27, eres como yo

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— Ni se me ocurriría.

Notó cómo sus brazos se deslizaban y envolvían su cintura, encerrándole en ellos para que no escapara de su agarre. Jungwoo trató de desquitárselos, pero Taeyong los había fijado como un piedra y era incapaz de moverlos.

De pronto tiró de él y volvió a sentarlo en el suelo al lado de la bañera. De manera torpe Jungwoo cayó al suelo y vio a Taeyong a su lado, sonriéndole desde dentro de la ducha.

— Vamos, Jungi. No te hagas derogar.

Acto seguido se inclinó hacia él, sacando el torso totalmente del agua hacia afuera, a duras penas cubriéndole solo de la cadera hacia abajo. Taeyong se mordió el labio inferior, provocándole, y le comió con la mirada.

Jungwoo, viéndose cada vez más pequeño y encogido hacia el suelo ante el cuerpo del otro cubriéndole como un eclipse, tragó saliva.

En un intento desesperado de evitar que Taeyong pusiera sus labios en él, Jungwoo se tapó la cara con las manos, ruborizado.

Taeyong, que notó este acto de cobardía, se rió de él durante unos segundos, alejándose para coger el gel y frotarse el cuerpo, dejándole ahí tirado.

— No pienses que vas a aprovecharte de mí si lo hacemos. Yo soy el que ha venido a buscarte.

Jungwoo abrió sus dedos, con miedo de verle cerca de él, pero entre ellos no se veía nada extraño, hasta que le escuchó empezar a ducharse. Entonces se puso de pie de un salto, sin atreverse a mirarle, y giró su cabeza hacia la puerta del baño.

— Si no necesitas más ayuda, me voy. Dúchate con agua fría, te pondrá sobrio.

Jungwoo cogió la ropa sucia de Taeyong del suelo con agilidad y quiso irse lo más rápidamente posible.

— Espera. Te dejas esto.

Sin girarse para ver de qué se trataba, Jungwoo vio cómo los calzoncillos empapados de agua volaban por encima de su cabeza hasta acabar en el suelo delante de él. Lo cual significaba que en ese momento Taeyong se estaba bañando en su ducha completamente desnudo.

Jungwoo los cogió también con el montón de ropa y fue a poner todo amontonado en la lavadora. Una vez lo hizo, puso el programa y lo dejó lavarse, viendo las prendas del chico girar a través de la tapa.

Sin fiarse de dejarle solo mucho tiempo, regresó al baño, pero vio la puerta cerrada. Con un poco de temor, titubeó antes de entrar, pensándoselo, y solo apoyó la cabeza para escuchar que el agua seguía corriendo. Así que solo esperó a que terminase con paciencia y le dejó un pijama y ropa interior limpia plegada frente a la puerta.

— ¡Te espero en la habitación!— Le dijo después de darle unos toques a la puerta, sin respuesta.— Tienes ropa limpia fuera.

Dicho esto volvió a su cuarto y se cambió de ropa aprovechando que el otro estaba ocupado. Al hacerlo se miró al espejo y se dio cuenta de que no hacía falta seguir usando la sudadera para ocultar su pelo y su plano cuerpo, Taeyong estaba demasiado confuso como para darse cuenta de esos detalles. Además estaba empezando a estar harto de ocultarse.

Luego esperó a que Taeyong saliera, una media hora después. Extrañamente, el pijama le venía bien, ni muy grande ni pequeño. Llevaba una pequeña toalla blanca sobre la cabeza y el pelo medio húmedo. Parecía que estaba cómodo y la ducha le había sentado mucho mejor, dejando un olor a jabón, menta y desodorante.

Al verle así, fue Jungwoo quien sonrió.

— ¿Cómo de borracho estás?

No Longer 「Jungwoo • Taeyong • Jaehyun」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora