Capítulo 18: En la boca del lobo

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         Estoy radiante, creo que nunca me había sentido tan dichosa. Feliz, despreocupada y serena. Por primera vez en mucho tiempo, siento tranquilidad; una paz que me llena y me deja en calma.

Solo cuando recuerdo la comida de ayer, sonrío y me tiro a la cama de la vergüenza. Lo recuerdo con todo detalle y eso me hace reírme más.

- Aquí tiene su plato, señorita.- dice el camarero dejando delante mío un cuenco con un líquido dentro. - Ahora mismo les traigo la comida. - y se va.

Miro detenidamente el plato y instintivamente meto los dedos en él. He visto muchas películas para saber que en estos restaurantes, antes de comer te traen un recipiente para lavarte las manos, ¿ o eso lo hacían en otro siglo?

- Mel...

Entonces levanto la vista y me doy cuenta que Pterseo y sus padres me están mirando e intentan ocultar una sonrisa.

-¿Qué pasa? - les pregunto todavía con los dedos en él líquido.

- ¡Eso no es agua, es tu sopa!- exclama antes de reírse a carcajadas.

Tierra trágame...

¿¡Una sopa!? No puede ser, si no tiene fideos ni nada por encima; solo es agua de un color amarillento.

- ¿A qué te refieres con sopa? - Alguna vez parezco más tonta...

- Sopa de comer.

- Pero si no tiene fideos. - intento excusarse elevando un poco la voz.

- Lo que ha ocurrido es que Melanie ha descubierto una forma de tener las manos más suaves y quería enseñarnoslo, ¿a que sí?- interrumpe la conversación Barry haciendo un intento de arreglar mi acto.

Me está ayudando, de una manera tonta y estúpida; pero me hace sacar una sonrisa cuando hace nada solo quería esconder mi cabeza en un cubo de hielos.

- ¿Así se hace?- dice mientras mete sus dedos en la sopa. Pterseo se le queda mirando con ojos embobados, mientras Dana no para de reírse y hace lo mismo.

En vez de comer, parece competición de salto de sopa.

-¿Te apuntas?- salto a Pterseo con una sonrisa pícara.

La cena estuvo muy bien, fue muy natural y divertida. Y ellos, bueno, igual me había equivocado y no eran malos. Al contrario parecían buenas personas, incluído Barry. Y las preguntas que me hicieron, las hicieron inocentemente.

- ¿Te ocurre algo en los ojos querida?- me pregunta Dana con curiosidad.

- Eee...

- Tiene un problema en los ojos y tiene que utilizar gafas.- me ayuda Pterseo.

- Sí, la luz solar aunque haya nubes o esté lloviendo me hace daño en los ojos y me puede dejar medio ciega.-

- Vaya.

A pesar de eso, no volvieron a preguntar nada sobre mis gafas; solo de mis estudios o mi futuro. Y me alegré por ello.

Pero mis padres no son tan comprensivos, y ellos también escucharon toda la conversación. Mi padre cree que sólo querían saber cosas de mi, para ganarse mi confianza o por algún motivo oculto. ¡Está tan ciego por el odio que no ve más haya de él y eso me entristece!

- Ten cuidado Melie en el colegio, hoy hay mucho viento.- me dice mientras me peina con la mano los pelos que se me han levantado.

- Muchas gracias mamá - la digo antes de darle un beso. Ella no ha cambiado, sige siendo cariñosa conmigo como cuando era pequeña ; aunque sigue sin ver con buena cara mi relación con Pterseo.

Salgo de la casa rápidamente; llego tarde, y justo cuando me dirijo al colegio. Alguien me pita.

- ¡Melanie! - oigo una voz que sale de un coche. Es Barry. Se acerca a mí y me dice desde la ventanilla: - ¿Te llevo? -

Al principio lo medito un rato, pero acepto; no es un desconocido, ¿no?

Cuando ya estoy dentro, el silencio es abrumador; así que intento empezar la conversación.

- Muchas gracias por esto y por lo de ayer. Estuvo muy bien la comida.

Barry me sonríe y vuelve a la carretera antes de decir: - La verdad es que no había disfrutado una comida tanto.-

- Yo tampoco.- admito.

- Además nunca había visto a mi hijo tan feliz.

-¿Su hijo?

- Pterseo, es que le considero como mi hijo

-Ahh..

- Gracias a ti, se ha estabilizado; porque hace nada era chica, chica. ¿Y cómo se llama la chica morena y alta?

- ¿Electra?

- Sí, con ella estuvo todo el rato, ahora sí, ahora no.

- Pero eso fue hace mucho. - comento insegura. No le había preguntado por su vida amorosa, ya que yo no tenía para comparar. Pero lo que nunca me había imaginado era él y Electra.

- Me acuerdo que unos meses después de conocerte, quedaron, luego se gritaron y al día siguiente volvieron a quedar.- le miro estupefacta. No puede ser.

- Era una relación muy tóxica. Me nos mal que te ha conocido.

Así que si ha sido hace varios meses, significa que me ha engañado ; todavía no era su novia, pero...

La ira me hierve la cara, los músculos, sólo puedo pensar en gritarle cuando le vea. Así que cuando salgo del coche, después de agradecerle el viaje ( y la conversación) , me dirijo rápidamente hacia Pterseo que se encuentra en la puerta esperándome.

Él está sonriéndome y eso hace enfadarme más. Las gafas las oigo crujir, ¿no se me romperán, verdad? Solo puedo pensar en Electra y él, juntos. ¿Estarían juntos cuando me dijo que me quería?

Así que cuando llego a su lado, le doy un tortazo que me hace más daño a mi que a él.

Eterno Poder ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora