Capítulo 7 Noah

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En la sala todos mantenían silencio. El consejo estudiantil se reunian cada tanto tiempo para hablar de asuntos escolares o bien mejoras que podrían realizar y ese era el día. No estaba precisamente de humor, pero realmente nunca ha estado de humor desde que Bambi apareció en su vida, le intoxicara con sus verduras y se su padre comenzará a salir con su madre.

-¿Holland?- Preguntó uno del consejo al ver que el miraba al folio que tenía sobre la mesa con una palabra "peticiones".

El joven observó a algunos miembros y se aclaró la garganta.

-Parece que este mes no hay muchas más peticiones...

-Tenemos una petición para una excursión a Nueva York en diciembre.

Noah levantó una ceja, no le importaba las excursiones de curso, a decir verdad pasaba de ir inventándose algún resfriado para que todos le imploraran todos los años que fuera.

-No veo problema.- Cerró la carpeta y se incorporó para irse.

-Se ha solicitado una delegada de la clase C.- Dijo uno de ellos.

-¿Para qué si en esa clase estoy yo?- Frunció el ceño molesto.- De todas formas ¿quién ha solicitado esa estúpida propuesta?

Se lo esperaba, se esperaba cualquier cosa...

-La chica sol.- Respondió otra voz.

-¡Joder!- Dió un golpe sobre la mesa y se colocó la otra mano sobre la frente.

¡Maldita bruja...!

-Rechazada.- Dijo manteniendo la compostura.

-Pero los de la clase han votado...

Dijo alguien.

-No me interesa.- Se marchó molesto dando pasos fuertes.

-Cualquiera diría que has tenido un mal día...- Comenzó a reír Will quien estaba entrenando con el balón.

Noah soltó un soplido.

-Déjame en paz.- Bebió el agua de un trago exagerado.

-¿Es verdad que dices que has tenido una reacción alergica?

El moreno se puso las manos en la frente.

-Pensé que iba a morir.- Dramatizó.

Su mejor amigo lo observó y soltó una pequeña risa.

-¿Te hace gracia que me vaya a morir?

-¡No!- Se mantuvo en silencio unos segundos pensativo.- Es que últimamente te veo más contento...

El moreno observó su amigo con el ceño fruncido.

-¡Will!- Apareció Serena con la mochila de su hermano en el brazo.

-¡Serena! ¡Que buena hermana! Me llevaste las cosas... Que despistado soy.- La abrazó.

-¿Qué crees que estás haciendo? No me toques que asco...

Noah no dijo nada se dispuso a observar como los dos tenían las típicas discusiones de hermanos. Había algo diferente en ella aquella mañana.

Quizás esté enfadada conmigo...

Pensó al percatarse de que Serena no le había dedicado ninguna mirada o una sonrisa como de costumbre.

-¿Qué le pasa?- Preguntó al fin a su mejor amigo una vez la morena se había marchado.

-¿Eh?- Botaba el balón.

A veces preguntarle las cosas a Will era como preguntar a una pared, vivía en su mundo, en el deporte, esforzándose demasiado por llegar a la altura de Noah. Siempre había rumores de él, de lo ligón que era, pero solo Noah sabía que Will no era así. Quizás no le importara esa imagen de él.

-Da lo mismo...- Se levantó dispuesto a marcharse.

-Quizás debas hablar con ella.- Dejó de botar el balón de baloncesto Will con una sonrisa que Noah odiaba.

¿Y por qué no me lo dice directamente? Como se complican las personas...

Como si ya no tuviera mis propios problemas...

-Veré que puedo hacer.

-Bien.- Sonrió Will.

Había sido una sonrisa falsa, y algo le preocupaba de eso estaba seguro él. Iba a preguntarle, pero quizás no quería hablar o quizás estuviera así por lo que todos hablaban lo que sucedió en la fiesta con Helen y Noah sabía que tenía que él tenía algo que ver.

No es tu problema Noah... Tienes cosas que hacer.

A pesar de que Will fuera su mejor amigo el moreno siempre había evitado enfrentarse a problemas que no tuvieran que ver con el. Algo curioso en el presidente del consejo estudiantil, pero estaba seguro de que los que lo rodeaban sabían que él era así.

. . .

Al parecer había llegado tarde, ya que allí ya se estaba marchándose Amber.

-¡Noah!- Saludó la rubia alegre.

-Amber... ¿Sabes dónde está Serena?

La rubia se cruzó de brazos mientras pensaba la última vez que la había visto.

-Bueno... Se marchó la primera como siempre, quizás esté de bajo de los asientos de fútbol americano. Últimamente anda distraída.

-Gracias Amber.- Se marchó el moreno en la dirección que le había indicado la chica.

Avanzó hasta llegar a las sillas donde no había rastro de la hermana de su mejor amigo.

-¿Qué buscas?

La voz suave y fina típico de alguien bajita sonó detrás de él.

-Te buscaba a ti.- Se dió la vuelta mientras ella estaba de brazos cruzados con la puesta del atardecer desapareciendo detrás de ella.

Llevaba el cabello suelto, y tenía algunas ondulaciones.

-No llevas coleta.

-¿Por qué me buscabas si ni siquiera me felicitaste mi cumpleaños?

Así que es por eso...

-Tuve una reacción alérgica, lo siento mucho Serena.

Ella frunció el ceño mientras retrocedió un paso atrás al ver que Noah iba a apoyar sus manos en su hombro.

El moreno se mantuvo serio.

-No importa...- Observó a otro lado.

Claramente Serena mentía, fingía ser una chica dura, se esforzaba demasiado, pero luego decía que era lista y en la mayoría de los casos fingía que nada le afectaba.

-Lo siento.- Repitió.

Ella le miró, parecía que esperaba algo, pero al mismo tiempo parecía que también sabía que no iba a llegar lo que esperaba.

-¿Estamos bien?- Preguntó Noah sintiendo alivio.

La morena afirmó con la cabeza acompañada de una sonrisa forzosa.

El moreno apoyó su mano sobre su cabeza y con una sonrisa iba a marcharse.

-Espera...- Le cogió de la esquina de la camiseta mientras sus mejillas habían adoptado un color rojizo.

-Dime...

Ahora miraba al suelo, de vez en cuando a los lados, y movía el pié derecho hacia delante y atrás.

Dentro de él, sabía lo que quería decirle, pero rezaba mentalmente para que no lo hiciera. A pesar de sentirse cobarde y mala persona por querer que Serena siempre viviera así, el quería que las cosas permanecieran como estaba, para no partirle el corazón, porque en el fondo era como su hermana pequeña.

Antes de hablar Serena le dedicó una mirada, parecía que había leído sus pensamientos,  sonrió y finalmente  con un suspiro fingido dijo.

-¿Dónde está mi regalo idiota?

Odiando el SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora