Se levantó de la silla después de haber terminado de estudiar.
-Todo al día.- se dirigió a la sala donde vio a su madre con el uniforme del hospital.- ¿Vas a trabajar hoy?- Se cruzó de brazos con ceño fruncido.
La mujer sonrió nerviosa.
-Me toca turno de noche...
Noche se mantuvo callado, no quiso decir nada pero sabía que le acababa de mentir.
. . .
Seguir a su madre no era algo que le hiciera gracia, pero la pregunta que le rondaba en mente quizás era más molesta. ¿Por qué le habría mentido?
Ahora estaba en el coche con una gorra y con una hamburguesa observando el coche de Isabelle aparcado delante del hospital Quizás no mentía...
Pero al segundo se escondió debajo del coche lanzando la salsa de queso sobre la silla. ¡Me cago en todo lo que se mueve! Se maldijo.
Isabelle caminaba con la bata en la mano y se dirigió a un coche que la esperaba en la puerta del edificio, el vehículo era de color azul oscuro y parecía uno de alta gama.
Noah comenzó a seguirlo hasta que se detuvo delante de un restaurante en el que su madre entraba con el padre de Bambie. Ojalá tuviera un micro para espiar lo que dicen...
Una bombilla imaginaría se encendió en la cabeza de Noah. En realidad no era la mejor idea que había tenido pero decidió ponerse unas gafas, mascarilla y caminó hasta el restaurante.-Buenas noches señor. ¿Tenía reserva?- Le atendió la camarera sonriente.
Pero este estaba demasiado ocupado vigilando la mesa de su madre con la mirada.
-¿Señor?
-¿¡Qué!?- Preguntó molesto.
La sonrisa de la camarera se esfumó.
-¿Si tiene reserva?- Preguntó en voz ronca.
-No, no tengo. ¿Parece que me llegue la paga de estudiante para comer en el...?- Cogió una tarjeta que había sobre el mostrador.- ¿el gusano con botas?- Frunció el ceño.
A juzgar por los nombres de la familia de Bambie ese era un lugar normal para los Sunny.
La camarera le observó con una ceja levantada y los brazos cruzados.
-Si no tienes reserva no puedes pasar...
-No, no, no... por favor mira a ver alguna mesa. Al lado de esa.- Señaló con el dedo la mesa de su madre tratando de disimular.
-Esas mesas son centrales... No hay nada para ti. ¡Ahora vete!
Los soplos sonaron detrás de Noah, se había formado una cola improvisada de gente enfadada.
-Hola..., perdona abandono la mesa 13 ya que no ha venido la cita que esperaba.
Dijo una chica con gafas, pelo despeinado y mal vestida.
Pedazo de frikky.
-Oh lo siento mucho que tu cita no haya venido.
-No pasa nada es lo que tiene las quedadas virtuales.
La joven se iba a dirigir a la salida cuando Noah preso de los nervios la cogió del brazo.
-¡Yo soy tu cita!- Trató de sonreír.
La chica abrió los ojos como platos.
-He venido en bici, por eso he tardado tanto en venir....- Trató de descifrar el nombre de la chica.
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Odiando el Sol
Teen FictionNoah Holland es el típico un adolescente de 17 años, popular guapo, listo y engreído que vive su último año de instituto obsesionado con ser el mejor en todo. Mientras pasa el curso con sus desastrosos amigos, líos de amor y mucho más... Se reencuen...