donde se encontró con Sunny, aquella niña pelirroja pesada de la mesa de atrás a la que le había dejado una goma en un examen. Se había vuelto su acosadora desde ese día y siempre lo perseguía escondiéndose de forma pésima para que él no la viera. Al parecer había cogido el suficiente valor para esperarle en la puerta durante las salidas.El moreno la observó de reojo, mientras salía por la puerta. Ella seguía escondiéndose y así estuvo haciéndolo a casi medio camino en que el niño suspiró cansado y se detuvo en seco.
Estaba harto de ser perseguido, de encontrar notas en su cajonera, pero sobre todo estaba cansado de tener que hacerse el tonto cada vez que hacía el camino del colegio a su casa. Era demasiado para él, demasiado para un niño de seis años que odiaba a las chicas y solo quería jugar.
Corrió y lo hizo con toda la velocidad que tenía dentro aprovechando la ventaja de conocer algunos callejones para adelantar camino. No aguanto más... Pensó cansado de correr así que se detuvo y cogió aire para volver a llenar sus pulmones. ¿Tendría que hacer eso todos los días? ¡Es peor que un grano! Se pasó la mano por la cabeza sacudiendo su pelo castaño oscuro.
¡Trac!
Giró la cabeza con rapidez y la vió, escondida detrás de una farola tratando de no morir ahogada.
-¡Dejame en paz!- Siguió corriendo hasta llegar al césped de su casa coger la manguera y tirarle agua a la niña.
Ella se protegió el rostro mientras lanzó la manguera y rápidamente entró dentro de su casa.
-¡Tonta! ¡Tonta! ¡Tonta!- Se quejaba mientras se acercaba a la ventana.
Ella estaba ahí, con la mirada clavada en la puerta y una flor en la mano.
-¡Déjame en paz!- Abrió la ventana, gritó y rápidamente la volvió a cerrar.
Esa no fué la última vez que recibió el acoso se Bambi, con el tiempo se volvió más severo, hasta el punto de que Noah tuvo que tomar represalias.
¡Mira por donde vas!
El moreno dejó de pensar y observó el zumo de Bambi en el suelo.
-No te había visto.
-Ya me he dado cuenta.- Se agachó a recoger el zumo y seguidamente lo tiró en la basura.
-He visto que estabas fumando.- Trató de imponer cruzando los brazos el joven.- Aquí no se fuma... ¿Nunca has ido a un instituto?
Ella parpadeó un par de veces, tenía los ojos marrón oscuro, tan oscuros como el café amargo.
-No es habitual, solo lo hice porque estaba muy nerviosa, pero me ha quedado claro..- Siguió caminando.
-¡Oye!
La pelirroja se detuvo esperando que el dijera algo.
-¿De verdad no te acuerdas de mi?
Ella inclinó la cabeza a un lado prestando con mayor atención al adolescente.
-Pues... Eres el chico de clase que gritó mierda.
Se está haciendo la tonta...
-Claro que no... Bueno.- Tragó saliva sintiendo que estaba de los nervios.- Soy el chico que gritó mierda sí, pero a parte de eso ¿No me recuerdas de nada más?
-Pues... No.- Sonrió.
¡¡Falsa!!
-¿Y por qué me miraste? Además sonreiste cuando pasaste delante de mi.
Bambi esbozó una pequeña carcajada, algo que le pareció irritante a Noah.
-Bueno... Yo miro a mucha gente... Además te sonreí porque fuiste el único que no te burlaste de mi nombre. Por cierto me llamo...
-¡Ya sé como te llamas!- Trato de respirar profundamente al ver que unas chicas pasaban cerca y le miraban extrañadas.- ¿Sabes qué? No importa...- Se dio la vuelta.- No quiero verte fumar en el patio... Es asqueroso y está prohibido.
-Muy bien.- Puso las manos hacia atrás ella como una niña buena.- Lo siento.
¡Ts!
. . .
Noah se dirigió al coche de Will, mientras su cabeza iba a estallar, había pasado una semana desde la llegada de Bambi. Al parecer era igual de buena que él en matemáticas, lengua española, biología, química... y por si fuera poco era buena en las clases deportivas. Así que se había dedicado durante las noches a estudiar y en sus pocos ratos libres a buscar un plan de como acabar con ella antes de que fuera tarde.
-¿Noah?- La voz de Will sonó preocupada.
- ¡Dime!- Dijo entre gruñidos.
-¿Qué te pasa? Estás insoportable...
-¿Recuerdas que te dije que tenía una acosadora en primaria?
El joven movió la cabeza afirmando y sus rizos casi rubios también se movieron con el.
-Es la inútil de nuestra clase...- Se sentó en el asiento y miró por la ventana por si la pelirroja estaba por ahí cerca.
-Hay muchos inútiles en nuestra clase...- Comenzó a reír.
Noah se dio la vuelta y le miró fijamente.
-La que parece un puto tomate andante.
-¿Bambi? Tio Bambi es un encanto de chica un poco raro su nombre, pero es un encanto... Parece que la llaman la chica sol.
-¿Qué?- No era una pregunta retórica.
Estaba furioso, furioso porque ni siquiera él tenía un apodo, de hecho lo del increíble Noah se lo había sacado de la manga.
-Lo que le faltaba para parecer un maldito ciervo de Disney...
Will levantó el labio hacia un lado como si un gancho lo hubiera pescado y a acto seguido arrancó el coche.
-Por cierto, ¿hoy tu madre también va a hacer turno de noche en el hospital?
-No tengo ni idea... Dice que le han puesto un jefe nuevo y tiene que doblar.
Will soltó una risa breve.
-Quizás excusas...
-¿Crees que mi madre tiene un lío con alguien?- Preguntó con sus ojos verdes abiertos como platos.
-Bueno yo me la tiraría. Es toda una belleza.
-Ella prácticamente te ha criado también asqueroso.- Se abalanzó sobre su amigo y comenzó a estirarlo del pelo.
-¡Para! ¡Que pares!
Will dio un volantazo y derraparon con el coche.
-Baja del coche.- Le ordenó Will al ver que ya habían llegado.
-Gracias.- Sonrió, pero rápidamente su sonrisa se desvaneció al ver un coche de alta gama aparcado cerca del de su madre.
-¿Qué cojones?- Preguntó entre risas Will.- Me parece que tienes nuevo padre.
-¿Tú no te ibas a ir?
-Vale... Nos vemos más tarde en la fiesta de Serena.
Noah se echó la mano sobre la cabeza, casi se le había olvidado de que era el cumpleaños de Serena y quizás no le perdonaría si no fuera.
-Sí, sí... Nos vemos allí.- Dijo concentrado en el coche.
-¿De quién es ese coche?- Preguntó Will antes de irse.
-Pues... ni idea, ya te contaré después...
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Odiando el Sol
Novela JuvenilNoah Holland es el típico un adolescente de 17 años, popular guapo, listo y engreído que vive su último año de instituto obsesionado con ser el mejor en todo. Mientras pasa el curso con sus desastrosos amigos, líos de amor y mucho más... Se reencuen...