Pendrive

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Las horas habían transcurrido muy lentamente para el gusto de Juliana, no habia podido pegar el ojo en toda la noche y le urgía que amaneciera para poder ir a la oficina a buscar el pendrive.

Se encontraba ya arreglada y lista cuando la alarma sonó a las 5:00 a.m. No perdió más el tiempo y tomó las llaves de su vehículo para dirigirse finalmente a su destino.

A los 30 minutos después, ya se encontraba aparcando en las instalaciones de su trabajo; bajó lo más rápido que pudo del automovil y corrió hacia la entrada principal. Muchos de sus colegas intentaron saludarla pero ella realme no tenía tiempo para ese tipo de cosas, así que simplemente levantaba la mano a modo de reconocimiento cuando pasaba a lado de ellos.

Esa actitud se les hizo muy extraña a muchos, ya que Juliana a pesar de ser la mejor litigante, nunca demostró arrogancia o algún comportamiento grosero hacia los demás y siempre tenía una sonrisa en su rostro. Cosa que hace algún par de días ya no poseía.

Juliana estaba tan preocupada pensando en que hacer, que nunca se dio cuenta que Jeremy le hablaba

Juliana, espera!-

Reaccionó hasta que fue tomada por el brazo repentinamente

-Oh, hola Jeremy. Discúlpame, ando un poco distraída. ¿Te puedo ayudar en algo?-

-No te preocupes, solo te vi y quise saludar, aunque ahora que te veo, luces algo preocupada. ¿Esta todo bien?-

Juliana se puso un poco tensa al escuchar esa pregunta y no pudo evitar derramar una pequeña lagrima. Rápidamente se dio cuenta y se la limpió para no preocupar a su socio

-Todo esta bien por aquí, no te preocupes-

Todo lo ocurrido no pasó desapercibido por él pero respetaba la decisión de Juliana en no contarle si no lo deseaba

-Muy bien, te voy a creer. A todo esto, no he visto a Valentina. ¿Siguen trabajando en ese caso de nuestro cliente Oscar?-

-Sí, seguimos en eso. Discúlpame Jeremy pero de verdad tengo un poco de prisa. Necesito estar en una reunión y tengo que llevar una información-

-Claro, no te detengo más. Éxito y acabalos-

-Sí, gracias-contestó la morena intentando aparentar seguridad y dándole una pequeña sonrisa que parecía más una mueca

Sin perder más el tiempo retomó su camino dirigiéndose a su oficina, cuando llegó fue directamente a uno de sus cajones de su escritorio. Estaba tan nerviosa que no encontraba el pendrive y solo conseguía revolver todos los papeles que tenía a su alrededor.

Después de varios intentos por fin recordó el lugar exacto en dónde lo había guardado y lo sacó. Sabía que si lo entregaba, todo el caso lo echaría por la borda y no tendrían nada para atrapar al socio de Oscar. Tal vez antes se hubiera sentido entre la espada y la pared, pero ahora nada le importaba más que el bienestar de la dueña de su corazón, de su preciosa Val

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Mientras tanto, en aquella casa alejada de la civilización, se encontraba aquel hombre limpiando el lugar para que al terminar con todo, no hubiera evidencia de que estuvieron en algún momento ahí. Contaba con que todo saldría de maravilla y pronto se podría largar de ese lugar

Decidió poner al corriente a su jefe-socio de como estaban marchando las cosas por el momento y darle la buena noticia de que todo estaba a punto de terminar.

Sacó su celular y marcó el número de Timothy. Después del tercer timbrazo se escuchó la voz que tanto esperaba

-¿Qué pasa? ¿Alguna novedad?-

Una Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora