Era la mañana de sabado, aquél tan esperado día para Mark, joven de dieciséis años oriundo de Canadá y con ganas de matarse por lo mal que le estaba saliendo las cosas en su tan añorado día. Fue un comienzo simple pero devastador, se levantó mucho más tarde de lo usual recortando el tiempo que tenía para revisar mil y una veces que nada le saliera mal, luego, al lavarse la cara observó que un nuevo, gran y rojizo amigo hizo la aparición en una de las peores partes posibles de su cara cosa común para un joven de su edad pero desastrosa para ese día en particular, cuándo bajó su madre le habló desesperada por tener que ir a su trabajo en una emergencia, le pidió que le hiciera un favor urgente a casi el otro lado de la ciudad, lo hizo por cariño a su madre pero tardo más horas de las que esperaba y casi se desmaya en la mitad de su camino por no haber probado un bocado, la fuerte lluvia que había sacudido a la ciudad y el hechos de que olvidó llevar dinero extra para comprarse algo de comer o siquiera irse en el transporte de regreso obligándole así a una tortuosa y demorada caminata.
Cuando regresó a su hogar, empapado, pálido, mareado y cansado pudo ver que era más de una hora tarde de la que había planeado verse con el chico en un punto en común cerca a una panadería no muy lejos de la casa del menor, siquiera sabía si el moreno seguiría esperándolo ahí y no encontraba su celular para poder avisarle. Esperando lo peor igualmente se baño y vistió de la mejor manera en un tiempo record, comió un pobre sandwich apurado y agarró su guitarra para luego salir corriendo de su casa al lugar que había acordado.
Si sus cálculos mentales no le fallaban llegó tres horas más tarde de lo debido, el lugar quedaba bastante lejos y sus pobres piernas no estaban lo suficientemente recargadas de energía para ir a mayor velocidad, la guitarra pesaba en su espalda alentandolo, sus pulmones dolían al tomar aire y su cuerpo estaba tan caliente que se sentía axfisiado. Pero su dolor físico no se comparó al de su corazón cuando vio la escena del bonito chico moreno, con la cabeza repleta de organizados rizos completamente gacha, mirando hacía el suelo en una escena que transmitía completa tristeza mientras sus piernitas se balanceaban sobre la banca en la que estaba sentado.
Él seguía ahí y no sabe si eso le hace más felíz qué triste, le decepcionó y dejó esperando por horas pero aún así él no se fue, quizá aún tenía esperanza en su llegada o ya estaba tan decepcionado por su falta que le dolía moverse de allí.
Quizá nuestro pobre Canadiense no podía entender todos los pensamientos negativos que cruzaban la cabeza del más pequeño, quién pensaba que no valía realmente la pena su amistad y por aquello no había llegado el mayor a su encuentro pero al mismo tiempo su corazón se había sentido tan ilusionado los días anteriores que se negaba a irse de allí sin una explicación digna, así fuera solo un pequeño mensaje de disculpa. Llegó a aquel lugar casi medía hora antes de la hora acordada y sólo esperó emocionado con la sonrisa más brillante posible en su preciosa cara, esperó por horas mientras su expresión entristecia con cada minuto, causando incluso la pena de los dueños del local frente a él, que lo habían observado todo el tiempo.
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🌻 Miopía 🌻| MarkHyuck |
Fanfic|| Mark padece miopía así que no puede ver como su crush se derrite de amor por él. ||