Una Segunda Oportunidad

Nuevos Horizontes

Valentina Carvajal era conocida como la abogada más temida de Nueva York y no precisamente por su apariencia porque como sabemos es como un ángel caído del cielo, un ser tallado por los mismos Dioses, en fin, creo que eso lo tenemos más que claro.

La fama se la ganó debido a ese gran temple que demostraba frente a lo jueces, no había quien le ganara una. Pero ella sentía que Nueva York ya no tenía nada nuevo que ofrecerle. Conocía perfectamente el modo de trabajar de los colegas de otras firmas y las formas en que podía ganarles facilmente.

Ella quería encontrar a otro abogado digno de una buena pelea o buenos alegatos. Un día mientras se dirigía a su oficina cuando estaba a punto de entrar al edificio se topó con un puesto de periódicos y revistas. Vendían de todo tipo, desde revistas de chismes hasta las más cultas.

Su curiosidad le ganó cuando vio un titular que decía "La gran Juliana Valdés vuelve a ganar un caso", se detuvo y compró la revista. En ella mencionaba que Juliana Valdés era una abogada muy reconocida en la ciudad de Chicago, que sus tasas de triunfo eran casi al 100%.

Eso ciertamente despertó el interés de Valentina y pensó que era hora de cambiar de aires y que Chicago sonaba muy bien para ella.

Decidió planear su viaje y a la semana de haberlo pensado ya se encontraba allá. Ella habia avisado en su firma que era hora de tomar otro rumbo y que se iría.  Obviamente los socios de esa firma estaban devastados porque se iba la mejor abogada de Nueva York.

La noticia voló más rápido de lo que se esperaba, cuando llegó a Chicago para organizar su estancia y conocer un poco la ciudad, recibió muchas ofertas de empleo pero la que más le llamo la atención fue el bufete de Baker &McKenzie ya que era conocida como el mejor bufete. La contacto uno de los socios Jeremy Rowin, ella aceptó gustosa reunirse con él.

La reunión fue mejor de lo que esperaba, el lugar cubría totalmente sus expectativas y más cuando escuchó que la persona que ansiaba conocer era socia. Ella con mucha astucia le sacó información a Jeremy sobre Juliana Valdés.

Este no necesitaba tanto para hablar de su colega favorita, habló tantas cosas sobre ella, que Valentina moría de ganas por conocerla. Le preguntó a Jeremy si podía reunirse con Juliana para conocer a su futura colega. Pero para su gran decepción Juliana se había ausentado por un asunto personal.

Valentina se despidió con la promesa de regresar en unos meses, tiempo de gracia que le ofreció el bufete para que terminara de arreglar sus asuntos pendientes en Nueva York.

Pasaron los meses y el gran día llegó. Se dirigía a la sala de juntas para conocer a todos los miembros del bufete. Entró con paso firme sin una pizca de duda o temor.

Cuando entró,  lo primero que notó fue que todos guardaron silencio. Ella los recorrio a todos con una mirada y una gran sonrisa. Hasta que su mirada cruzó con la de una mujer que a simple vista irradiaba una belleza y seguridad sin igual.

No sabía lo que le pasaba con aquella mujer, pero no podía apartar su vista. Esos ojos color marrón y mirada penetrante la atraparon por completo. No supo en que momento Jeremy se paró a lado de ella para presentarla. Solo logró escuchar su nombre.

Ella de inmediato apartó momentáneamente la mirada de la pelinegra para fijar su vista en todos los demás. Jeremy le cedió algunas palabras

~Hola a todos, como ya habrán escuchado, desde el día de hoy seremos compañeros. Espero que todos estemos a la altura  del trabajo. No estoy acostumbrada a perder y no planeo hacerlo ahora que estoy aquí, si quieren reconocimiento de mi parte por hacer su trabajo, no lo tendrán ~

Todos la miraban, algunos con desinteres, otros con admiración y otros cuantos con envidia y molestia

Algunos murmuraban que ella no los conocía lo suficiente como para hablarles así. Pero también había quienes la defendían y decían que no por nada es la mejor abogada de Nueva York.