El manto oscuro de la noche había caído, y con el la tranquilidad. O eso se suponía.
Fuera del hotel, apoyada en la esquina de una terraza, una sombra se escurría de la vista de la gente mientras escrutaba con ojos atentos y ávidos de información la ventana de la suite. Esa persona, cuyos prismáticos estaban fijos en la chica de pelo rojo que hablaba por teléfono con rostro angelical y gesto tranquilo, se relamía imaginando situaciones asquerosas que se agolpaban en su mente, teniendo aquella joven un papel protagonista.
Una llamada lo sacó de sus repugnantes fantasías. Sacó el móvil y contestó:
-Diga-
-Ebisu, soy Hotei. Informa.-
-Sigue en el hotel, parece que han contratado a alguien más aparte de los guardias.-
-¿Quién?-
-No lo sé, no he podido verle la cara. En fin, dime que no me has llamado solo para pajearte con mi voz, maricona.-
-El jefe quiere vernos, a los seis. Vuelve inmediatamente.-
-Entendido.-
Con eso, terminó la charla y empezó a recoger las cosas. Aquellos pensamientos tendrían que esperar.
~0~
Lu Bu terminó de limpiar su cuchillo. Debía estar preparado para cuando pasara algo. La cliente se había ido a dormir hace un rato, por lo que todo estaba bastante tranquilo. Para ser sincero, la primera charla con la cliente había ido mejor que otras que había tenido hasta ahora. Fácil, rápido y sin mucho lio ni presunciones, justo como a el le gustaban. Y hablando de gustar. . .
-Esa chica. . .-
La imagen de aquella joven se le había grabado en la mente por alguna razón. Incluso con el conjunto común que llevaba, podía ver que tenía un hermoso cuerpo, completo, proporcionado y bien dotado. Su pelo era suave y todo en ella desprendía amabilidad. Pero lo que más recordaba era su sonrisa. Tan llena de inocencia y ternura, como si fuera la sonrisa de una madre. No entendía que tenía de especial, ya había conocido algunas mujeres hermosas y otras amables a lo largo de su vida, pero ella tenía algo que atraía su atención. Un rasgo inusual, extraño, casi. . .
Divino.
Sin embargo, era también un asco intentando esconder que estaba asustada. Eso era mucho más común. Guardó el cuchillo en su funda y se encendió un cigarrillo. Era mejor quitar esos pensamientos inútiles de su cabeza. La noche era tranquila. Había dado unas cuantas vueltas alrededor del edificio para comprobar que todo estuviera en orden, y aparte de una pareja de jóvenes empalagosos comiéndose a besos en una esquina, no había encontrado nada raro. Pero incluso con esa tranquilidad, había algo que seguía inquietando, una extraña sensación de que algo se le escapaba. El coche de aquella mañana no había vuelto a aparecer, y eso lejos de alegrarlo, lo confundía más.
Decidió volver a entrar y cerciorarse de que todo iba bien. Cruzó la puerta y subió por el ascensor para comprobar el interior.
-Hey, tu. Ven aquí, quiero hablar contigo.- Uno de los guardias le llamó. Decir que parecía enfadado era como decir que el cielo es azul. Tenía la cara del típico viejo cascarrabias.-No se por qué el señor Thor decidió contratarte, pero conocemos tu historial. No eres precisamente una niñera de primera.-
-Me han contratado para asegurar su bienestar físico, nada más. Si cumplo con lo acordado ¿Qué importa de donde venga? Además, ¿por qué rayos debería importarme una mierda lo que tu pienses?-
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El avaricioso dragón y la delicada orquídea
Fanfic"Los dragones son seres avariciosos. Cuando marcan algo como suyo, nunca lo dejan ir". Lu Bu es un guarda-espaldas a sueldo con un pasado oscuro. Un día, Thor, un viejo amigo, le pide que cuide de su hermana Randgriz mientras esta realiza un import...