Capítulo 6 Helen

31 7 26
                                    

Se quitó las gafas aprovechando los cinco minutos que le quedaban para bajar y ver a Will. Se observó en el espejo, se veía extraña, y un poco borrosa.

-Que guapa estás.- Se acercó su madre y le abrocha la camisa de manga larga negra con lunares.- Te queda genial esas medias negras con las botas, y la falda morada.

-Quizás demasiado oscura.- Confesó.

-Con esto ya no te ves tan oscura.- Le apoyó sobre los hombros un abrigo turquesa.

-Es verdad que ya no estoy tan oscura...- Se miró al espejo.

-¿Con quién hablas?- Entró por la puerta su tía Margot.

La morena se dió la vuelta, ya no había rastro de su madre, observó a la mujer apoyada en la puerta esperando una respuesta.

-A nadie...- Trató de sonreír mientras negaba con la cabeza.

La mujer le devolvió la sonrisa.

-Me alegro de que salgas...

Era extraño ver a su tía Margot en casa, normalmente siempre estaba de viajes resolviendo casos, o como decía ella Historias a medias... Pero en cierto modo tenerla aquella noche era lo más parecido a su madre.

-Volveré más tarde.

Margot se encogió de hombros.

-No he preguntado.- Sonrió.- Pasalo bien.

Helen sonrió y salió por la puerta alegre y animada. Se sentía como una princesa con un príncipe esperando en la puerta de su casa, pero en vez de una carroza con un todo terreno negro.

-Hola...- Saludó tímida mientras se sentaba y el coche arrancaba.

-Que guapa.- Sonrió.

Ella soltó una risa corta y tonta, se sentía extraña aquella noche. Era como si nunca lo hubiera visto y fuera la primera vez que lo viera, a pesar de haber estudiado juntos desde que tenían seis años, por otra parte sentía como una angustia en su estómago algo parecido a un nudo que había empezado desde el momento de la cena. Lógicamente no pudo cenar nada.

-Ya hemos llegado.- Detuvo el coche al lado de otros vehículos Will mientras bajaban.

Había gente fuera de la casa, las puertas estaban abiertas y la música se escuchaba fuerte. Hacía demasiado frío así que se alegraba de tener su abrigo.

Avanzó, sus piernas temblaban, pero no importaba Will estaba allí y aquella noche ella tenía que pensar en disfrutar.

-¡Will!- Los chicos del club rodearon al joven con los brazos haciendole miles de preguntas, llevandoselo entre la multitud y finalmente desapareciendo.

A Helen no le molestó, realmente sintió envidia de él, todos notaron la presencia del joven y aunque hubiera venido con él ella parecía la sombra.

Sonrío mientras se sirvió un vaso de coca cola y comenzó a caminar por la casa, observando a sus compañeros, animadoras, del club de fútbol, gente que en el instituto eran de una manera y aquella noche parecía de otra. Estuvo así una larga hora hasta que decidió buscar algún lugar tranquilo, puede que salir a tomar el aire, quizás sentarse en el porche.

-Hola Will...- La saludó Amber.

Helen se escondió en una esquina apoyando su espalda contra la pared, casi como si estuvieran fusionadas, en la cocina, una zona que parecía poco transitada estaba la rubia, apoyándose sobre la mano sobre la mesa tratando de acorralarlo.

-Hola Amber...- Saludó él tratando de liberarse pero la joven no le dejaba.

Llevaba un vestido corto, el pelo ondulado en unos perfectos tirabuzones, era ni muy alta ni muy baja, tenía un cuerpo definido por entrenar todos los días y dar ejemplo como mejor amiga de Serena y segunda capitana del club. Helen pensó que era la chica más bella del insituto, y extremadamente femenina.

-Hace tiempo que no te veo mirarme...- Se acercaba lentamente al joven.

No te acerques más a él...

La morena apoyó la mano sobre el estómago estaba enfadada, pero también triste.

-He visto que miras mucho a la frikki del consejo... ¿Tratas de ponerme celosa con ese espantapájaros?

-Amber... Lo nuestro era solo diversión.-

-¿Diversión? ¿Y en un juego no se supone que deben disfrutar los dos? Yo no he decidido parar de jugar... Sé que tú tampoco...- Acercó sus labios a los de él.

¿Qué hago mirándoles? ¿Por qué he venido?

-¿Qué hacéis?- Entró por la otra puerta Serena con una sonrisa molesta interrumpiendo el eminente beso.

Helen respiró aliviada.

Me tengo que ir...

La morena trató de salir de allí cuando sin querer le dió una patada a una botella de cerveza en el suelo.

-¿Quién cojones está ahí?

Amber se acercó a la puerta mientras ella y la morena se chocaron haciendo que la coca cola de su vaso la mojara un poco.

-¿Eres tonta?- Dió un manotazo al vaso de Helen tirándo este al suelo.

-Lo siento...- Musitó nerviosa.

-¿Lo siento?

Ls chica afirmó con la cabeza mientras el lugar cada vez se llenaba más de personas observando la escena.

-¿Qué haces aquí?- Se cruzó de brazos la rubia.

Helen comenzó a respirar con fuerza mientras su pecho bajaba y subía, en aquel momento es como si las palabras no salieran de su boca.

-¿No hablas?- Se acercó a ella como si compartieran un secreto, seguidamente se dio la vuelta y observó a todos.- ¿Quién ha invitado al espantapájaros?

Todos rieron excepto Will y Serena que se encontraba apoyada en la encimera de brazos cruzados observando a Amber con la mirada seria.

-No estás invitada... Eres patética, nadie te invitaría a venir aquí... ¿Con quién vienes eh?- Insistió.

El corazón le latía con fuerza, se sentía nerviosa, porque todos la miraban, estaba confusa porque miró a Will y él se mantenía callado mientras su mirada pedía a gritos que no dijera su nombre, estaba triste porque no era capaz de irse y porque nadie le iba a sacar de ahí... ni siquiera él.

-Yo... He venido...

-¿Has venido?- La empujó Amber mientras todos volvían a reír.

Serena le dedicó una breve mirada a Will. Parecía molesta.

-¿Eres sorda?

-¿Dónde estabas?- Se acercó una joven pelirroja sonriente con dos vasos en ambas manos.- Casi te pierdo de vista.- Le entregó el vaso a Helen.

¿Quién es? No la conozco de nada...

Helen extendió la mano y cogió el vaso que le había ofrecido aquella joven de ojos marrones y pequeñas pequitas dispersas por su nariz.

-Viene conmigo.- Se dió la vuelta y observó a la rubia.

-Bambi...

-Amber. No he hablado contigo, pero seguro que tenemos tiempo de conocernos... ¿Verdad?- Sonrió nuevamente.

La joven la observó unos largos segundos.

-Sí... Supongo que sí.

-Bien.

Se dió la vuelta y con total confianza le cogió de la mano a Helen llevándosela de aquel lugar.

Serena se dió la vuelta, había escuchado todo aquello, y por algún motivo había sonreído antes de irse.





BUENO CHICOS ¿QUÉ OS HA PARECIDO ESTE CAPÍTULO?

¿SERÁ QUE AMBER SE MERECÍA ALGO MÁS POR PARTE DE BAMBI?

SALUDOS LA CHICA SOL.

Odiando el SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora