Inocencia Perdida

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La vida en la escuela nunca es fácil, y es peor si no tienes muchos amigos y eres víctima de los constantes abusos de niños inseguros (O bravucones, como muchos les dicen).

-¡Vaya! ¡Pero si es la rarita de la familia con padres mormones!-. Le gritó un chico mayor provocando la risa en su grupo de amigos.

-Oye niña conejo, ¿Usarás también un traje de ardilla como tu hermano mayor con pelo de anciano?-. Preguntó otro mientras la detenía, sujetándola de un brazo. Ella hizo un movimiento brusco y se liberó del agarre de su captor.

Siguió caminando mientras mantenía la cabeza baja, y apretaba con sus manos los tirantes de su mochila.
Siguió su camino, pero una chica se le puso en frente de repente.

-¡Miren a quién tenemos aquí! A la hermana de la marimacho que humilló a mi hermano mayor en un partido de softball hace años-. La empujó y hizo que la mirara. Lily se asustó un poco.

La chica era unos centímetros más alta que ella, también era de pelo rubio y de tez blanca y se veía molesta. Parecía estar a punto de atacarla.

-P-por favor Clara... No quiero problemas-. Dijo con voz temblorosa.

La chica soltó una leve risa burlona y la tomó del cuello de su camisa y la levantó.

-Eso debieron haber pensado tus hermanos antes de hacer lo que hicieron-. Lo que ella decía no parecía tener sentido.

Lily sólo podía patalear mientras intentaba liberarse. En verdad estaba harta de todo.

Desde el primer día de clases la empezaron a molestar y no había podido hacer ningún amigo. A penas y conocía a unos cuantos, pero se alejaban de ella porque era blanco del 98% de los bravucones de la escuela.

Incluso su mejor amiga Mariel se mantenía distante, para no ser víctima también de los constantes abusos; ¿Que acaso nadie la ayudaría?.

-¡Déjame ir!-. Gritó y empezó a llorar de la nada.

La chica bufó y la soltó, dejándola caer al suelo de rodillas. Se las raspó un poco pero no le importó.
Se cubrió el rostro con las manos y empezó a llorar.

-Pff, llorona-. Dijo la bravucona y se retiró del lugar junto con los demás abusadores.

Algunos veían con pena a la pobre Loud, otros reían por lo frágil que se veía, y algunos la pasaban de largo, pues no querían ser víctimas de los abusos sólo por acercarse a ella.

Estuvo llorando por unos minutos, pero tuvo que dejar de hacerlo porque la campana que daba inicio al segundo día de clases sonó. Se levantó del suelo y siguió su andar hacia su salón. En verdad odiaba todo esto.

Al principio su actitud alegre la hacía verse optimista, y fácilmente podría ignorar a los bravucones.

Claro, teniendo la protección de sus 2 hermanas mayores (que eran gemelas) y de su hermana mayor y que era una genio, cualquiera sonreía cuando era molestado.

Su inocente forma de ser le hacía creer que ellos la molestaban sólo porque buscaban un pretexto para ser sus amigos, pero poco le duró el optimismo, ya que después de 2 años (en tercer grado, para ser más exactos) sus 2 hermanas mayores partieron a la secundaria, y su hermana genio fue aceptada en la universidad de una vez, pues vieron que era inútil y tonto que siguiera en la primaria debido a su gran intelecto.

-¿Estarás bien sin nosotras Lily?-. Le preguntaron las gemelas al unísono.

Ella sonrío y las abrazó a ambas.

-Descuiden, estaré bien. Ya verán, haré muchos amigos y se sentirán orgullosos de mí-. Les aseguró con una gran tierna sonrisa.

Ellas la abrazaron. Pensaron que por un momento ella tendría la razón y estaría bien, pero... Error.

Lily Y El BullyingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora