Capítulo 36: Aliado inesperado

3 1 0
                                    


La llegada de Prometeo había ocasionado que en el campo de batalla frente a esa fractura el ambiente cambiara, pues, aunque tanto Yereth como Scord sabían que no necesariamente tenían que vencer a los ángeles, el hecho de tenerlos frente a ellos les hacia ver que eran bastante insignificantes si eran comparados en poder, incluso para Scord y su poder de los dioses. Eso claramente les había hecho sentir temor, pues el poder de Prometeo y Pandora no era algo que debía tomarse a juego.

...

Scord: Sinceramente creo que tendremos que pelear, no creo que crear barreras funcione en sujetos como ellos, pero si peleamos es obvio que vamos a morir. ¿Allheird, me escuchas? Se que lo haces, si puedes ven a ayudarnos o moriremos antes. (se quedó en silencio unos segundos esperando respuesta) Bueno, recordé que no vendrías, así que discúlpame Allheird.

Prometeo: ¿Allheird no vendrá? ¿Estás seguro? (Aparece detrás de Scord) ¿Será que si te mato seguirá sin venir? Dijiste que eras su posible heredero, no creo que te deje morir.

Scord: Yereth... Tendremos que pelear.

Yereth creo una esfera lavanda con espinas hacia adentro que se acercaban a él casa vez más, Prometeo movió su mano para tocar un lado de la esfera que comenzó a quebrarse hasta estallar.

Yereth: Espero que unos segundos basten para que venga. (Cambió su forma de ángel por la de un demonio, estaba por avanzar a Prometeo, pero Pandora se puso frente a él).

Cuando Pandora se interpuso entre Yereth y Prometeo, Scord finalmente se movió y avanzó impulsivamente hacia Prometeo, quien al instante lo detuvo con una sola mano y con la mano libre golpeó de inmediato el estómago de Scord y lo mandó a volar, pero antes de que se alejara lo suficiente, Prometeo liberó una nube de corrupciones y rápidamente la transformó en un látigo que sujetó entre sus dedos medio y anular, y con el enredó a Scord y lo jaló hacia el solo para continuar golpeándolo.

Cómo Scord no se podía mover a causa del látigo enrollado alrededor de su cuerpo, se estaba comenzando a desesperar y comenzaba a tener miedo de morir, así que, entre todo ese miedo, sus brazos comenzaron a liberar energía ocasionando que sus brazos se volvieran totalmente de fuego y perdieran su forma física. Inmediatamente después de que sus brazos tomaron esa forma, el látigo se rompió y sus brazos regresaron a la normalidad.

Lo recién ocurrido si había sorprendido a Prometeo, pero por la expresión en su rostro se podía notar que a pesar de que Scord había roto el látigo, aun no estaba cerca de poder dañarlo.

Prometeo: ¡Te felicito! Has podido romper mi látigo, pero para tu desgracia, ese ni siquiera estaba cerca de ser al menos un látigo de juguete. Te he dado una segunda oportunidad para que intentes dañarme.

Scord: (En su mente) Yereth, si me escuchas, debemos salir de aquí. Estos sujetos solo se están burlando de nosotros antes de finalmente matarnos. ¡Debemos irnos antes de morir aquí!

Yereth: Si sabes cómo dar un paso atrás sin que ellos ya tengan su mano es tu corazón te habré felicitado. (Pensó).

Scord y Yereth estaban siendo golpeados por Prometeo y Pandora, respectivamente. Ellos no tenían la fuerza suficiente para pelear contra los ángeles y en caso de seguir así terminarían muriendo, pero mientras eran golpeados, algo bueno ocurrió, ya que en ese instante aparecieron diez esferas metálicas girando a gran velocidad mientras expulsaban vapor de diferentes colores. De esas diez esferas, cinco fueron hacia Prometeo y la otras cinco se dirigieron hacia Pandora. Cuando las esferas llegaron a Prometeo y Pandora, explotaron frente a ellos. Algunas solo liberaron tanto vapor que era imposible ver, pero otras liberaron rayos rojos que envolvieron a los ángeles en ellos para intentar evitar su movimiento, pero no funcionó del todo, ya que los ángeles aún podían moverse. Al mismo tiempo que las esferas explotaron, Layra apareció a gran velocidad y dio un fuerte golpe en el estómago de Pandora haciéndola retroceder ligeramente.

Al mismo tiempo que Layra golpeó a Pandora, Creo dos esferas y las lanzó a Yereth y Scord, y cuando las esferas tocaron sus cuerpos, ellos desaparecieron. Esas eran las esferas de transportación instantánea. Todo lo que esas esferas tocaban era enviado a un lugar aleatorio en el universo mortal.

Layra: ¿Así que ustedes son esos ángeles de los que todos hablaban? ¿Ustedes son los seres que el señor Sorack no tenía previsto? Tengo la misión de matarlos para que el plan de Sorack no se arruine, aunque... (Se dirige a Pandora) Sinceramente tú tienes un nivel de belleza alto, y con tu poder sería interesante volverte parte de Layrdeld, pero ahora no debo pensar en esto. Además, me has estado llamando y esto comienza a hartarme.

Mientras tanto, Layra había llegado a dónde se encontraban los ángeles, y había enviado a Yereth y Scord a otro lugar en el universo. En ese momento se encontraba confrontando verbalmente a Pandora.

Prometeo: Espera, ¿Dices que Pandora te ha estado llamando? ¡Entonces tú eres...!

Layra: ¡Soy Layra, diosa de la voluntad desde mi nacimiento y diosa de la lujuria desde hace unos años! Actualmente mi poder de los dioses no está trabajando, pero si me desafían, tengo la capacidad de vencerlos a ambos, pero usar todo mi poder arruinaría los planes del señor Sorack y tal vez hasta pierdo Layrdeld.

Prometeo: ¿Sorack? Lo has mencionado un par de veces, ya hasta comienza a interesarme.

Layra: No podrás conocerlo ni en tus sueños...

Al terminar de hablar, se comenzó a escuchar el sonido de un arpa que no parecía venir de ningún lugar, y al mismo tiempo Layra avanzó a gran velocidad hacia Prometeo, pero cuando lo hizo, el ángel desapareció y reapareció detrás de ella.

Prometeo: Interesante, traes acompañamiento musical, pero no has obtenido nada para poder vencerme. (Habló burlonamente)

Al terminar de hablar, Prometeo creo un guante con púas a base de corrupciones e intentó golpear a Layra, pero justo en ese momento el espacio tembló bruscamente y frente al ángel apareció una silueta negra que detuvo su golpe con una sola mano, y lentamente esa silueta tomo forma hasta ser un joven rubio y alto con una gabardina color roja.

Layra: Se... Señor Sorack, ¿Que hace usted aquí?

Sorack: ¿Eres tonta? Estuviste a punto de morir y ni siquiera lo notaste. Déjame a este sujeto a mí, ya que al igual que ella te ha estado hablando, este sujeto me ha estado molestando a mí.

Prometeo: ¡Interesante! Tu eres... (Se notaba emocionado) ¡Orgullo! (Terminó gritando con emoción el nombre de esa corrupción).

Legado De Hermandad: Fractura Dimensional.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora