Capítulo 20 Serena

9 1 0
                                    

Cogió una bocanada de aire antes de encender el cigarro. Había acabado de hacer un exámen de química en el que estuvo dedicando las noches mientras en los descansos entrenaba para el club ya que esa semana se había saltado todos los entrenamientos.

Sacó el móvil  del bolsillo y observó su candidatura rechazada desde hace una semana.

Era de esperar... Mido menos del mínimo.
No importa, era una tontería.

Dejó el cigarro en su mochila, aquella mañana no le apetecía fumar, y llevaba esos días bastante distraída, y apartada de todo.
Suspiró. Mientras caminaba a la cafetería donde esperaba encontrar a las animadoras desayunando y hablando de sus vidas.
La presencia de  amber  entre ellas con su brazalete que solo podían llevar las capitanas indicaba que algo no marchaba bien.

-Que reunión tan íntima... Siento interrumpir.- Dijo la joven dejando la mochila sobre la mesa.

Las animadoras la observaban mientras agachaban la cabeza algunas y otras miraban a otro lado.

-¿Qué pasa?- Se cruzó de brazos delante de Amber.

-Serena...- Se mordió el labio y sonrió.

Su voz había sonado más alta de lo normal. Quizás quisiera que todos supieran lo que iba a decir en el comedor.

Algunos del club de fútbol americano las observaban, incluso Will con el ceño fruncido y quieto esperando.

-¿Amber...?- Levantó una ceja la morena mientras seguía con su postura de brazos cruzados.

-Estabamos hablando de cosas del club.

-Lo veo. ¿Qué haces con mi brazalete?

La rubia lo observó tratando de parecer sorprendida, pero su sonrisa la delataba.

-¿Esto?- dedicó una mirada a su brazo.- Es solo temporal.

-¿Temporal?

-Bueno Serena, has descuidado mucho a las chicas últimamente, por no decir que no ibas a los entrenamientos y eso es inexcusable  para la jefa del club.- Se encogió de hombros.

Amber adoraba aquella situación, era la típica que disfrutaba con las desgracias agenas, era la primera en reírse cuando Serena se burlaba de alguna chica que quería entrar al club, o la primera en ridiculizar a quien pudiera.
Serena siempre pensó que tenerla de mano derecha era mejor que tenerla de enemiga, y a pesar de años a su lado  nunca había llegado a confiar en ella.

-Temporalmente voy a ser la capitana absoluta... hasta que las chicas estén estables y busquemos una nueva capitana.

-Imagino que tu sola te has proclamado capitana ¿no?- Sonrió Serena.

-Por el bien  de todos.- Devolvió la sonrisa la morena.

Los murmullos comenzaron a sonar por el comedor.

-Seguro que sí.- Mantuvo la sonrisa la morena.

-Bueno Serena, no estas en facultades, ya que estabas distraída con eso de... ¿Qué era?

Serena abrió los ojos como platos.

-¿Modelar?

Un cubo de agua congelada imaginario se le cayó encima a Serena, borrando su sonrisa que había conseguido mantener.

Amber soltó un soplido acompañado de una risa forzada.

-¿Crees que con tu estatura vas a llegar a ser modelo?- Se giró mirando a las animadoras que permanecían calladas.

La morena tragó saliva, en aquel momento por su cabeza se le ocurría todas las maneras posibles de como asesinar a Amber, pero optó por sonreír y caminó hasta estar a menos de diez centímetros de la rubia.

-Por fin has tenido ovarios para pasarme por encima...

La rubia dejó de sonreír y Serena miró de reojo a sus antiguas compañeras.

-Espero que mantengas esos ovarios para la guerra.- Añadió antes de irse del comedor sonriente y dejando la chaqueta de capitana tirada en los pies de la rubia.

-¡Estás expulsada! ¡Estás fuera! Ya veremos si entras en las próximas...- Gritó furiosa Amber.

. . .

Las horas pasaron mientras Serena se había escondido en unos baños que llevaban sin uso durante años en el instituto y a donde nadie iba. Se había saltado tres clases, y durante esas tres horas estuvo mirando a la ventana con el cristal roto y decidiendo si furmarse un cigarrillo.

-¡Ts!- Se quejó mientras sacaba uno y lo encendía.

El sonido de una pisada sobre los cristales rotos hizo que Serena observara de reojo de quien se trataba y dejara de pensar.

-Parece que me persigues...- Dijo una voz masculina.

Era un joven alto de pelo rubio y ojos café.

Serena soltó una risa breve.

-Ni siquiera sé quien eres.

El chico sonrió mientras se encendió un cigarro.

-Pensé que me habías dedicado un mínima mirada delante de Frida.

La morena dejó de sonreír y volvió a mirar con atención a aquel chico.

-¿Newt?- Preguntó recordando el nombre que Frida nombró cuando él la interrumpió de sus despectivos comentarios hacia Serena.

-Recuerdas mi nombre... ¿cómo te fue la candidatura?

Serena lo miró de reojo con el ceño fruncido.

¿Está de coña?... solo puede estar de coña.

-Mi hermana resulta bastante odiosa... Intouch es una mierda, tú eres mejor que eso, pero si aún así quieres deberías mirar tu candidatura más adelante.

El rubio tiró el cigarro y se dirigió a la puerta.

-Te vi en el comedor... Se te da mejor pelear que rendirte.

Newt se marchó por la puerta dejando a Serena callada y pensativa.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 30, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Odiando el SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora