El sudor resbalaba por su frente mientras su cabello castaño oscuro se le pegaba en la frente.
-¡Mierda de gorra!- Se levantó al ver que el peligro había pasado.
Ella se levantó y se quedó observandole unos largos segundos. Había sido una gran casualidad que aquella noche estuviera espiando a su padre y justamente se encontrara con él.
-¿Me seguías?- Se dió la vuelta y le dedicó una mirada de pocos amigos con la nariz arrugada y el ceño fruncido.
-Estaba siguiendo a nuestros padres.
Noah levantó la mano como gesto de stop.
-¿Nuestros? No somos familia... y ese chucho feo tuyo tampoco lo es.
Bambi sonrió mientras se golpeaba la falda de flores para quitarse el polvo.
-Como quieras. Pero vamos a perderlos de vista como sigamos hablando...- Dijo al ver que Isabelle y James se subían al coche.
-¡Joder!- Se quejó el moreno en voz baja y comenzó a buscar algo desesperado.- ¡Corre vamos en coche a perseguirlos!
-Yo no tengo coche...- comenzó a perseguirle a paso sigiloso.
-¡Vamos al mío!- cogió las llaves abrió la puerta y se subieron a su todo terreno de color blanco.
-Normalmente se usa coches oscuros...
-Perdona por no tener uno para esta ocasión.
Sunny sonrio y observó a Noah como sacaba de la guantera unas gafas de sol y otra gorra.
-¿Cuántas tienes de estas?
-Póntelo para que no te reconozcan.
Bambi frunció el ceño. No parecía el mejor disfraz de camuflaje, pero se encogió de hombros y se puso lo que le dió el moreno mientras los perseguía.
. . .
Habían parado delante de un parque de atracciones que solía abrirse durante aquella estación del año.
-¿Qué edad creen que tienen para ir a esto?
La pelirroja se mantuvo callada mientras observó como se bajaban sonrientes. A decir verdad nunca había visto a James tan feliz.
-Vamos...- Bajaba del coche Noah.
Bambi lo persiguió y caminaron durante una hora seguida mientras a cada atracción que se subían james y Isabelle se sentaban en un banco a observar.
-Que aburrido...- Confesó mientras se sentaba en un asiento.
-¿Qué crees que haces?- Se quejó Noah al verla sentada.
La joven soltó un soplo de cansancio.
-Ya no quiero seguirles... ¿Total que sacamos de eso? Ni siquiera les podemos escuchar. Además ya veo que se lo pasan muy bien juntos, no me interesa estorbar.
Noah la observó unos largos segundos hasta que también se sentó en el asiento.
-Bueno pues nos vamos. ¿Quieres que te acerque a tu casa?
Bambi frunció el ceño.
-No me quiero ir... Además ¿no te apetece subir?
Noah la miró estupefacto con sus ojos verdes.
-Bueno... La verdad es que no he ido a un parque de atracciones desde pequeño...
Se rascó la cabeza pensativo.
Bambi sabía que sus amigos y las chicas del club de animadoras siempre hacían planes para ir a sitios como esos, pero él simplemente no estaba nunca.
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Odiando el Sol
Roman pour AdolescentsNoah Holland es el típico un adolescente de 17 años, popular guapo, listo y engreído que vive su último año de instituto obsesionado con ser el mejor en todo. Mientras pasa el curso con sus desastrosos amigos, líos de amor y mucho más... Se reencuen...