Capitulo 1

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El brillo del sol colándose por la persiana de su habitación lo despertó.

Otra vez ese sueño. Lu Bu hacía tiempo que no lo tenía, pero se acordaba de todo como si fuera ayer. La sangre en las manos, el calor del fuego, y la última mirada a ese hombre que había sido su dueño por tantos años, cagándose de miedo. Habían pasado 23 años, y aún lo veía claramente.

Sin embargo, que pudiera recordarlo tan bien no significaba que le gustara.

Apartó esos pensamientos mientras se erguía. Su largo pelo negro cayó por su espalda mientras se ponía de pié. Estiró su cuerpo entumecido, el cual había ganado musculatura desde hace tiempo, así como había añadido nuevas cicatrices a la colección. Sin embargo, el tatuaje del dragón purpura seguía dominando su cuerpo desde los hombros a las muñecas,  como si este estuviera vivo y reclamara esos músculos y esa piel como suyos.

El desayuno fue poco más que una fruta y una taza de café acompañada con una buena ración de noticias de televisión. Debates políticos, modas juveniles, meteorología, la misma morralla de siempre. El mundo no le interesaba. Vivía por y para el conflicto, buscando nuevos contratos, rivales más poderosos, retos más difíciles. El trabajo de mercenario y guarda-espaldas no sería lujoso u honrado, pero solo así conseguía la sensación que le mantenía vivo. La lucha, la sensación de poder chocando con poder, usar todos los recursos a su disposición para lograr la victoria. Eso era para la que había sido adiestrado y la pasión a la que se dedicaría. Además de ayudarle a pagar el apartamento donde vivía.

Sin embargo...

-Si tan solo hubiera alguien que pudiera darme un reto- Esa era una frase que se había repetido por mucho tiempo.

Desde hace unos años, ya no era lo mismo. Los combates mano a mano se solucionaban con un golpe o una patada y los tiroteos eran simplemente una forma de ejercitar las piernas. Ya no se sentía como antaño. Lo único que podía esperar era encontrar algo que le forzara a sobrepasar sus limites. Apagó la televisión y realizó su rutina de ejercicios. Artes marciales varias, levantamiento de peso, cardio, combate con cuchillo y combate con lanza. Aunque no encontrara rivales no iba a dejar que su fuerza se degradara. Quería superar retos, no ponerse en modo fácil.

Abrió el ordenador para ver las ofertas que tenía. Todos aburridos. Tomó un contrato al azar y salió del apartamento tras haberse ataviado con su traje, una pistola y su cuchillo, una hoja militar de acero de primera con la inscripción "Sky piercer" en caracteres chinos en la hoja. Este era su mayor tesoro. Bajó las escaleras hasta llegar a la recepción donde reconoció al encargado con bigotes y perilla larga que siempre parecía estar aburrido, aunque hoy era diferente, ya que estaba con un teléfono en la oreja y revisando papeles como si fuera un estudiante que ha perdido los deberes de ese día.

-Buenos días Liu Bei- Saludó Lu Bu con un habitual tono serio, aunque esa situación le causaba algo de gracia.

-Buenos serán para ti, chico. Otra vez Zhang fei se ha bebido todo el alcohol y tengo que conseguir que el nuevo pedido llegue antes de media noche sin que eso me cueste un ojo de la cara.- Dijo el hombre antes de volver a gritarle a la persona del teléfono.

-Parece que la maldición del secretario te persigue allá donde vayas ¿eh?.- Dijo el sicario con una sonrisa burlona que mostraba sus dientes afilados.

-Ja, ja, ja. Me parto y me mondo. ¿Y tu qué?¿Vas a ser el azote de otra pobre alma?¿O es que has conseguido alguna amiguita entre tanta matanza? Como vas tan arreglado.- El secretario  terminó la frase con un rintintin molesto para Lu Bu.

-¿Y arriesgarme a acabar como tu y tu señora? No gracias.- Siempre encontraba una manera de devolverle el insulto.

-Muy gracioso. Si sales llevale esto a Guan Yu. Hoy es día de paga- Dijo el hombre extendiendo un sobre hacia Lu Bu.-Y ten cuidado ahí fuera. No quiero tener que empaquetar la cosas de mi cliente estrella.

El avaricioso dragón y la delicada orquídeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora