Capítulo 41: Una última oportunidad

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En el centro de Unvergerl...

El centro de Unvergerl es un sitio al que muy pocos pueden llegar, y quienes han llegado hasta ese punto normalmente lo han hecho por accidente, y debido a eso, en esta parte del universo es en donde se encuentran los mayores misterios del universo, entre ellos, la balanza del equilibrio universal. Aun con lo difícil que es llegar a este punto, para Allheird es realmente fácil llegar a este lugar, por lo que en ese momento él se encontraba ahí liberando una gran cantidad de riem, aunque lo hacía de manera controlada.

Mientras él se encontraba liberando riem, varios rayos de diferentes colores caían sobre la balanza ocasionando que esta se moviera de manera brusca, pero a pesar de sus movimientos, esta no estaba ocasionando ningún daño a las dimensiones.

Una vez que los rayos comenzaron a caer, varias estrellas alrededor de él comenzaron a colisionar entre ellas con gran fuerza destruyendo algunas rocas que se encontraban flotando en el espació. Ya que las piedras se rompieron, Allheird juntó el polvo que ellas soltaron en seis montículos, los cuales rápidamente comenzaron a tomar forma humana, pero con orejas alargadas, un par de alas que salían desde la parte baja de su espalda y un solo cuerno en el centro de la frente.

En cuanto el polvo tomó forma, Allheird libero raik con su mano izquierda, y con su mano derecha liberó riem y luego envolvió con ambas energías a las seis entidades que estaba creando. Hacer esto normalmente sería algo imposible, pero al ser el dios del universo, él podía controlar tanto el raik como el riem sin ningún problema.

Allheird: (Rio ligeramente) No sé si me estoy equivocando una vez más, pero no tengo otra opción. (Suspiró) AKAE, he aquí, los nuevos celestiales y los primeros que creo luego de muchos tiempos, ellos estarán bajo tu cuidado hasta que yo vuelva. (Esperó repuesta de AKAE y luego continuó) Sinceramente, tengo miedo de terminarlos, pero aun así lo haré. (Suspiró y puso una expresión seria).

Al terminar de hablar, de repente apareció aire en esa zona del universo y comenzó a remolinear a gran velocidad, y al mismo tiempo una luz comenzó a crecer a lo lejos hasta convertirse en un inmenso y bello sol, y debajo de la base de la balanza apareció lentamente un nuevo planeta de dimensiones titánicas, siendo este el planeta más grande del universo. Una vez que se formó el planeta, en el comenzó a aparecer agua, vegetación y varias especies animales tanto terrestres, como voladores y acuáticos, todos ellos con una apariencia extraña.

En cuanto todo eso estuvo listo, Allheird hizo aparecer tres lunas que orbitarían ese planeta, y luego de eso finalizó desviando los rayos que caían sobre la balanza hacia los seis seres que había creado del polvo de las rocas espaciales, y al instante ellos finalmente cobraron vida, siendo tres hombres y tres mujeres. Sin pensarlo mucho, Allheird avanzó hacia ellos.

Allheird: Sea bienvenidos a Unvergerl, sean bienvenidos a la vida, Yolhert, Glanfr, Deghelt, Aliane, Reiha, Sieh. (Por cada nombre que mencionaba, tocaba a uno de los seres que había creado, siendo los tres primeros los hombres, y las siguientes tres las mujeres) Ustedes son los Arudeck, los nuevos celestiales, habitantes del planeta Balarahd, y guardianes del equilibrio, serán los únicos seres que controlaran tanto el riem, como el raik para que puedan cuidar los flujos de raik y riem y todas aquellas cosas que descontrolan los movimientos de la balanza. También poseen la capacidad de intervenir en las dimensiones tanto como sea necesario, pues varias de las cosas que causan los movimientos vienen desde todas las dimensiones que forman parte de este universo. (Todo el tiempo estuvo hablando con autoridad) Yo soy Allheird, dios de la creación, dios del universo, dios de la restauración, y también soy su dios, por lo que les otorgo este planeta en el que podrán alimentarse de las especies animales y vegetales del planeta, y también podrán reproducirse con libertad. Son libres de hacer lo que quieran en este planeta, siempre y cuando nunca olviden su objetivo principal. Estaré viniendo a verlos constantemente. (Cuando terminó de hablar, los Arudeck se inclinaron).

Legado De Hermandad: Fractura Dimensional.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora