Capitulo 7

229 29 9
                                    


Lejos de las miradas de los dos bailarines, de la música y las charlas, una mujer de largo cabello azabache se apoyaba en la ventana mientras los observaba con ternura. Esa era una de las pocas ocasiones en la que había visto a Randgriz disfrutar de una fiesta. Aquella mujer hacía tiempo que no disfrutaba ella misma de diversión. Tenía que hacer los preparativos para poner su plan en marcha.

-Son adorables, ¿No es así, Brunhilde?- Una voz a su espalda la hizo girarse rápidamente.

Ante ella apareció un hombre alto y de hombros anchos. Sus ojos negros y dorados la observaban con una sonrisa. Su largo pelo rojo sangre caía por su espalda peinado delicadamente. Era un hombre realmente hermoso. Era curioso el contraste con su amigo.

-Hola Thor, a pasado mucho tiempo. Y en cuanto a esos dos, es como ver bailar a la bella y la bestia.- El tono satírico sonó con gran notoriedad en su voz.

-No tienes que preocuparte por ella. Lu Bu será muchas cosas, pero no es una persona que haga daño a los clientes, sean buenos o como padre.-

-No es eso lo que me preocupa, sino que empiecen a verse como algo más que clienta y empleado. Algo en sus ojos me dice que ocurrirá más pronto que tarde.

Ambos observaron un poco más a los dos antes de que Brunhilde levantara su teléfono y marcara un número.

Randgriz seguía hipnotizada por los los ojos depredadores que ahora la miraban con ternura mientras sus fuertes brazos la rodeaban. Por desgracia, aquel momento mágico quedó quebrado por el tono de llamada y la vibración en su costado que la hicieron sobresaltarse. Se separó de Lu Bu con cuidado y sacó el aparato.

-¿Diga?- Respondió con la cautela con la que acostumbraba.

-Y yo que pensaba que esta casa era grande, pero tu parece que te pierdes con nada. ¿No habíamos quedado hace casi una hora?- La voz de su hermana sonó con una combinación de broma y regaño a partes iguales.

Randgriz entonces recordó. Había quedado con ella para hablar del plan ¿Tanto se había distraído con aquel baile?. Rápidamente se disculpó con ella y con Lu Bu y fue lo más rápido que pudo a hablar con ella. Lu Bu se quedó unos segundos parado pensativo. Esa sensación de querer proteger algo, de que lo que tenía en las manos era inconmensurablemente valioso, pero que se rompería si no tenía cuidado.

Lu Bu entonces notó una mano en su hombro, lo que le hizo girarse. Su tensión se relajó cuando vio los oscuros ojos de su amigo. Ambos se estrecharon en un abrazo lleno de nostalgia, recordando los viejos tiempos. Pasaron largos minutos poniéndose al día de todo lo que les había sucedido.

-Y total, que el tío tira la granada y casi le veo el blanco de los ojos al diablo. Consigo ponerme a cubierto ¿y sabes que hace el tío?- Lu Bu hablaba entre risas mientras Thor le escuchaba igualmente riendose.

-¿Soltarte un monologo?-

-¡Soltarme un monologo! El gilipollas se pone a pavonearse y decirme como va a acabar conmigo, que no soy tan bueno como me pintan y al final no ve que llevo detrás de él desde que empezó a hablar.-

Tras estar hablando un rato más, Thor terminó mirando a su amigo con ojos cómplices. No había mencionado nada sobre su hermana, a pesar de haber estado bailando con ella hace apenas unos minutos atrás. Cuando Lu Bu se dio cuenta, torció la cara en una mueca de desconcierto.

-¿No hay nada más que quieras contarme?¿Algo sobre una chica, quizás?- Inquirió el pelirrojo.

Lu Bu suspiró. Los había visto, pero no es que no quisiera decírselo para ocultarlo, sino porque el mismo no sabía que era lo que le pasaba. Una extraña necesidad de proteger a aquella pequeña existencia, a la vez de un deseo de mantenerla cerca y sentir su calor. Tampoco sabía como se sentía ella con él, si quería que estuviera cerca o si solo lo toleraba. Era una situación extraña.

El avaricioso dragón y la delicada orquídeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora