46, no soy yo

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Taeyong dejó el resto de la comida sin tocar en la bandeja, cogió a Jungwoo por la mano y le llevó lejos de la cafetería, a un pasillo en el mismo piso donde no había nadie.

Era todo oscuro, con las paredes con un solo cristal tintado verde y limpias. Los rayos del sol de la mañana penetraban por los ventanales y se veía la ciudad a sus pies.

Pero Jungwoo no podía centrarse en las preciosas vistas cuando Taeyong estaba sufriendo por su culpa.

No podía verle herido por más tiempo, sus sentimientos le importaban demasiado.

— Mira, tengo algo muy importante que contarte. Y es porque confío en ti, pero tienes que prometerme que no vas a enfadarte. Porque no quiero que volvamos a estar como al principio. Has cambiado para bien, ahora tratas bien a la gente que te rodea y eres una buena persona.

— Jungi, no soy buena persona.— Le confesó, soltándole de la mano para que hablara.— Solo me has hecho un poco mejor.

— Primero promételo. Que no vas a enfadarte.

— Tú cuéntamelo.

— A ver es... complicado de explicar. No sé por dónde empezar. Nunca he tenido que contárselo a nadie.

— Tenemos todo el tiempo del mundo.— Dijo con una sonrisa forzada, de brazos cruzados.

Viéndole parado frente a él, con una pose que le parecía imponente, mirándose frente a frente, le daba a Jungwoo miedo y sus manos sudaban.

— Es que... creo que te va a enfadar mucho.— Bajó la vista al suelo, incapaz de sostenerla.—Y no quiero perderte.

Taeyong le miró de arriba a abajo, notando sus nervios incontrolables, y más cuando se dio cuenta de que su labio inferior comenzó a temblar.

— Puedes contármelo. No diré nada, sea lo que sea.

— Entiendo que te moleste por no habértelo contado antes.

— ¿No estás embarazada, verdad? No, no llegamos a eso.

— ¡No es eso! ¡¿Como va a ser eso?! A ver... yo... empecemos por Jungi.

Taeyong consiguió que se le quitara la ansiedad por unos segundos con su broma y se echó a reír, pero Jungwoo no le siguió, concentrado ahora en lo que iba a decirle.

— Sí, tú.

— No... no yo. Jungi. Jungi es un alter ego, no existe. Es como si fuera un actor interpretando un papel. Jungi siempre ha estado conmigo, me ha acompañado en los momentos más altos de mi carrera como idol.

— Entiendo lo que dices. Recuerda que trabajamos de lo mismo. Tampoco soy como aparento al público.

— Pero Jungi no es real. Jungi es solo la parte de mí que se viste, actúa y habla como una mujer. Jungi es la imagen que le doy a la audiencia, pero no soy yo.

Jungwoo lanzó un suspiro entrecortado, cogiendo valentía para confesarle y dio un paso hacia él. Su amigo no se movió y frunció el ceño, algo confuso y tratando de entenderle.

— Yo soy Jungwoo. Y tú, Taeyong, me conoces, pero no como crees.

Una lágrima cayó por su mejilla, incapaz de contenerse más. Sus manos temblaban a ambos lados de su cuerpo. Prosiguió a duras penas:

— Te estás enamorando de la persona que has creado en tu cabeza. De la idea que tienes sobre mí. Pero lo cierto, Taeyong, es que soy totalmente diferente.

El chico dio un paso hacia atrás y luego otro, aún más confundido que antes, se alejó un poco. Su cara representaba la de un chico perdido, paralizado.

— No, yo...

— Estás enamorado de Jungi, no de Jungwoo.

Taeyong relajó sus cejas y su mandíbula, mirándole como si hubiera recibido la peor noticia de su vida. Como si alguien hubiera muerto para él.

Estaba dolido, y se sentía traicionado. Un escalofrío le recorrió el cuerpo.

— ¿Eres un hombre?

— Sí.

Necesitaba un tiempo para pensar, pensar y asimilarlo. Pero solía quería alejarse, volver atrás en el tiempo y jamás haber sabido aquello.

Jungwoo trató de alcanzarle para cogerle la mano y calmarle, o calmarse, pero Taeyong la apartó. El chico entendió que no quería y retrocedió, con lágrimas en los ojos y en las mejillas.

Taeyong exhaló entrecortadamente y cerró los ojos.

— No voy a preguntarte por qué no me lo dijiste antes, tendrás tus motivos. Pero me hubiese gustado saber a quién estaba besando esa noche. Ahora estoy viendo a un desconocido.

Jungwoo rompió a llorar, sollozando. Aquello le sentó peor que una patada en el estómago.

— Lo siento... lo siento.— No paró de repetir.

Pero Taeyong solo negó con la cabeza, decepcionado, y se marchó del pasillo, cruzándolo con grandes pasos para evitar que Jungwoo le siguiera.

Jungwoo solo se quedó llorando solo en mitad del corredor, doblado por la mitad de las sacudidas de su propio cuerpo.

Ahora había perdido a las dos personas más importantes de su vida, y no volvería a verlas por su culpa.

No Longer 「Jungwoo • Taeyong • Jaehyun」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora