¿Quién tiene la razón?

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Después de pasados unos días luego de que Wiss y Bills Alternativo se vieron por última vez, el asistente continuaba con sus labores cotidianas tanto dentro del Palacio como en los jardines y bosques que lo rodeaban. Los días seguían pasando igual de lentos sin novedad alguna, salvo por el detalle que ahora habían dos extraños que Wiss debía custodiar y cuidar mientras su señor dormía despreocupado de cualquier problema que pudiera presentarse. Para Wiss esa rutina ya se había instaurado convirtiéndose en su nueva forma de llevar a cabo su trabajo como asistente y único sirviente del lugar, así como el tener que atender diariamente a su copia llevándole cada comida del día hasta su habitación, aún se negaba a salir del cuarto para ir al comedor, seguía sintiéndose inseguro y temeroso para merodear a solas por los pasillos del Palacio.

Durante el transcurso de esa noche, Wiss caminaba en dirección a la habitación de su contraparte para entregarle la cena la cual consistía en estofado de carne de res, ensalada mixta de diferentes colores, pudín de vainilla y chocolate junto a un vaso grande de jugo natural de fresa. Él ya había cenado en el comedor, por lo que ahora solo debía cumplir esta última tarea para culminar un día más en su rol de asistente. Golpeó suavemente la superficie de la puerta de la habitación de su copia quien le dio la bienvenida segundos después de haber dado el último toque. El ángel entró dejando la bandeja con la comida caliente mientras el otro se acercaba presuroso para sentarse, agradecer brevemente por los alimentos y por fin cenar. Como ya era costumbre, Wiss quedaba marginado del interés de su otro yo puesto que, para este, le era más importante comer que establecer algún tipo de vínculo amistoso con la única persona que se preocupaba de brindarle cuidados básicos como la alimentación y la seguridad. Sin embargo, como Wiss no tenía nada más que hacer y no tenía intenciones de irse de inmediato como suele hacerlo, se quedó ahí, de pie y en silencio esperando ser notado por su copia, más eso no pasó cuando el tiempo pasaba sin piedad lo que lo hizo llegar a su límite, sin darle tantas vueltas al asunto, rompió el silencio del lugar carraspeando brevemente con su garganta, esto llamó fácil la atención de su copia quien dejó de masticar por unos segundos esperando a que el otro hablara.

- Veo con asombro que comes con desesperación, ya sabes que puedes salir e ir al comedor a cenar conmigo.- dijo amable acercándose al borde de la cama para sentarse-. No deberías temer, estamos solos en el Palacio, ya te lo he dicho.
- Lo siento, pero no confío lo suficiente como para salir de aquí con tanta despreocupación, mucho menos sabiendo lo que es capaz de hacer mi señor.- respondió antes de darle un trago largo a su vaso de jugo para seguir comiendo-. Espero que se muera de una vez en donde está cautivo.
- Ese odio que tienes hacia él no hace más que aumentar, ¿verdad?
- Nunca dejaré de odiarlo por todo lo que me hizo. Él es maldad pura, nunca debió ser un dios.

La mirada molesta que le dio de reojo a Wiss hicieron hincapié en lo que recién había dicho dejando pensativo al ángel quien calló por unos instantes. Considerando en silencio las palabras de su otro yo y el poco tiempo que había pasado al lado de ese dios le hacían pensar que su copia estaba exagerando solo por mantener un sentimiento de odio tan arraigado en su contra. Aún así, Wiss seguía manteniendo la misma opinión de Bills Alternativo, había algo en este dios que lo convencían de que en realidad no era alguien malvado, sino una víctima de sus propios hechos y que, ahora negado de tener una mísera oportunidad de tener una vida un poco más decente, era un castigo merecedor por tomar malas decisiones a lo largo de su vida. Por lo menos Wiss lo veía de ese modo, en cambio, su copia, solo deseaba más que la muerte para su señor, aunque ocurriera ese anhelado deceso, seguiría siendo insuficiente para saciar su sed de venganza.

- Durante este tiempo que llevan aquí lo he estado visitando y me he quedado conversando y compartiendo con él por unas horas. Debo decir que tiene una personalidad bastante peculiar, es un tanto interesante y muy sociable como para que sea maldad pura como dices.
- No seas ingenuo.- dijo molesto el ángel Alternativo dejando de comer para quedar frente a frente con el otro que quedó atento al rumbo que estaba tomando esa charla-. Ese tipo tiene un talento excepcional para convencer a cualquiera. Ya te advertí que es muy bueno influyendo en los demás.
- No creo que me esté convenciendo de algo. Se ha mostrado amable conmigo. Quizás tenga problemas con el alcohol porque...
- ¡Es un tonto borracho que, con el alcohol, no hace más que despertar su peor lado para comportarse como la bestia que es!.- dijo exaltado levantándose de su asiento para quedar de pie frente a Wiss-. ¡No seas tan tonto, por favor! ¡Te está viendo la cara y no te das cuenta!
- Cálmate, y baja la voz. No me hables así.

Cómplice LocuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora