Capitulo 16

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El tiqueteo de la cucharilla contra la taza de té era constante por el nerviosismo que me consumía.

¿ Por qué me digné en tomarme un café con Miguel ?

" Porque eres demasiado buena "
" Para matar tiempo antes de que Rubén llegue y le pegue "
" Porque aún te importa "

No no me importa.

Es un cerdo, te cojo y te tiro, abusador, idiota, miedica que cortó conmigo por Whatsapp...

- ¿No te alegras de verme? -hizo una mueca y por una vez en mi vida quise clavarle un tenedor en esos ojos verdes transparentes que me enamoraron. 

" Que contradictorio "

- Me dejaste por Whatsapp y aún no me dice por qué estás aquí.

Bebió. Más bien sorbió de su café con doble de canela.

- Te echaba de menos.

- Já. -rodé los ojos.

- Enserio Noa.

- ¿Qué tal con Acacia? -carraspeé. No iba a creerme su mentira. Ni mcho menos.

- Rompió conmigo - dijo sin igual.

" Te lo merecías. "

- Pero eso hizo darme cuenta de que, te echaba de menos. -me cogió la mano y con la yema del pulgar empezó a acariciarla.

La aparté de un manotazo.

- No me toques.

- Noa, enserio. ¿Hace falta hacer tanto drama?

- ¿Drama? Dime de una vez que haces aquí. Y esta vez de verdad.

No respondió, se quedó ahí inmóvil. 

- Exacto. -finalicé levantandome.- Y ahora, adiós.

Le dejé ahí. Con la boca abierta. Y yo me fui a las llegadas con una sonrisa en la cara. Orgullosa de mí misma y sin pararme de repetir : " Bien hecho ".

Estaba llegando a la salida del vuelo de Rubén, cuando alguién me metió en el baño tapandome la boca para no gritar. El pánico empezó a controlarme y me encontraba pataleando e intentando soltar algún que otro ruido.

- Shh, tranquila soy yo. -me susurró en español quitando la mano de mi boca.

- ¡Tú eres subnormal ! - le grité dándome para verlo cara a cara.

Él se rió. Estruendosamente. Como hace siempre.

Le propiné una buena patada en la espinilla y salí del baño.

- Venga, te lo mereces. Ahora vayamos a casa. -bufé mientras me dirigía a la parada de taxis con su maleta. A veces me llegaba a cuestionar porque seguía siendo su amiga.

- Sabes eso duele. -gimió andando a mi lado.

- Te lo merecías. -repetí.

- Pero me quieres. 

Lo abracé soltando su maleta. Y mientras esta caía al suelo nosotros nos fundíamos en un abrazo. Siempre le recordaré por ser el mejor abrazador del mundo. Siempre te hacía estar cómoda y desprendía ese calor de osito amoroso.

- Te quiero. Claro que lo hago.

- Te han crecido las tetas, ¿lo sabes no? -rió de nuevo.

Me separé de él disimulando una risa con el ceño fruncido.

- Por esto a veces no te quiero.

Él de nuevo rió. Me encantaba su risa.

Nos montamos en el taxi y fuimos directos a casa.

Ahora estábamos él y yo. Yo y él.

Como en los viejos tiempos.

Rubén y yo de nuevos reunidos.

-

Dan

Pikachu

Dinosaurio

Hoy vamos a jugar a los bolos, ¿te vienes?

Invitado en casa.

Que se venga.

¿Enserio? Gracias :) Os veo entonces esta...

Noche

Pues hasta la noche

-

Él se paseaba de aquí allí en calzones.

Yo hacía lo mismo pero en ropa interior.

 A ninguno de los dos se nos hacía raro. Por lo cual era bastante cómodo. 

Aunque si lo pensabas inccómodo para cualquiera que nos encontrase en esa situación.

- ¿Qué me pongo? -entré sin llamar a su habitación.

Me echó una mirada rápida, además de carraspear y tocarse la garganta de lo nervioso que estaba.

- Te han crecido las delanteras. -siguió tocandose el cuello. Siempre lo hacía cuanddo su nerviosismo se aumentaba. - Y las traseras. -carraspeó de nuevo.

- Rubén, no empieces. Estoy igual. -me senté encima de él.

Él haciendo caso omiso a mi comentario siguio mirándome sin creéselo.

- Para. Parece que me quieres comer.

- Pue...-le tapé la boca.

- No. Lo digas. -lo amenacé con la mirada. Y me aparté rápidamente de él. - Y avísame cuando se te haya pasado el problema en el sur de tu cuerpo. -sonreí divertida mientras él se sonrojaba levemente.

-

A pesar de las predicciones, Rubén encajó (a su manera) con el grupo. 

Con los que más congenió fue con Dan y Phil. No paraban de hablar de videojuegos. Hasta por estar más concentrados por el tema videojuegos, apenas jugaron a los bolos.

Los que de verdad nos lo estábamos tomando bastante a pecho erámos Zoe, Alfie, Vicky, Marcus y yo. Caspar era mi pareja en el juego, pero apenas ayudaba. Y bueno, yo tampoco aportaba una gran ayuda. Solo evitaba su mirada y mis mejillas se ponían de color carmesí al pensar lo sucedido.

De nuevo era nuestro turno. De nuevo fallamos al primer intento. En el intento de Caspar.

Ahora era mi turno. Y no sabía si ir al de por el del medio o el que estaba más a la izquierda.

Y así de improvisto, Caspar con una sonrisa radiante me sujeto de la cadera suave colocandome en una posición en la cual, según él, sería el tiro perfecto. No entendí su repentino cambio de humor. Pero tuvo razón, conseguí tirar los bolos.

Acto seguido de nuestro primer pleno me abalancé a sus brazos de la emoción. 

- ¡Hemos echo un semi-pleno! -dije agarrándome a él del cuello. 

- ¡Sí! -rió el sudafricano conmigo mientras me agarraba de la cintura y desvió un poco la mirada intentando que yo no me enterase. Pero se la seguí y encontré algo bastante dañino.

Ahora entendía perfectamente su cambio de humor.

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Hola! Si chicos hoy hay maratón.

¿Por qué? Porque el uno de marzo es mi cumpleaños!!!

Bueno y por eso os quería dar este regalo.

Además dedicaré los capítulos del maratón a los comentarios más orignales.

MUACK!

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