VIOLENTOMETRO [ONCEST]

CELAR

Había pasado un mes después de lo ocurrido con Ted, Oncie no había salido de la mansión de Greedler, ya hasta se sentía un prisionero de su novio, quería respirar aire fresco con sus amigos o aunque sea con los animales del bosque o al menos con su familia, pues aunque lo molestaban y lo trataban mal los amaba de verdad y más a su mamá, solo quería hacer que se sintiera orgullosa de el, siempre trataba de complacerla a como diera lugar, pero había un solo problema que siempre sus amigos le cancelaban por alguna razón, algo les hacía cambiar de parecer de salir con el, y los animales le tenían miedo a Greedler así que ni si quiera se acercaban al bosque cerca de la mansión y su familia pues casi no les importaba que Oncie no estuviera cerca y a su novio no le gustaba mucho que estuviera con ellos ya que eran, como se dice "Pobres".

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La verdad Oncie pensaba en decirle a Greedler que nesesitaba salir a tomar un poco de aire fresco y cambiar de aires un poco, pasear por la ciudad, ir por un helado yo que se pero decidió no hacerlo ya que siempre está ocupado y aparte nunca le importa que salga a algún lugar.
- Que más da, solo será un rato, no se dará cuenta que me fuí- dijo Oncie despreocupado.

Tomo un par de sábanas atandolas entre si, las aventó por la ventana así saliendo de ella, al llegar al suelo salió corriendo ansioso por que haría en ese día. Llegó a la ciudad y no podía creer lo que vio, era Ted y Audrey, sus mejores amigos, estaban en el parque de la ciudad jugando con un avión de juguete.
- Hey chicos! Hola.
- ¿Oncie?, ¡Oncie eres tú!- dijo Ted corriendo hacia el para abrazarlo pues hacia ya un mes que no se veían. -¿Que andas haciendo por aquí?- preguntó Audrey feliz de ver al chico.
- Pues dando el rol, oigan ¿Qué les parece si vamos al cine?
- ¡Si vamos! - contestaron los dos chicos.

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Las horas pasaron hasta que acabo la película, Todo era tan divertido hasta que Oncie notó algo que lo dejó sorprendido, ya había oscurecido, ya era de noche y no estaba en la mansión de Greedler, debía de correr si no quería problemas.
- ¡Chicos debo irme, nos vemos otro día! ¿Si? - corrió lo más rápido que pudo, llegó a la mansión, escaló las sábanas atadas estilo cuerda y se calmó un poco al ver la habitación exactamente como la había dejado, así que acomodó las sábanas como estaban en la cama, tomo un baño, se colocó su pijama y se acostó en la cama esperando a su amado novio, pero lo que nunca pensó fue que su novio entraría por la puerta llendo directamente hacia el con una mirada fría y escalofriante, se le encimo mirándolo fijamente a los ojos poniéndo a Oncie bastante nervioso.

- G-Greed......- dijo nervioso con un sonrojó algo notable en su rostro.
- ¿Dónde estabas?- no le dejaba de ver a los ojos. -Ammm.......y-yo......
-¡¿Dónde estabas?!- se estaba molestando cada vez más - Fuí a la ciudad, Greed.
-¿Porque no me dijiste nada? ¿Me estás engañando?  - se quitaba de encima del menor, sentandose en la orilla de la cama. - ¡No!, ¿Cómo puedes pensar eso?, Yo te amo Greedler. - le decía tomándole la mano al millonario pero nunca espero que su novio volteara de repente acorralandolo en la cabecera de la cama. - ¿Estuviste con Ted cierto? - no le quitaba la mirada al menor. - No, bueno.....si p-pero * fue interrumpido*
- ¡LO SABIA! SABIA QUE ME ERAS INFIEL CON ESE MOCOSO - Se levantó de la cama y fue hacia la ventana colocándose enfrente de esta viendo el exterior. - ¿Qué estás diciendo Greedler? - el menor se acercó a el tocándole apenas el hombro. - ¡DEJAME!, SI NO ME AMAS DIMELO,  NO ME SEAS INFIEL, ¿SABES QUÉ? LARGATE DE ZORRA CON ESE TAL TED, NO ME IMPORTA, ESTA NOCHE DORMIRÉ EN OTRO CUARTO, BUENAS NOCHES ONCE LER. - tomó un par de sábanas llevándoselas a otra habitación. - Greedler porfavor debes de escuchar....*volvió a ser interrumpido* - TE DIJE QUE TE LARGUES, MAÑANA NO QUIERO VERTE POR AQUI MALDITA ZORRA.
- Perdóname amor..... porfavor.....no volverá a pasar, duerme conmigo y hablemos de esto ¿Si?
- No tengo nada de que hablar contigo Once ler, se suponía que eras solo mío y me sales con estás cosas.....
- P-Pero......
- Adiós Once ler- cerró la puerta y se fue a otra habitación mientras Oncie se quedaba llorando solo en la cama del millonario abrazando una almohada cubriendo su rostro.

Pobrecito Oncie.