Capítulo 7

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Celeste Daniel's.

Estaba él sentado al borde de mi cama bebiendo un poco de vino siendo alumbrado por la luz de la luna que entraba por la ventana.

- ¿Que haces aquí? -dije tratando de sonar neutra, aunque en realidad me moría de nervios, puse las bolsas que tria en la mano sobre el piso

- Te dije que te vería aquí. -tomó el último trago de su copa de vino y la dejó aún lado

- Sí, bueno ya te puedes ir, ya nos vimos.

- Ajá, me voy. -se levantó de la cama y camino a la puerta, la cual estaba a un lado de mi - Pero tu vienes conmigo. -me tomo de la muñeca, mire a donde estaba su mano

- ¿Me vas a llevar a tu cuarto de juegos? -lo mire divertida

Me miró un poco confundido, pero pareció haberme entendido. - ¿Encerio? -preguntó divertido

- Si, si no es así, de aquí no salgo. -me alce de hombros

- Bien. -me soltó la muñeca y me cargo como un saco de papas, me llevó cargando así, hasta llegar a su habitación, realmente no sabía cuál era, entramos y me sentó delicadamente en la cama - ¿Contenta? -posó una de sus manos sobre mi muslo, mientras subía mi falda un poco, se acercó a mí.

Estaba a centímetros de su cara, me acerque un poco más y susurre sobre sus labios. - Yo quería un cuarto de juegos.

- Después. -se separó de mis labios, ¿después?

- ¿Y entonces aceptas mi trato? -me levante de la cama

- Sabes, primero me gustaría conocer a la gran Celeste Daniel's. -sé sentó en un sofá y me dio un vaso de vino ¿Acaso no le hace efecto el alcohol?

- Dime que quieres saber, sobre mi. -me senté con el

- De dónde eres y cómo llegaste hasta aquí, tu ya sabes como llegue aquí, así que tu turno. -me miró

- Pues vivo en Los Ángeles, mi madre no me deja ser quien soy por ser tan "religiosa" -hice énfasis con mis dedos - Y pues me escape con mi amiga hasta acá, de hecho voy a celebrar mi cumpleaños aquí. -me alce de hombros y tomé un poco de mi copa

- Entonces la señorita Daniel's es todo una rebelde menor de edad. -me hizo burla

- Puede, pero ahora quiero saber más de ti, solo se que estas comprometido y que tienes veinticinco años.

- Tengo una empresa en Ecuador y se puede decir que soy el jefe.

- ¿Se puede decir o eres el jefe?

- Mi padre es el jefe, solo que aún necesita cosas por arreglar y seré el dueño oficial.

- Es interesante, pero ¿puedo hacerte una pregunta?

- Dime.

Me levante del sofá y me acerque a una mesa donde estaba el libro el cual había leído en el avión. - ¿Porque lees esto? -se lo mostré

- Simplemente me gusta leer. -sé alzó de hombros

- Ya veo, ¿y sabes algunas técnicas de Cristian Grey? -pregunté burlona

- Mejores. -se levantó

- ¿Entonces aceptas esta propuesta indecente? -me miró tan penetrante que sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo

- Esta bien, solo yo tendré el control de esto. -dijo tan tranquilo, me sorprendí demasiado, había estado con mas chicos a escondidas de mi madre pero ninguno había querido dominarme a su antojo y el no es un chico el ya es un adulto que sabe lo que hace.

Esto sinceramente estaba cautivandome.

- ¿Entonces.. quieres tener mi control? -sé acerco a mi peligrosamente

- Yo, controlo todo lo que me rodea. -me tomo del cuello acercándome bruscamente a él, con dedo a disposición de mi mejilla comenzó a acariciarla

- ¿Ah sí? -asintió - Pues dejaré qué me controles a tu estilo. -me alce un poco para poder depositar un beso en sus labios

- No, aún no. -se alejó de mí sintiendo un frío inmenso - quítate la ropa. -me ordenó

- ¿Q-qué? -tartamude

- Que te quites la ropa. -se sento frente a mí

Le hice caso y en mi comenzó a crecer una gran excitación, junto con un cosquilleo.

- Solo deja la ropa interior. -terminé de quitarme todo excepto la ropa interior

- Bien, dame la me mano. -le di la mano ya caminamos al baño, un olor increíble inundó mi nariz a chocolate

- ¿Ya habías pensado en todo? -pregunté mirándolo

- Tal vez. -comenzó desvestirse dejando sólo su bóxer

Tomó mi mano y entramos a la tina del baño, había una botella de vino y muchos chocolates con fresas y manzanas.

Me sirvió un poco de vino, - ¿Me vas a emborrachar para tener sexo conmigo?

- Esta vez no será necesario. -se acercó a mí y me dio un beso, tan apasionado

Subí mis manos a su cuello y me subí sobre su regazo.

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Juegos; Kevin PazmiñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora