Capítulo nueve

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Locura

De tantas veces que he venido a buscarte me conozco mejor el camino a tu casa que a la mía.

Comían en silencio, cada cual pensando en sus propios problemas y en cómo ayudar a los de los demás, se sentía como si una maldición hubiera caído sobre la familia. Era el primero de septiembre, hace un año solamente, Achernar Hitchens había estado camino a la estación mientras comentaba a sus padres con escepticismo una noticia del periódico sobre Harry Potter, que, aunque en ese momento no había hablado nunca personalmente con el chico, le parecía muy difícil de creer. 

Hace un año Regulus Moore preparaba sus maletas para volver a Inglaterra desde Hungría, mientras su padre intentaba convencerle de estudiar alguna carrera muggle antes de entrar en ese sistema mágico tan incomprensible. 

Hace un año Cassiopeia Hitchens estaba entre las mejores aprendices de medimago de San Mungo y su hermana Adhara pasaba mucho más tiempo perdida entre su trabajo con criaturas mágicas que en casa. 

Hace un año Lyra Moore apoyaba a su esposo sobre la posibilidad de que su hijo estudiara una carrera muggle antes de decidirse por una mágica, aunque pensaba que Regulus nunca la necesitaría, pero dieciocho años le había parecido de repente muy poco tiempo para separarse tan radicalmente de su hijo.

Pero ahora cualquiera de ellos regresaría con gusto el tiempo, Achernar comenzaba a sentir nostalgia por Hogwarts y al mirar la fecha sintió como si estuviera faltando al colegio cuando no se dirigieron a la estación esa mañana; Regulus pensaba que definitivamente debió haber escuchado a su padre y entrado a la universidad muggle en lugar de enviar una solicitud al departamento de inefables, quizás si ahora fuera un estudiante universitario nada de esto estaría pasando; Cassiopeia repasaba una y otra vez los mismos recuerdos mientras intentaba descubrir qué era lo que había pasado, que era lo que estaba fallando en su mente para que tuviera tantos huecos en la memoria; Adhara había tomado un par de semanas libres para pasar en casa junto con su hermana y su primo; Lyra pensaba que era mejor preocuparse por que su único hijo decidiera independizarse a tener que preocuparse de que su hijo y su sobrina podrían estar volviéndose locos.

- Voy a dar una vuelta - dijo Regulus en cuanto terminaron.

- Es mejor que no salgas - aconsejó Lyra -. Si tienes una recaída de preferencia que sea en casa.

- Pero nunca he tenido problemas cuando estoy en casa... siempre es cuando salgo, no los he tenido en las últimas semanas, pero aquí dentro no voy a descubrir nada nuevo - dijo Regulus mientras llevaba los platos al fregadero.

- Es tan rara esa costumbre que tienen de hacer las cosas con las manos - suspiró Cassipeia asentando su cabeza sobre sus manos.

- Es tan rara esa costumbre que has adquirido de no quitarte nunca esa tiara - comentó Acher simulando los ademanes de su hermana y asentando también la cabeza sobre sus manos -. No te ofendas hermanita pero no combina con el pijama.

- Idiota - murmuro Cassy rodando los ojos.

- De haber sabido que te gustaba tanto la habría conseguido antes - dijo Regulus con un tono ligeramente más animado.

- ¿Los inefables ya han descubierto algo? - preguntó Leo, el muchacho negó con la cabeza.

- Es confidencial. Pero nada, están tan perdidos como yo, lo único que me han recomendado es que intente volver a provocar esas visiones para así poder analizarlas mejor - contestó mientras seguía con los ojos los platos que se habían levantado todos de la mesa mientras su tía Vanessa los levitaba hasta el fregadero de la cocina -. Por eso quiero salir a dar una vuelta, tal vez pueda descubrir qué está pasando.

La generación rotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora