Te amo

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POV JULIANA

Estoy parada frente al espejo, es inevitable no analizarme, mi cabello esta medianamente largo, es oscuro y tiene una que otra ondulación, no entiendo cómo es que Val se ha fijado en mí, ella podría tener a quien quisiera, es guapa, inteligente y muy divertida, aun con todas esas cualidades ella me ha elegido a mí, y eso me hace inmensamente feliz. Ella es mi Val y yo soy de ella.

A pesar de todo, hay momentos que no me creo tanta felicidad, tengo miedo de que todo esto sea un sueño, y que finalmente termine por despertar. Cuando miro hacia atrás, veo a Camila siendo feliz a mi lado, pero rápidamente la imagen se desvanece para dar lugar al día donde tuve que dejarla dentro de una caja de madera.

No pude salvarla y siempre me sentiré culpable por eso. Tal vez si yo le hubiera dicho que me quería casar con ella y le hubiera dado el anillo, ella estaría viva; nunca debió haber ido a esa joyería, de no haberlo hecho, estaría a mi lado y ambas seriamos felices. Sé que de nada sirve atormentarme con los hubiera, porque ya es demasiado tarde, ella está muerta y yo me he quedado solo con su recuerdo.

Ahora tengo a Val, ella es mi ángel, es ese bálsamo que tanto necesitaba para que mi corazón sanara, ella es tan perfecta y la amo, al fin puedo reconocer y ver con claridad este sentimiento. Ese odio que creí sentir no era otra cosa que una barrera para proteger mi corazón y la memoria de Camila, porque de cierta manera sentía que la estaba traicionando.

Hoy por hoy, me gusta pensar que fue ella la que me envió a Val, tiene que ser ella, no encuentro otro motivo para que Valentina haya aparecido en mi vida cuando perdí a la que creí seria mi único verdadero amor.

Quiero que esta vez mi historia sea diferente, no estoy dispuesta a cometer los mismos errores que cometí con Camila, quiero que Val tenga la certeza de que ella es el amor de mi vida, y que la protegeré de quien sea, incluso de la misma muerte. No voy a negar que vivo con el miedo de que la tragedia se repita y la termine perdiendo, juro que esta vez no voy a sobrevivir al dolor y al sentimiento de vacío.

- ¿Juls? ¿Estás bien? - Su voz detrás de aquella puerta me hace alejar todos esos pensamientos y concentrarme en mi realidad, esa, donde tengo a mi guapa novia en mi departamento.

-Sí, sí, todo bien, en un momento salgo. - respondí rápidamente.

-No tardes por favor, la cena se está enfriando. -

-Ya voy - Dije por última vez.

La escuché alejarse, y me dispuse a darme otra mirada, acomodé un poco mi cabello desordenado y salí rápidamente del cuarto de baño. Caminé por el pasillo, hasta que las paredes no fueron un impedimento para contemplarla.

Estaba recostada sobre el sillón, se veía tan radiante y tranquila, que de lo único que tenía ganas era de comérmela a besos. Me recargué sobre la pared y cruce mis brazos para disfrutar de la vista, podría pasarme toda la noche observándola y ni aun así me cansaría.

Verla, era como estar frente a la playa disfrutando del sonido de las olas golpear, mientras admiras sentada, las tonalidades rojizas que adquiere el cielo en tanto el sol va descendiendo hasta desaparecer, esa escena siempre me había causado tranquilidad, y ahora ya no tenía que buscar ningún atardecer porque la mujer que esta conmigo en esta habitación me causa la misma sensación.

Ella con sus caricias y sus besos me genera tranquilidad y si de algo estoy muy segura es que la quiero conmigo para toda la vida, que lo primero y lo último que vea al acostarme y despertar sea su hermoso rostro.

Quisiera seguir admirándola, pero mi panorama se ve interrumpido cuando ella levanta su rostro y fija sus hermosos ojos azules sobre mí, sin demora las comisuras de sus labios se elevan, dándome una sonrisa cálida que yo respondo.

Una Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora