Capitulo 8

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Varios minutos antes, en el despacho, Randgriz aguantaba las incesantes preguntas de Poseidón con una sonrisa. Aquél hombre lanzaba dudas como si fuera una ametralladora, y tenía la misma capacidad de expresión que un pez. Mantenía esa cara de disgusto continua mientras cuestionaba hasta el más mínimo detalle. Sin embargo, Randgriz aguantó el asalto con un gran esfuerzo, respondiendo con frases concisas y respetuosas, siempre manteniendo su tono amable y usando palabras suaves.

- Bueno, creo que con esto hemos terminado. La firma se hará de inmediato.- Dijo tras terminar su última pregunta.

- Por supuesto, aquí tiene el contrato. El señor Odín firmó antes de mandarme aquí.- Respondió Randgriz extendiéndole el documento.

Poseidón comprobó la firma del papel. Después sacó una pluma y puso su propia firma en el documento. Ambos se levantaron de sus asientos al tiempo que Randgriz extendía su mano hacia Poseidón, quien tras un par de segundos se la estrechó en acto de despedida. Mientras la joven salía de la habitación acompañada del mayordomo, Poseidón se llevó la mano al bolsillo y sacó su móvil.

- La reunión ha terminado. Seguimos el plan.- Dijo con voz seria.

- Entendido , nuestra parte está hecha. Solo falta que ella llegue.- Respondieron al otro lado

Randgriz caminó de vuelta acompañada por Hermes, quien poco después se alejó llamado por otra persona. Cuando se quedó sola, Randgriz sacó su móvil para llamar a su hermana. Sin embargo, la linea no funcionaba. Probó con Thor y con Lu Bu, pero ningún número parecía funcionar. Vio que la cobertura había caído, algo extraño en una casa tan cara y preparada para grandes fiestas. Trató de encontrar a los demás mientras caminaba, cuando de repente el calor, el olor a quemado y el sonido de la gente corriendo y gritando la guiaron hasta el pasillo. Abrió la puerta solo para ser arrastrada por la marea de gente que corría la puerta principal. Cuando cruzaron el gran umbral, estuvo a punto de caer al suelo de no ser porque uno de sus otros guardaespaldas logró atraparla en su caída.

- ¿Qué ha ocurrido?- Preguntó Randgriz aún confundida.

- Ha habido un incendio en uno de los salones. Tampoco podemos contactar con los guardias del hotel. Parece que el fuego ha afectado a la cobertura. Debemos volver al hotel de inmediato.- Dijo el hombre.

- Pero Lu Bu sigue dentro.-

- Estará bien, sabe el plan en caso de emergencia. Debemos irnos.- Respondió mientras la llevaba al coche de los guardias.

Randgriz y los otros cinco guardias se subieron en los coches y arrancaron en dirección al lugar donde se alojaban. Tenía un mal presentimiento, como si algo malo estuviera por pasar. Si tan solo hubieran esperado a Lu Bu.

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Lu Bu finalmente salió de la casa. Sus nervios estaban a flor de piel, y ver que faltaba uno de los coches no ayudó a calmarlo. Se sentía lento, agitado e incapaz de pensar con claridad. De repente, una mano en el hombro le sacó de sus pensamientos.

- Lu Bu ¿Qué haces aquí? ¿Dónde está Randgriz?- Thor preguntó con voz tensa.

- Pensé que ya habría salido, pero creo que la han llevado de vuelta al hotel. Lo peor es que esa mafia a vuelto.- Dijo Lu Bu.

- ¿Los dioses de la fortuna?-

- Sí. Avisa al hotel si puede, yo iré tras ella.- Lu Bu salió corriendo hacia su coche y arrancó.

Era lo que le faltaba. El peor caso posible había sucedido y ahora estaba demasiado lejos de ella. Trató de relajar su respiración. Si perdía los nervios se acabó. Tenía que mantener la cabeza fría y pensar en un plan. Analizó todo lo ocurrido hasta ese momento. El ataque había sido calculado meticulosamente y ejecutado mientras los dos estaban separados e incapaces de comunicarse entre ellos o con alguien más. El incendio también había sido genuino, pero lo suficientemente apartado para que causara pánico sin dejar víctimas. Además, se habían encargado de intentar acabar con él primero, por lo que sabían quien era  él. Pero el hecho de que faltara un coche todos los demás guardias significaba que aún no la habían atrapado, pero podían saber donde estaba.

El avaricioso dragón y la delicada orquídeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora