Les he defraudado. Lo sé. Mis padres me miran como si no me conociesen, y en verdad es cierto, soy diferente a la chica que era antes. Pero eso significa que he perdido una parte de ellos y de mí misma para formar otra persona. Tal vez he madurado o esto es una transición de rebeldía, no lo sé. Lo que tengo claro es que le quiero.
Querer. Una palabra que nunca he utilizado, más que para decírselo a mis padres. Nunca creí que existera el amor, pensaba que era un cuento o por lo menos que a mí no me afectaría; me equivocaba. Me engañaba a mí misma creyendo que sólo era mi amigo cuando es parte de mi vida. Le quiero y es un sentimiento que nadie me lo puede quitar.
- ¿Desde cuando?- pregunta mi madre recelosa después de un gran rato de silencio, cuando Pterseo se va.
- No sabía que le quería hasta que lo he dicho.- les digo con la cabeza mirando a la mesa. - Solo eramos amigos.-
- ¿Él sabe tu secreto?-
Por una parte les quiero mentir, sería mucho más fácil; pero al final no hago caso a mi subconsciente, cómo siempre.
- Sí, sí lo sabe.-
Al instante mi padre empieza a gritar, dar patadas a la mesa, frotarse la cabeza de frustración y decir cosas sin sentido.
-¿Cómo, cómo has podido? - me grita.
- ¡Me he enamorado! - le digo con lágrimas en los ojos.
- Lo que peor me sienta, no es que se lo hayas contado, sino que nos hayas mentido. ¡A nosotros, tus padres! Las personas que siempre han estado contigo, en las buenas y en las malas.-
- Lo siento. - le digo.
- Te prometiste que nadie se entrometería en tu vida y nadie descubriría tu secreto; lo has incumplido.- me dice antes de apuntarme con el dedo. - No sólo me has fallado a mí y a tu madre, sino también a ti misma.-
Me levanto rápidamente de la mesa con lágrimas que me recorren toda la cara y salgo corriendo de la cocina, para ir a mi habitación para desaparecer. Mientras oigo detrás mío la voz de mi padre diciendo: -Eso es lo mejor que sabes hacer, huir de los problemas. No quiero volverte a ver.-
Algunas veces hay que aferrarse bien fuerte a la felicidad porque está hecha de aire, y rápidamente se nos puede escapar de las manos. En un segundo puedes estar feliz o triste, enfadado o alegre; son tantos sentimientos que no los podríamos clasificar en un único diccionario.
Igual que cuando lloras, las lágrimas pueden ser de alegría, tristeza, de dolor... Muchas veces no las puedes redimir, aunque te gustaría; son parte de nosotros.
Y aquí estoy, manchando mi almohada con lágrimas saladas mientras en la planta de abajo mis padres discutes furiosamente sobre mí, sobre mi futuro. En ese momento me llega un mensaje al móvil:
Mel, tenemos que hablar.
He intentado arreglar o disculparme con mis padres, pero ahora me toca enfrentarme a Pterseo; con el cual no he hablado desde mi declaración. ¿Qué pensará de mí? ¿Sentirá lo mismo que antes?
Mientras camino hacia su casa no puedo pensar en otra cosa que no sea en lo que le diré, lo que haré. Pero cuando llego a su casa, se me olvida todo; cada palabra, cada gesto. Es muy confuso sentir algo y no saber si el otro te corresponde. ¡Cómo lo tuvo que pasar Pterseo, si de verdad me amaba!
- ¡Melanie!- escucho desde lejos. Intento salir corriendo, pero no tengo fuerzas hasta que llego a la parte trasera de su casa.
Cuando alzo la cabeza, me encuentro con una casa del árbol en frente mío y asomándose en una de sus ventanas a Pterseo. Está feliz, eso es un buen signo, ¿no?
Lentamente subo las escaleras y me digo a mí misma No mires abajo. ¿Porque se le tuvo que ocurrir esta gran idea? No podría haberlo hecho en el suelo.
- ¿Tienes miedo a las alturas? - Me pregunta cuando ya estoy arriba intentando respirar y tranquilizarme.
- Tanto se me nota- le digo sarcásticamente.
- No, sólo un poco- dice mientras sonríe. -Bueno.....-
Entonces hay silencio, cómo lo odio, no sabemos qué decir ni como empezar.
- ¿Siempre es tan difícil empezar una conversación? - Me pregunto retóricamente.
- En teoría tendría que ser fácil, decir hola y hablar con fluidez; o eso es lo normal.-
- ¿Me estás llamando anormal?- salto rápidamente.
- Sí , pasa algo.- dice mientras me toca la mejilla con dulzura con una pequeña sonrisa. - Pero quién ha dicho que sea eso malo.-
¿No me puedo creer lo que me ha dicho?
- Me estás insultando - replicó furiosa. - No se porqué he venido.-
En ese momento Pterseo me coje del brazo y me arrima a él susurrando: - Sí, si que lo sabes.-
- He venido porque me has escrito, no tengo nada que decir que no haya dicho ya.- le contesto cerca de su cara. Sé que soy testaruda, pero esto es fuera de lo normal. Tengo que dejar de hacerme la dura, como si no sintiera nada; porque eso es un paso hacia atrás.
- ¿ Ya vas a aceptar que me amas o seguimos fingiendo que somos amigos? Sino tienes nada que decir, entonces puedes irte.- me dice mirándome a los ojos.
- Espera.- Y respiro. - Te quiero, ¿vale? Me oyes, te quiero.- le digo alzando la voz.
Después de unos segundos de inquietud, Pterseo me agarra la barbilla con sus dedos y me la alza para verle mejor. Luego me dice con una sonrisa pícara en la cara: -¿Puedes repetirlo? , que creo que no lo he oído bien. -
Me río y lo vuelvo a repetir con seguridad: - Pterseo, te quiero.-
- Este sería el momento en el que el chico besa a la chica.- me dice mientras me mira como si solo existieramos él y yo en el mundo.
Poso un dedo entre nuestros labios y con una sonrisa le susurro: - No, eso está pasado de siglo. Ahora es cuando la chica le dice a su novio, que antes tendrá que ganarse el derecho a tener uno de sus besos.-
- Me gusta cuando me llamas novio, repítelo.-
- Ya te gustaría. -Le digo riéndome mientras nos separamos lentamente.
Pterseo se frota la cara mientras intenta volver a acercarme a él. Es tan mágico estar al lado suyo, no pienso en los problemas que tengo alrededor. Solo pienso en el presente, estar con él.
- ¿Crees en la eternidad? - Me pregunta serio.
- ¿ Por qué me preguntas eso?-
- Porque quiero pasar toda mi vida terrenal contigo y que cuando yo muera me sigas recordando como el viejo y hermoso Pterseo, el cual estabas enamorada.-
- Pterseo no soy inmortal, moriré algún día; ese día nos reuniremos y estaremos juntos. Pero hasta que llegue ese día, disfrutaremos cada día como si fuera el último juntos.- le digo y le doy un beso en la mejilla.
No quiero que piense en la muerte, queda mucho. Tarde o temprano moriremos pero él quiere ser recordado, lo noto en sus ojos; en ellos veo ansias de poder y honor. Pero no todos pueden conseguir todo lo que quieren, es cierto que viviré más que cualquier ser humano; pero al final falleceré porque sigo siendo una simple mortal.
Así que cuando cambia otra vez drásticamente de conversación, me alegra. Espero que hayamos zanjado ese tema para siempre.
- Una pregunta, ¿cómo se han tomado tus padres lo de antes?-
- Mi madre lo ha medio aceptado y está intentando convencer a mi padre que sólo es un amor de pétalos, que no durará mucho. -Le contesto con tristeza, me gustaría que mis padres me apoyarán.
- ¿Y tú cuanto has apostado por nuestra relación?-
- Todo el amor que siento. -
Pterseo me coje de la cabeza y me acerca a él oliendo mi pelo. Estamos tan cerca, ya no tenemos que ocultarnos; pero me da miedo soltarle y tener que dejarle para siempre.
- Mel, ¿ quieres venir conmigo este fin de semana a mi casa del campo?
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Eterno Poder ©
FantasíaMelanie, una joven de 17 años que esconde un oscuro secreto. Si lo descubren las personas equivocadas, la antigua leyenda griega resurgirá y nadie estará a salvo de su mirada. Durante este tiempo, Melanie descubrirá cosas que nunca ha conocido ni s...