⒋ Mala Reputación

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Desde su despedida con el señor Lee, la vida de Jungwoo se había vuelto un desastre. Como su nuevo manager no llegaría en unos días, los miembros de su equipo tuvieron que reorganizar sus eventos, promociones y demás, lo cual resultó ser un muy esperado caos.

Jungwoo era una chico un poco inseguro ya de por sí, sumado a que en cada una de sus entrevistas en solitario su mayor apoyo no estaba. Se bloqueaba, se ponía muy nervioso y muchas veces olvidaba que estaba en la piel de Jungi.

Sin embargo, las promociones iban viento en popa, y se alegró de haberlo estado superado sin llamar al señor Lee por teléfono, como último recurso, y se sintió orgulloso de sí mismo.

Pero esa había sido una de las peores semanas de su corta carrera.

Incluso ese mismo día, el peor de todos.

El maldito día en el que conoció a Lee Taeyong.

Empezó bien, como cualquier otro, se vistió con ropa ancha de deporte para que nadie pudiera ver la verdadera silueta que escondía su cuerpo. Se colocó el cubrebocas porque, después de años viendo cómo los artistas de maquillaje hacían su trabajo, él ni siquiera sabía ponerse crema solar bien en la cara. Por si acaso, se colocó una de las pelucas rubias para que, si alguien lograba fijarse en él a través del vehículo con las ventanas tintadas que le llevaba, se pensaran que era Jungi.

Entró en el edificio y saludó a los guardias de seguridad con la cabeza. Fue directo a la planta donde se encontraban los camerinos, para practicar la nueva coreografía de su canción, antes de que le prepararan para salir al escenario.

En uno de los pasillos, yendo con prisa, ya que llegaba un poco tarde, se topó con que alguien cruzaba la esquina y caminaba hacia su dirección.

Jungwoo iba mirando al suelo y no vio su rostro, tan solo sus zapatillas deportivas negras. El hombre se quedó parado, dejando de andar, y se dirigió hacia él. El chico alzó la vista hasta sus pantalones rotos, con un largo cinturón que sobresalía hasta llegar a la altura de sus rodillas y una sudadera blanca con el logo de una famosa marca.

— ¡Eh, tú!

Se sorprendió y alzó la cabeza en su dirección, apuntándose a sí mismo con el dedo, vacilando sobre si era a él a quién llamaba.

— ¿Yo?

— Sí, tú. ¿Sabes quién soy?

Por supuesto que sabía quién era. Pelo largo decolorado, gafas de sol que escondían una ceja partida y actitud extrovertida.

— Sí, sé quien eres pero... no te conozco.— Dijo con una vocecilla, sin atreverse a mirarle a la cara.

Sabía quién Taeyong, ya que su reputación le precedía. Probablemente el idol masculino más conocido de la nación. Había escuchado tanto cosas buenas como malas pero, sinceramente, las malas eran más abundantes. Aunque era cierto que tampoco había hablado nunca con él, por lo que no sabía cómo realmente era y no quería juzgarle, pese a los comentarios negativos que oía de cómo trataba a su propio staff o las personas a su alrededor.

Era la primera vez que hablaba con él, así que decidió ignorar los rumores y darle una oportunidad.

— Disculpa, pero, ¿por qué me lo preguntas?

— Porque yo a ti sí te conozco, así que ten más cuidado, Jungi. A la próxima ya puedes agachar tu cabeza al pasar cerca de mi lado. ¿Acaso es esa la manera de saludar a tu superior?

¿Por qué aquello le sonó como una amenaza disfraza por su tranquilo tono de voz? Aun así, se disculpó con él agachando levemente la cabeza, ya que no quería tener problemas. Y, al fin y al cabo, en eso tenía razón. Él había debutado antes que ella, así que era el superior de Jungi.

El Taeyong molesto no era para nada igual al chico tímido, cuidadoso, amable y divertido que se veía en los programas de televisión.

Todo era mentira.

Al final, Jungwoo no era el único que estaba jugando a hacer un papel delante de las cámaras.

— Perdona, no te había visto. Es culpa mía.

— Pues acostúmbrate, porque a partir de ahora vas a verme muy a menudo.— Se quitó las gafas de sol para que pudiera ver sus grandes ojos oscuros, esos que no había visto nunca en otra persona, que le daban tanta personalidad y distinción.— Mis promociones empiezan hoy.

Tener a Lee Taeyong tan cerca de él le imponía porque era un poco más alto y, además de ser un superior, era más mayor en edad, por lo que resultaba algo intimidante.

— Sí... esto... debo irme.

Jungwoo intentó salir corriendo lo más rápido que sus piernas le permitieron, rezando por que la peluca estuviera bien sujeta y no se le volara, pero escuchó algo a sus espaldas que le dejó helado.

— Estoy aquí porque vamos a competir por la mejor canción.

— ¿Qué?— Giró la cabeza Jungwoo, sin detener sus pies.

— Nos vemos en el escenario, Jungi.— Dijo Taeyong con una sonrisa malvada en el rostro.

Esta vez fue él quién le dio la espalda para marcharse.

Jungwoo no odiaba a nadie, le parecía una pérdida de tiempo gastar rencor en personas que le desagradaban.

O no lo hacía, al menos, hasta que conoció a Lee Taeyong. Entonces un poco de ese odio creció en él.

No Longer 「Jungwoo • Taeyong • Jaehyun」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora