Capítulo veintitrés

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Capítulo veintitrés

Jennifer Lemonis

5 de enero del 2018.

Me encuentro junto a Erea en el hospital, vinimos a confirmar si en verdad esta embarazada, se hizo una de las pruebas de farmacia, pero esas cosas se equivocan.

No recuerdo nada de fin de año, y tengo recuerdos borrosos de ese mes, pero tal vez sea que estaba tan borracha por nuevo año que no recuedo y no le doy importancia. Erea sigue sin decirle nada a Sergio, ayer nos lo encontramos mientas desayunabamos en una cafetería cercana a mi casa.

La conversación fue rara y tensa, es muy obvio que a ella le gusta, y a él también, pero como no soy cupido para lanzarlos a los dos a los brazos del otra dejo las cosas como están.

-Estoy nerviosa- dice Erea

Se encuentra abierta de patas sentada en una de las sillas de los ginecólogos, la estoy tomando de la mano, sigo siendo la única que sabe de su embarazo.

-Tranquila- sonrió y aprieto el agarre de su mano

-Jennifer, no estoy dando a luz, afloja el agarre- se queja y yo rio a carcajadas.

-Calma- ríe y la puerta se abre -Ya llego el doctor

Giro la cabeza y miro al doctor entrar y pensé que sería más viejo.

Aparenta una edad de veintiocho años, su cabello es de color negro lacio, sus ojos de color verde y tez blanca, sus mejillas continente un sonrojo, supongo que sea natural. Sus labios son gruesos y puedo ver un tatuaje asomarse en su cuello. Nos sonríe de manera amable, tiene una hermosa sonrisa.

-Erea, no esperaba tenerte tan pronto aquí- ríe y gira hacia mi -Tu debes de ser Jennifer, hace tiempo no sabía de ustedes.

Frunzo el ceño y miro hacia Erea para que me explique que pasa ¿Por qué no recuerdo a ese lindo chico?

-Puede ser que el tiempo sin verlo no lo recuerdes- ríe -Él es Athan Dalaras, era mi mejor amigo en la escuela, estabas pequeña.

-Oh, ya recuerdo, tú me diste mi primer beso- él ríe y el rubor de sus mejillas aumenta un poco más

Y si, es algo vergonzoso, hasta yo me sonrojo.

-Si, ese soy yo- ríe y se sienta en la silla delante de Erea -Así que sabremos si estas embarazada o no Erea- ríe -Existe la protección- bromea un poco y me hace reír.

-Te estoy dando trabajo, agradeceme- ríe -Es raro tenerte entre mis piernas- ríe más

-Relájate, mejor alguien conocido- sonríe.

Yo miro atentamente como hace su trabajo y hablamos un poco más, es divertido y amable, sus sonrojos me divierten mucho.

-Bueno Erea- se levanta y se quita los guantes y limpia sus manos -Ya puedes vestirte, ahora vengo- sale del lugar y miro a Erea.

Ella se levanta y se limpia con un papel sanitario y ponerse bien su vestido, me mira con un poco de diversión en sus ojos.

-¿Qué?- rio

-¿Qué pasa con Athan? Se veían muy divertidos los dos- ríe

-No pasa nada, solo es muy divertido- confieso sonriendo -Pero me siento rara, siento que falta algo- alzo los hombros restándole importancia.

Athan entra por la puerta con unas carpetas en las manos.

-Acompañenme por favor- caminamos detrás de hacia una mesa, el se sienta en una silla y nosotros delante de él -Bueno Erea, no se si esto es bueno o malo para ti- ríe -Estas embarazada de dos semanas.

-Me lo esperaba- sonríe y pasa la mano por su vientre -¿Serás mi doctor, verdad?

-Si, seré tu doctor al menos que le cambies- ríe -Bueno, tengo otros s análisis del examen de sangre que te hiciste antes, tienes la azúcar un poco baja, tienes que cuidar tu salud ahora

«De ti depende otra vida dentro de ti, nada de bebida y no fumes, come sano y camina un poco las mañanas

Erea asiente a las indicaciones y hablan de otra cosas. Unos minutos después pasan y es hora de irnos.

-Jennifer- miro a Athan detrás de su buró -¿Te gustaría ir el domingo conmigo a tomar algo? ¿O podemos almorzar?

-Si claro, sera divertido- sonrió de manera formal y salgo de la consulta junto a Erea.

Se concentra en todo el camino en decirme que noto cierta química entre Athan y yo, no puedo evitar reír porque Erea siempre exagera las cosas, dice que vio a nuestras almas salir de nuestros cuerpos y nuestros hilos rojos ser conectados.

-No se Erea, siento algo raro pero no se, hay partes de mi en diciembre que ni recuerdo ¿No te he raro?

-No, hay cosas que tampoco recuerdo, que se me hacen borrosas, pero debe ser normal, empezamos nuevo año, deja el pasado atrás- ríe mientas subimos las escaleras hasta mi apartamento.

-Bueno, sea lo que sea, espero recordarlo- alzo los hombros y me adentro al apartamento

-¿Irás al circo con mamá y Óscar? Por favor di que si- junta sus manos al centro de sus rostro haciendo que sus dedos se pegan a sus labios

-Vale iré, pero primero me doy un baño y eso ¿A que hora quedamos?

-A las cinco- sonríe complacida -Ahora ire con ella, debería decirle sobre el bebé que viene en camino

-Vale

Me da un beso rápido en la mejilla y sale rápido del apartamento, miro mi reloj de muñeca y son las tres de la tarde, suelto mi cabello de la coleta que lo tenía amarrado y me doy un baño, me duele un poco la cabeza.

Al terminar desenredo mi cabello húmedo mientras me miro al espejo, llevo un vestido de mangas largas azul claro que me llega a más rodillas, bien abrigado y unos botines que van un poco más arriba de mis rodillas de color marrón, son suaves y planas y tienen en el borde superior una franja gruesa de pelo blanco, muy suave.

Aun es muy temprano para ir al circo, voy a la cocina y me tomo una botella de jugo que encuentro y por primera vez este año me asomo por la ventana de mi habitación, la vista es fabulosa. Apoyo mi trasero al marco de la ventana y tomo un poco de mi jugo de frambuesa.

Miro por un momento fugaz a mi al frente y hay algo que me llamo la atención, un pedazo de hoja doblada, es de color azul claro. La tomo y tiene mi nombre escrito en primera plana, la abre y hay letras escritas en esta…

"8 de diciembre del 2017

Jennifer… te escribo por medio de esta carta porque si se que estas leyendo esto es porque no estoy junto a ti, estoy seguro que viviremos momentos memorables y se que me vas a olvidar, pero no tiene porque pasar si escribo todo a través de estas cartas.

Nos conocimos en ti antiguo trabajo, en el McDonald's, tu atendías detrás de la caja y me acerque muy tranquilo y te dije que era un ángel, no me creiste, solo te reías. Cuando saliste del trabajo un hombre te atracó y te ayude a vencerlo, me había vuelto invisible y no me creías.

Llegaste a tu casa y a la mañana siguiente, adivina, seguías sin créeme. Nos sentamos en el marco de esta ventana y me preguntaste si el sol me quemaba. Pero yo no sentía nada en aquel momento, te veías muy linda con la luz del sol dandote en la cara.

Se quedaste dormida, y sin darme cuenta sonreír un poco y cargue tu cuerpo sobre mis brazos, te habías acurrucado a mi pecho y con delicadeza te lleve hasta tu cama y te deje seguir durmiendo, agarre tu teléfono y un amigo tuyo me llamo, bueno te llamo a ti y yo conteste, ese chico no me cayo bien.

Eso fue todo hasta el momento, habra otras cartas que espero que encuentres y leas, para que me recuerdes…

Atte: Ángel…"

Vuelvo a doblar la carta y la guardo en la gaveta de mi mesita de noche, Ángel, no recuedo a ninguno y esa historia suena bastante rara…

Última oportunidad Ángel [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora