Hoy es mi primer día de mi nueva vida. Sé que parece extraño pero estoy entusiasmada de ir al colegio. He estado encerrada en mi casa durante 17 años sin poder salir ni asomarme a la ventana por miedo a lo que pasará, a lo que podría ocurrir o hacer; pero hoy realizaré mi gran sueño ser o por lo menos intentar ser una persona normal.
Me costó mucho convencer a mis padres para que realizarán esta acción pero lo conseguí. Sigo sin saber cómo. Toda mi vida viendo el mundo tras estas cuatro paredes que son mi casa, los libros que me llevaban a mundos imposibles y películas que me embriagaban con su amor. Mis padres han estado un año entero preparando todo: el colegio, los horarios, investigando a los profesores y alumnos... ; querían tener todo listo por si ocurría lo impensable e incluso tengo en el segundo cajón de mi mesilla de noche, un pasaporte falso y una pequeña maleta para escapar. Estuve preparando con mi padre diferentes situaciones y como debería actuar en ellas desde hace más de cuatro meses.
Todo está listo, ¿ pero estoy yo ? Siempre me he imaginado como será vivir en el exterior con la gente y respirar aire fresco por las mañanas, pero cada vez que lo pienso me entra el miedo.
¿Qué pasa si me descubren? ¿Y si hago daño a alguien?
Ocurrió una vez cuando era pequeña y no tenía mucha consciencia del poder que tenía. Salí al patio trasero sin mis gafas de sol para jugar un rato mientras mi madre se había ido a comprar ; en nuestro árbol había un nido y cuando me quise acercar para verle más de cerca, la madre apareció y...
Desde entonces no me han dejado salir al jardín ni siquiera por la noche, por precaución. Todavía me acuerdo de mi antiguo vecino y le busco por Internet para ver que tal está; pero no es el mismo, igual que yo, hemos cambiado tanto.
Mi padre, Frédéric, me ha prevenido desde que tengo uso de razón que los humanos son seres envidiosos y egoístas. Nunca debo confiar en ellos, ¿pero eso es cierto? ¿Son los monstruos que dice él o está exagerando? Ni mi madre ni él son como dicen ellos, tal vez un poco sobreprotectores pero es lo normal teniendo el poder que tengo.
Empiezo a relajarme cogiendo aire por la boca y expulsándolo lentamente por la boca; así que preparo las últimas cosas para ir a la escuela, reviso por cuarta vez si tengo todos los libros de cada asignatura y me cepillo el pelo. Me pregunto si las personas del exterior sienten este cosquilleo en la médula espinal cada segundo que pasa. De repente entra mi madre en la habitación, durante unos segundos se me queda mirando sin decir nada pero su expresión lo dice todo: ternura, miedo, tristeza de dejar el nido, alegría de ver a su hija crecer...
- ¿Quieres que te peine? - dice mi madre.
Dudo un momento pero al final acepto, es nuestro último capítulo en esta etapa y quiero que sepa que siempre seremos madre-hija.
Coge el peine y lentamente estira mi ondulado pelo mientras tararea una vieja canción que me cantaba de niña para dormir.
Mientras tanto la miro por el espejo, es tan bella. Mi madre tiene el pelo rubio ondulado como yo pero los ojos marrones igual que mi padre, pero o que nadie más que yo puede ver mis ojos me invento el color de estos; un día digo morado, otro día azules..
- ¿Estás nerviosa?
Sonrió tímidamente antes de contestar.
- No.- La miento.- Solo tengo un irrefrenable deseo de no ser lo que soy. Tengo miedo mamá, ¿es normal tener miedo a mí misma?
- Melie eres lo más bello y asombroso que ha nacido en el mundo, no tienes que tener miedo. - Me acaricia la mejilla con los dedos y me coloca una horquilla de una mariposa plata a un lado del cabello. A su lado parezco una niña pequeña que se asusta de su propia sombra.- Todo el mundo tiene miedo a algo, yo a las alturas y tu padre a...
- ¡Las moscas! - decimos entre risas las dos a la vez.
- ¿Alguien ha dicho moscas? - se asoma mi padre con la barbilla llena de crema de afeitar. - Porqué sé que sin preguntar estabais hablando de mí. Vamos Mel tienes que darte prisa sino llegarás tarde a tu primer día de clase.-
- Aguafiestas. - susurro entre dientes ocultándome tras un mechón. Suena tan bien primer día de clase.
Cuando mi madre termina la doy un beso en la mejilla, cojo la mochila colgada en el perchero de la pared y bajo las escaleras. Me miró por última vez en el espejo de la entradilla y me doy la vuelta.
- ¡Adiós Melie! - exclama mi madre con las lágrimas a punto de caer.
- ¿No me das un último beso de despedida? - acerca su cara hacia mí esperando pícaramente.
Corro hacia él y le doy un beso en la mejilla manchándome la cara. Luego me acerco a mi madre y la doy otro beso mientras me abraza hasta dejarme casi sin respiración. Cuando me suelta nos reímos al vernos todos llenos de crema de afeitar. Me lo limpio con una mano mientras con la otra me toca la horquilla que me ha colocado mi madre.
- No abras los ojos. - dice mi padre en el último momento en un tono más serio. Es una broma entre nosotros pero siento durante un segundo un escalofrío por la espalda y la presión que estoy sometida. Se que mi madre le está dando un codazo en el estómago porque les oigo reírse, pero no me voy a girar tengo que ser fuerte. Seguramente si me giro no podré salir porque me volverán a venir las dudas y el miedo. - Pasa buen día en el colegio.- escucho y eso me da energías mientras abro el picaporte de la puerta.
En ese momento me juro que nadie me descubrirá ni se meterá en mi camino hacia la normalidad. Me ajustó mis gafas de sol especiales para que no me vean los ojos pero yo si que les pueda ver y salgo de la casa.
- Hoy es un día nuevo Melanie.- me digo a mi misma. Respiro profundamente y doy el primer paso a la libertad.
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Eterno Poder ©
FantasiaMelanie, una joven de 17 años que esconde un oscuro secreto. Si lo descubren las personas equivocadas, la antigua leyenda griega resurgirá y nadie estará a salvo de su mirada. Durante este tiempo, Melanie descubrirá cosas que nunca ha conocido ni s...