Un dios extraño

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Wiss hizo tres intentos más con su otro yo para obtener más detalles sobre lo ocurrido, sin embargo, el sentimiento de fracaso se repetía una y otra vez. Era complejo hablar con aquel ángel Alternativo, aunque intentaba ayudar no hacía más que titubear cuando debía referise a su señor, los recuerdos dejados por éste en él fueron intensos, como llagas sangrantes en todo su ser, recordatorios desagradables para el desafortunado Wiss intruso. El otro, que se resignó en no seguir más con sus insistencias, lo dejó en paz cerrando la puerta de la habitación para ahora dirigirse hacia donde estaba su señor. Entendía bien que no le agradaría saber que en todo el tiempo transcurrido no logró cumplir con la orden que le había dado, más no era su culpa, simplemente no supo averiguar con más ímpetu siendo bastante cauteloso en su actuar ante ese par.

Luego de hallar a Bills recostado en su hamaca mientras leía una historieta se detuvo a su lado haciendo un leve sonido con su garganta para llamar la atención del dios, éste le lo miró de reojo dejando de inmediato la lectura de lado.

- Lo siento, señor Bills, pero no he logrado obtener información sobre la llegada de su copia y la mía.
- ¿Ah, si?.- dijo sin tanto ánimo-.
- Así es, me disculpo por ello, señor.
- ¡Tks! Maldición...

Dejó caer la historieta al suelo antes de levantarse de la hamaca y estirar sus brazos y piernas, como si hubiese adivinado con antelación el fracaso de su asistente en aquella tarea, se encargó entonces de completarla a su manera. Ante los ojos de Wiss desapareció del lugar reapareciendo nuevamente en el interior del subterráneo. Con sus manos reposando en su espalda baja caminaba en dirección a los barrotes brillantes de energía que mantenía Wiss, cuando éste estuvo a unos pasos lejos de su señor una orden dada por una voz grave le hizo acceder a quitar la seguridad que bloqueaba el libre albedrío de Bills Alternativo, sin preámbulos, el dios hizo reaccionar con una fuerte patada en el abdomen a su copia quien fue incapaz de defenderse ante tal golpe. La sangre escupida que cayó directo al suelo fue evidencia suficiente para comprender el nivel de fuerza ocupada por Bills.

- ¡Me tienes harto con tu presencia en mí Planeta! Ahora mismo dirás todo lo que sabes, maldita copia.- con otra patada en la misma zona lo levantó para acorralarlo contra la pared al mantenerlo presionado desde el cuello con su mano derecha-. ¡Habla!
- ¡Agck...!

Bills Alternativo pataleaba en el aire en un intento desesperado por volver a respirar, luchó con su poca fuerza de quitar la mano del otro pero era inútil, su estado débil no le permitía nada más que inspirar lástima a quien lo viera.
Sin embargo, esa asfixia no duraría hasta caer inconsciente al suelo pues en vez de eso nuevamente experimentó el dolor en su zona abdominal con un fuerte puñetazo dado por Bills para así dejarlo caer. Sin dejarlo ni un segundo en paz, Bills lo tomó de un brazo lanzándolo con fuerza contra la pared más cercana, precisamente la que contenía la gran puerta pesada de madera y metal, el dios copia quedó atrapado en el agujero que su propio cuerpo creó debido al impacto brutal al que fue sometido, las magulladuras y heridas profundas se hicieron presente desprendiendo con rapidez gotas y pequeños chorros de sangre que adornaban sus brazos, torso y piernas. Sacudiendo su cabeza con dolor, se libraba de unos cuantos escombros y polvo mientras el otro dios se acercaba a paso lento hacia él, a pesar de saber que no era oponente para Bills, de todas formas hizo el desesperado intento de defenderse colocando sus brazos frente a sí mismo para por lo menos lograr esquivar algún nuevo golpe que lo dañara aún más. No obstante, patético fue su método pues Bills desarmó su defensa con un par de manotazos que lo hicieron abrir los brazos dejándole el espacio libre para ser nuevamente atrapado por su cuello sucio y ensangrentado.

- ¿Cómo llegaron hasta aquí?
- N-No sé... ¡Sólo llegamos sin saber cómo...!
- ¡Mientes! Cruzar Líneas de Tiempo no sucede por algún truco de magia. Algo pasó y exijo saberlo.- apretó más el cuello de su copia haciéndolo estremecer de dolor-. Habla ahora o te arrancaré la cabeza si sigo apretando de esta manera.
- ¡Agck...!

Cómplice LocuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora