Capitulo 10

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Atención, este capitulo puede tener contenido subido de tono

El reloj mostraba las 4 de la mañana mientras iban en el coche. El silencio reinaba totalmente entre ambos, sin siquiera cruzar miradas. Randgriz se encontraba sentada en el asiento del copiloto, con la chaqueta de Lu Bu sobre los hombros para combatir el frio. Habían pasado algunos minutos desde que empezaron a conducir hacia la ciudad nuevamente, aunque sin saber hacia donde concretamente

- ¿Vamos de nuevo al hotel?- Randgriz finalmente rompió el silencio con esa pregunta.

- No, aún debe de haber policías. Además puede que aún lo estén vigilando. Vamos a un lugar más oculto, uno que suelo utilizar a veces.- Lu Bu respondió con seriedad.

Randgriz notó un aura fría provenir de aquel hombre. Era diferente a su habitual aura de depredador, intimidante y al mismo tiempo cálida. Era como si no fuera un ser humano, sino una máquina. Trató de ocultar su confusión y preocupación para no molestarlo, pero sabía que él se había dado cuenta. La noche silenciosa acompañó de nuevo el recorrido del coche en la carretera.

Lejos de allí, en el edificio abandonado que había sido testigo de aquella matanza y lucha por la joven flor, unos pasos lentos y tranquilos se oían retumbar por los pasillos. Un hombre vestido con un traje oscuro y verde, con una larga cabellera negra y un pequeño broche en la solapa, la figura de un cuervo. El hombre caminaba con las manos cruzadas a la espalda, sosteniendo un bastón mientras observaba el desastre de sangre y casquillos. Sin embargo, en su cara no se reflejaba la más mínima emoción, ni siquiera asco por el hedor, como si todo eso no fuera nuevo para él. Su semblante se mantenía frio como el hielo. Sus pasos lo encaminaron a una sala grande, donde descansaba el cadáver del hasta aquella noche el líder mafioso más temido de la ciudad.

- Te la puse en bandeja de plata ¿Y ni siquiera así has podido cumplir tu trabajo?- Miró con disgusto el cadáver de Bishamonten.- No servís para nada.-

Deshizo el camino hasta el exterior del edificio, el cual en poco tiempo empezó a arder con gran intensidad. Tenía que encontrar una forma de acabar con esa chica cuanto antes.

~0~

- Ya te lo he dicho, necesito el espacio esta noche. Por la mañana nos habremos ido.- Lu Bu hablaba por el teléfono, poco después de llegar al lugar donde se esconderían.

El lugar era una gran habitación que había sido parcialmente transformada en estudio de fotografía. Las paredes estaban cubiertas de informes e imágenes, muchas de ellas habían aparecido en periódicos, y otras lo harían pronto. En una de las esquinas había un escritorio desordenado lleno de papeles. Al otro lado se encontraba una pequeña cocina repleta de platos sin lavar, mientras una cama grande de matrimonio se encontraba al fondo, acompañada de una lámpara y con un enorme tragaluz que dejaba pasar el brillo de la luna. Era un estercolero, pero era unos de los sitios más recónditos y escondidos de la ciudad. Lu Bu lo había utilizado otras veces para esconder a clientes que necesitaran refugio, o para tener alguna "charla" con los deudores más tendientes a gritar.

 - Ok, ok. Pero no quiero encontrarme nada asqueroso cuando vuelva.- La voz de Cheng Gong sonó con una mezcla de sorna y sueño.

- Como si pudiera notarse entre tanta porquería. Adiós.- Lu Bu colgó con esas últimas palabras y se giró hacia Randgriz, quien estaba sentada en la cama.- Lamento el desorden. No es una suite, pero nos mantendrá seguros. Pero ese Cheng, a veces no sé que está más sucio, su casa o su mente.

- Parecía que se estaba divirtiendo. ¿Cuál era la broma?- Preguntó Randgriz con una risa.

- Piensa que todo esto no es más que una excusa para tener un lugar en el que llevarte a la cama.- Lu Bu se rascó la nuca mientras sonreía molesto.

El avaricioso dragón y la delicada orquídeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora