Capítulo treinta y uno

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Capítulo treinta y uno

Jennifer Lemonis

Llego al apartamento, ya casi todo estaba recogido, mañana iremos a instalarnos a la nueva casa, hoy en la mañana la ayude a amueblar un poco las zonas comunes.

Entro a mi habitación y veo las maletas en una esquina, voy hacía el baño y me quito el incómodo pantalón y me colocó mi ropa de dormir. Voy a la cocina y tomo la botella de vino que queda sin empacar y una botella. Me acerco a la ventana y me siento en el marco.

-Última noche aquí, la verdad es que no te voy a extrañar- sonrió, alzo la copa -Salud por un nuevo comienzo- doy un trago y miro al horizonte.

A mi mente vienen vagos recuerdos de la persona que deja las cartas, que asegura haber estado conmigo, pero de verdad no recuerdo, solo puedo pensar en esos ojos azules y cabello blanco, pero no tengo un rostro exacto. Cierro los ojos y me relajo.

-¿Por qué nunca me haces caso?

-Eres mi demonio pecador, y yo soy tu ángel corrompido.

Abro mis ojos con rapidez ¿Qué carajo fue eso? Ni idea, pero eso si, me gusta su voz, es una voz sexy y un poco ronca, apuesto que bajaría muchas bragas, por suerte las mías están intactas.

Me levanto y ciento un dolor en el pecho, pero no uno de esos dolores fuerte de lo que te llevan al hospital, s algo rápido, palpita y mis piernas se están haciendo gelatina, me estoy poniendo nerviosa y no tengo ni puta idea.

Camino hacía la cocina y terminó de empacar esa copa y lo que queda de la botella de vino. De vuelta a la cocina algo me llama la atención, es la bolsa transparente con las cosas que habían en la guantera de Erea.

Me acerco y veo una hoja que resalta de las otras, una de color azul, mierda, abro lo más rápido que puedo esa bolsa. Agarro la hoja y como suponía tiene mi nombre escrito. No se quién eres Ángel, pero eres muy listo al dejarme cartas, y algo cursi.

Me siento en el suelo, muchos de los muebles de la casa no están, fueron llevados esta mañana. Abro la carta y la empiezo a leer.

"27 de diciembre del 2017

Así que llegamos a esta carta, la última de hecho, si llegaste hasta aquí, pondré todas mis esperanzas en que me recuerdes, solo quiero eso. Hemos tenidos aventuras locas, como la de hoy ¿Por qué no me haces caso? Nunca me cansare de preguntarte.

O cuando te pusiste celosa en la fiesta de cumpleaños de Carlos, era una adolescente, calmate no me iba a implicar con ella, con ninguna que no fueras tú, se que pensaras que eso sonó muy cliché, pero igual lo escribí.

Me enseñaste muchas cosas Jennifer, como nunca olvidar a los seres queridos, que todos tienen un punto débil, que los humanos son algo tonto, y aunque tardaste, perdonaste y desde eso tus sonrisas fueron más seguidas.

¿Sabés que más me enseñaste y nunca se me va a olvidar?

A que un ángel también puede amar, puede odiar y puede sentir deseo. Me enseñaste a tener sentimientos, siendo tú. Nunca pensé que podría bailar, pero me obligaste y lo disfrute. Disfrute cada día contigo, disfrute todo lo que no pensé disfrutar, a tu lado.

Tenía razón él día que nos conocimos, aún recuerdo lo que me dijiste.

"Entonces yo seré el maldito demonio que no te las hará tan fácil"

Última oportunidad Ángel [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora