Capítulo 10: Cuerdamente loca

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          A veces siento algo que no puedo reconocer ni ante mí misma. A veces veo el amor que se tienen algunas personas; como entre mis padres o cuando Bayron intenta ligar con alguna chica, y siento algo muy raro en el estómago. Es una mezcla de tristeza y de enfado. Cada vez que alguien tiene eso, me me enciende un fuego, algo espantoso que odio sentir.

Me niego a reconocerlo pero creo que ese fuego que siento, es envidia. ¿Acaso tendré miedo al amor? ¿Por qué no puedo tener una historia? ¿Será ese mi destino?

- ¿Por qué te has puesto esa peluca?- me pregunta Jimena mientras vamos a la casa de Pau, donde hemos quedado con los demás.

- Es una broma entre nosotros- le digo con una sonrisa.

- ¡Qué relación más rara tenéis!- exclama. Ya lo sé, ¿pero acaso alguna amistad no lo es?

Después de un rato mirándome fijamente, me pregunta atónita :-¿Te gusta Pterseo?- Parece como si no se lo pudiera creer, puede que sea un monstruo pero también tengo sentimientos; aunque no sepa exactamente cuáles son.

- ¡No! Bueno, no lo sé. ¿Qué significa esa sensación de hormigueo cuando está al lado mío pero si no está siento un vacío? -

-Amor.-

Lo niego con la cabeza y no continuamos la conversación.

Hoy es sábado, no hay clase pero Pau necesita nuestra ayuda; antes de irnos de fiesta, tenemos que ayudarle a pintar la valla del jardín. Pero su casa es gigante y cuanto más manos haya en la tarea, antes terminaremos.

Antes de llegar me reviso en el cristal de un coche y sonrío malévolamente. Tengo el pelo corto, muy corto; parece natural y no se nota que es una peluca. Qué susto se va a pegar Pterseo.

- Hola chicos- les dice Jimena cuando llegamos. Ellos están en la puerta, incluído Pterseo; es mi momento.

- ¡Alaa.. Qué guapas estáis!- exclama Pau. -Jimena tu nuevo look te sienta genial.-

- Sí, parece que te hubieran explotado unas uvas por unos mechones del pelo.- comenta Bayron.

- Lo que pasa que tienes envidia, de que ya no seas el único el que va a ligar.- Le dice Jimena mientras se pone delante suyo con los brazos cruzados.

- Eso habrá que verlo.-

- No os pongáis así por una tontería, ¡tranquilizaros!- dice Pterseo separándoles antes de verme. Sus ojos marrones me dislumbran ciegamente, son como dos luces intermitentes que no paran de encenderse y apagarse; no se lo puede creer.

Pobre Pterseo, ahora verá que no tiene ningún poder sobre mí y que no puede hacer lo que quiera conmigo; no es mi amo. No soy un chicle al que puedan morderle un poco y dejarle para otra vez; no soy su juguete particular.

- Bueno, entonces empezamos- dice Pau. - Vamos a organizarnos en grupos para terminar antes, ¿vale?- Asentimos. - Jimena y yo pintaremos la parte delantera, Bayron pintará la puerta y los adornos de esta, y Pterseo y Melanie pintarán la parte trasera.-

- ¿Y por qué yo, tengo que pintar solo?- pregunta Bayron enfadado.

- Es mi casa, mis normas. Además después de un rato vendrá mi hermana mayor a ayudarte.-

- Ah bueno, eso está mejor- sonríe Bayron.

- ¡Bayron no quiero que la toques ni un solo pelo, entendido!-

- Vale pequeñajo- dice mientras despeina a Pau. No se qué me da pero no creo que le haga caso, y a la menor oportunidad estará con ella.

En todo el trayecto a la parte trasera de la casa no decimos nada, quiero hablarle pero no se cómo empezar. ¿Hola? Cogemos las brochas y nos ponemos a pintar; él se pone en la parte trasera de la valla y yo delante suyo. Espero un rato, pero no me mira, solo pinta la valla serio, casi sin respirar.

Eterno Poder ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora