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Los tíos de Donghyuck son geniales, fantásticos, más de lo que hubiera imaginado, pero ya podía entender de donde su hyung americano había obtenido tan buen juicio y carisma. Pensó que la idea de ir al hogar del moreno mientras los mayores estaban sería algo incómodo, pero el hecho de pasar tiempo de calidad con su querido moreno luego de no tener nada de convivencia y aguantarse unos venenosos celos por varios días más lo tenía emocionado, tan emocionado que su pudor y vergüenza para aceptar la invitación desapareció. Incluso cuando la mujer bajita y carismática apretó sus mejillas con toda confianza y le dio una palmada en la espalda para luego dejarlos libres en su camino mientras ella preparaba algo para el almuerzo ese día, le gustaba la comida casera pero de tampoco libre que le permite su trabajo debe apegarse a comprar comida ajena y de no tan buen gusto, una pena.
El día era demasiado perezoso y corto para desgastarse en alguna salida que probablemente gastaría más tiempo de viaje que en la misma actividad, les alegra que un rasgo que comparten en común es ser hogareños, preferir una buena tarde de sueño a una salida intensa a alguna parte, es demasiado trabajo y ellos son almas perezosas.
-Ay calambreeeee- el moreno chilló cuando movió su pierna luego de un largo tiempo de tenerla atascada y sin movimiento bajo la espalda del mayor, sentía su extremidad punzando con fuerza obligandole a retorcerse mientras agonizaba en el colchón.
-Ups- el Canadiense se burló de él, para luego palmear con fuerza la pierna adolorida del menor haciéndole soltar un fuerte grito.
-Graciaaaas- agarró su almohada para intentar golpear al pálido con ella, pues su pierna lo pone en desventaja al ser fácil de esquivar.
Se rindió luego de un rato cuando no le pudo atinar ningún golpe certero, desparramandose en el colchón nuevamente como si hubiera hecho una rutina de ejercicio y no solo un calambre de un par de minutos en la pierna. Mark sonrió, regresando de su refugio en el marco de la puerta y preparandose para atacar mientras el menor estaba distraído en su ficticia y agónica muerte.
-AaaAaAyyyyyY NOOoOoooOo.
A Mark le dolieron los oídos ante el potente grito pero de ninguna manera detuvo su despiadado ataque de cosquillas en las zonas sensibles del menor.
-Sueltameeeeeeee- chilló, sin aire en los pulmones por la risa, sus ojos goteando lágrimas dolorosas y su cuerpo adolorido ya que el americano no le daba tregua alguna -MaArk, me mueroOo.
Lo dejó en paz por fin, cuando dejó de escuchar quejas y en su lugar solo hubieron gritos silenciosos y quebrados. Para su suerte lo había descubierto una vez de casualidad, Donghyuck es extremadamente débil ante las cosquillas y obviamente había usado ese hecho a su favor un par de veces, el moreno se pone muy molesto a veces pero no es nada que un par de cosquillas no puedan derrotar.
