El avaricioso dragón y la delicada orquídea

Capitulo 11

La luz del sol de la mañana pasó por el tragaluz, cayendo en el rostro de Lu Bu. Su cabeza empezó a despertar y a mirar alrededor en la habitación, pero entonces notó un movimiento en su costado. Bajó la mirada para ver a Randgriz acurrucándose a su lado, profundamente dormida y con un rostro de paz, mientras sonreía en sueños. Lu Bu acarició su pelo y sonrió. Realmente había sido una gran noche.

En ese momento, su teléfono vibró en la mesita de al lado. Que bien que lo había puesto en silencio, no quería que Randgriz se despertara demasiado pronto. Alargó el brazo con cuidado y tomó el telefono.

"Llamada entrante de capullo pelirrojo"

- Hola Thor. Buenos días.- Lu Bu respondió el teléfono con un bostezo.

- ¡¿Cómo que buenos días?! ¡Es la 1 de la tarde!- Thor sonaba muy molesto.

- Perdona, pero no grites. Tu hermana está durmiendo.- Lu Bu habló mientras dirigía la vista hacia la chica dormida sobre su pecho.

- ¡Menos mal que la has salvado! ¿Está bien?- Thor cambió su tono de voz al oír que su hermana estaba bien.

- Cansada, pero sana y salva. A pasado por muchas emociones por una noche.-

- Bien. Se lo diré a Brunhilde, debe estar muerta de preocupación. Cuidala, puede que vayan a por ella.-

- No tienes que decírmelo. La mantendré a salvo, me cueste lo que me cueste.- Lu Bu sonó decidido y fuerte.

- Ok, nos vemos.- Thor se despidió con esa frase.

Lu Bu dejó el teléfono en la mesilla de nuevo y se recostó un poco más. Ahora tenía que mantenerla a salvo hasta que pudiera enviarla con su hermano. Por suerte, sabía de un lugar donde esconderla, y donde nadie sospecharía ni haría preguntas. Su pequeña guarida donde podría proteger el tesoro que había encontrado.

- ¿Era mi hermano?- Randgriz preguntó de repente, haciendo a Lu Bu girarse para observarla.

- Simplemente ha pedido que cuide de ti. Como si necesitara que me lo recordaran.- Lu Bu le devolvió la mirada, con un aire tranquilo y feliz.

- Si eres tu el que me cuida, no puedo quejarme.- Randgriz cerró los ojos y le dio un beso en la mejilla.

Lu Bu depositó un beso en su frente y se dispuso a levantarse para prepararse. Randgriz se irguió para buscar sus ropas, pero cuando intentó levantarse, Lu Bu hizo un gesto para que se detuviera.

- Ten cuidado, puede que te cueste andar un poco después de lo de anoche. El baño está en esa esquina.- Lu bu señaló a una pequeña puerta al lado de la entrada que hasta entonces no había visto.

Randgriz lo miró algo molesta, recogió su ropa y se levantó para ir. Sin embargo entendió rápido por qué lo decía, cuando sintió que sus piernas no tenían tanta fuerza como antes. Trató de disimular y caminó  hasta la ducha, donde cerró la puerta no sin antes notar como Lu Bu soltaba una ligera risita. Abrió la llave del agua y dejó que esta cayera sobre su cuerpo. Realmente necesitaba esa ducha, con todo lo que había pasado. Sin embargo también le hizo recordar lo que ella hizo. El hecho de clavar su broche en la garganta de aquel hombre y verlo caer. Se abrazó e intentó respirar mejor. Sabía que había sido necesario, que no tenía otra opción, pero seguía sintiéndose horrible. Pero no podía dejarse consumir por eso.

Apartó esos pensamientos de su mente y trató de pensar en algo más agradable, intentando recuperarse. El calor de la ducha le hizo recordar la sensación que había tenido con Lu Bu aquella noche. Nunca pensó que un hombre con un aspecto tan fiero y la capacidad de abrirse paso con sangre y fuerza a través de decenas de hombres pudiera ser tan cálido y cuidadoso. En ningún momento sintió miedo o incomodidad con él, solo placer. Terminó de ducharse y se puso la ropa. Al salir vio a Lu Bu ya vestido, esperando a que saliera. Bajaron juntos y se subieron al coche.