Forewarn

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No sabía desde que momento mi vista se había perdido en el obscuro muro de cerámica frente a mi. No había nada interesante ahí, no era siquiera relevante, pero los últimos días eran así, mi mente encontraba la manera de escapar a otra parte.

El peso sobre mis hombros se había vuelto más ligero y la culpa dentro de mi, parecía haber cedido; pero aún así, quedaba algo, algo que incluso con todo lo que ya nos perseguía, me creaba un hueco en el pecho y no me dejaba tranquila.

De mi mente no habían podido salir las palabras que le había escuchado pronunciar, había tratado de olvidarlas, de borrarlas de mis recuerdos, pero algo en mi interior no me lo permitía.

Cada vez me sentía más perdida y confundida.

No importaba cuánto tratara de alejarlo, mis pensamientos volvían al mismo lugar, una y otra vez, trayendo cientos de preguntas y ninguna respuesta. En los últimos días, lo único en lo que podía pensar, era en Yena.

Me preguntaba por qué no podía dejar de escuchar su voz diciendo esas palabras, aquéllas que había decidido ignorar por el bien de ambas. Porque si algo no podía poner en duda, era que el desastre que yo representaba, tarde o temprano podría lastimar a cualquiera, y no, no quería lastimarla a ella. Sobre todo a ella.

Había querido irme y alejarme antes de hacerle daño, antes de que supiera todo lo que yo no era o peor aún, antes de que supiera todo lo que yo era. Pero irme significaba seguir mintiendole y ya estaba cansada de hacerlo. Aunque debía aceptar, que parte de mí, había creído que escuchar la verdad le haría alejarse, que se daría cuenta de que aquella persona a quien creía conocer y querer, no existía; que la mejor forma de seguir con su vida, era mantenerse lejos de mi.

Pero al final, todo lo que había esperado, no había sucedido. En sus ojos no había visto decepción o enojo, ni siquiera un poco de rechazo. Solo había encontrado comprensión, y mi corazón dudaba ¿Lo merecía?

¿Merecía que ella me ofreciera consuelo, ¿La merecía a ella?

A pesar de todo, Yena se había quedado a mi lado una vez más.

¿Era mi egoísmo lo que no me permitía alejarme de ella?, ¿Era por qué no podía prescindir de la seguridad y esperanza que me brindaba?

Incluso si todo eso era cierto, sentía que en el fondo había más. Algo que encendía la incertidumbre dentro de mi, cada vez que la tenía cerca ¿Sabía lo que era?, ¿Siempre había estado ahí?

Me parecía tan confuso y a la vez abrumador tratar de entenderlo.

¿Por qué Yena tenía que seguir mirándome de esa manera?, ¿Por qué todo parecía diferente con ella?, ¿Por qué no podía sacarlo de mi mente?

- Solo estoy diciendo que me parece una locura -
Acompañada de una ligera risa que llegó hasta la cocina, la voz de Narae se hizo presente.

Me deshice rápidamente de esos pensamientos. Abrí el grifo del lavabo y comencé a limpiar minuciosamente los nabos que se suponía debian de haber estado listos desde hace minutos. Sin voltear y sabiendo que ya se encontraban en el salón, tome un cuchillo del cajón, moviéndome apenas unos centímetros de mi lugar.

- Es porque nunca creíste que te sucedería a ti -
Escuché a Kyunjin decir.

- ¡Y se suponía que no debía sucederme! -
Narae replicó, alzando un poco más la voz.

- Todas las personas casadas que conozco, tienen una vida infeliz y triste -
Explicó con pesimismo.

- Estás siendo negativa, no todas las parejas viven de esa manera –
Kyunjin argumentó paciente, como si solo tratará de darle ánimos.

For you, I will.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora