Lo prometido es deuda, así que aquí está. Que lo disfruten Maratón 1/3
La mañana siguiente llegó, ambas chicas se encontraban profundamente dormidas en el sillón de Valentina, una recargada en la otra. Después de las confesiones pensaron que sería buena idea disfrutar de lo que restaba de la tarde, casi noche, para conocerse un poco más.
Antes de que Juliana llegara, la rubia estaba por ver una película, misma que se encontraba en pausa en el televisor que estaba situado frente a ellas. Después de un poco de charla, risas y ¿por qué no? un poco de coqueteo. La pelinegra pensó que era buena idea sugerirle a Valentina que continuara viendo lo que tenía pausado, eso le serviría un poco para conocer los gustos de la rubia en películas y tal vez más adelante invitarla a ver una.
Además de que sería un pretexto perfecto para pasar más tiempo a su lado. Como si la rubia pudiera leerle la mente, la ojiazul tenía la misma idea y le sugirió ver la película. No quería que Juliana se fuera y que mejor excusa para que se quedara que esa.
Fue así que ambas chicas se dedicaron a ver la televisión o bueno, al menos fue así al principio, ya que conforme iba avanzando la película parecía que las estaba relajando más de la cuenta. La primera en quedarse dormida fue la morena. Cuando Valentina volteó para decirle lo que pensaba sobre una escena, se percató que Juliana dormía profundamente.
Se quedó contemplando su sueño dejando a un lado la película que aún seguía corriendo. Por más que quería no podía de dejar de verla, le encantaba la forma en el que el rostro de Juls se veía tan relajado.
Lentamente levantó su mano y con sumo cuidado empezó acariciar con su dedo el contorno de su rostro, su tacto hacia ella era tan delicado y gentil, tenía miedo de despertarla y perderse de aquél momento tan único.
Aún con su vista puesta en ella seguía sin poder creer que no era un sueño y que en verdad la persona que le gustaba se encontraba durmiendo plácidamente a su lado, no podía dejar de sonreír y con ese último pensamiento y gesto, cerró por unos minutos sus ojos, dejándose llevar por aquel maravilloso y pacífico momento. Sin pretenderlo también se quedó dormida.
Lo que ninguna sabía es que Emy había llegado tiempo después y había sido testigo de aquella escena tan tierna. Al principio se sorprendió de ver a Juliana ya que era algo tarde para que aún estuviera ahí pero cuando se acercó un poco más, notó que ambas estaban profundamente dormidas.
No sabía que hacer, una parte de ella no quería perderse aquél momento tan tierno pero estaba segura que sí despertaban y la veían se asustarían y puede que hasta hubiera un retroceso en eso que estaba pasando entre ellas.
Lo único que se le ocurrió fue sacar su celular y marcarle a Eva para pedirle asilo por una noche
~Hola Eva, perdón por marcarte tan tarde~
~Hey Emy, ¿todo esta bien?, ¿llegaste bien a casa?~ preguntó la peliroja en tono preocupado
Emy sólo sonrió al escuchar eso. Su relación con Eva se había vuelto muy cercana. Justo acababa de regresar del departamento de la peliroja, se habían dedicado a hablar sobre sus amigas y al mismo tiempo un poco sobre ellas. En tan poco tiempo sentía que habían congeniado muy bien y cualquiera que las viera juntas pensaría que tenían años de conocerse
~Sí, todo bien. Quiero pedirte un mega favor~ dijo susurrando lo más bajo que pudo
~Claro, dime. ¿Y por qué susurras?~
~Tendrías que verlo para entenderlo~ acto seguido la pelinegra se quitó el cel de su oreja, abrió WhatsApp y les tomó una foto a las chicas enviándosela inmediatamente a Eva.
ESTÁS LEYENDO
Una Segunda Oportunidad
RomanceJuliana creyó que jamás volvería a enamorarse después de un trágico accidente que marcó su vida, pero no contaba que poco a poco una hermosa y cautivadora mujer llamada Valentina Carvajal eclipsaria nuevamente sus sentimientos, dándose a si misma, u...