¿Jugamos dominó? (Parte II)

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Al día siguiente, Wiss volvió a bajar al subterráneo, tenía ganas de volver a jugar al dominó contra Bills Alternativo. Luego del primer encuentro en donde fue el gran perdedor, sentía la necesidad de demostrar que no era tan malo para jugar y que perfectamente podía ganarle sin tanta dificultad.
Decidió bajar hasta ese lugar luego de haber cumplido con todos sus deberes, incluso el de alimentar y cuidar de su copia quién ahora no hacía más que dibujar sus recuerdos de esa tarde en el jardín en las grandes hojas que el caballete disponía. Ahora que podía disfrutar abiertamente de su pasatiempo favorito, apenas y hablaba con su amable contraparte el cual intentaba entablar una conversación con él, pero que rápidamente se desvanecía en cosa de segundos.
Como ya era costumbre, Wiss quedaba rápidamente sin nada interesante que hacer en su tiempo libre, es por ello que ahora no lo pensó tanto como para volver a bajar al subterráneo y compartir un poco de su tiempo con el prisionero que custodiaba. Al encontrarse una vez más en ese sitio oscuro, avanzó sin prisa hacia donde estaba el dios. Éste, quien detectó la presencia de Wiss acercándose a él, se quedó en la posición que llevaba manteniendo apenas unos segundos antes de que Wiss entrara al subterráneo. Y es que, durante esa tarde, el dios se había propuesto ponerse de pie, por lo que, tras varios intentos esforzados y dolorosos, logró pararse sobre sus pies sujetándose fuertemente de la pared de rocas más cercana a donde habitualmente solía dormir y pasar el tiempo sentado. Su respiración agitada delataba su ubicación, por lo que Wiss fácilmente lo encontró con su mirada. Deteniéndose frente a los barrotes de energía, observaba con ligera sorpresa lo que Bills había logrado hacer por su cuenta, no pensaba encontrarlo de pie aún sabiendo que para ello estaba haciendo un gran esfuerzo y que en cualquier momento caería al suelo sin poder evitarlo.

- Hola, Wiss....-dijo jadeante el dios mientras evitaba perder el equilibrio con su cuerpo apoyado contra la pared-.
- Buenas tardes.
- ¿Vienes por la partida de dominó que quedó pendiente?
- Así es.
- Entiendo... Espera un poco...

Mientras Wiss hacía desaparecer los barrotes de energía que aguardaban a Bills Alternativo, éste levantaba lentamente su pie izquierdo del suelo para dar un pequeño paso hacia el frente. El dolor que le provocaba hacer esa simple acción era agobiante, tanto así, que no pudo seguir manteniendo su cuerpo apoyado contra la pared por lo que cayó al suelo, tal y como lo había previsto Wiss cuando lo vio momentos antes. Un fuerte quejido de dolor retumbó en el lugar y en los oídos del ángel que lo miraba en silencio desde su posición. Haciendo aparecer su cetro, encerró a Bills dentro de una burbuja protectora para dejarlo sobre la colchoneta que el día anterior dejó en ese mismo lugar. Luego de haberlo ayudado, se acercó un poco a él para mirarlo más de cerca.

- Tus piernas están en muy mal estado. No te esfuerces de más o terminarás teniendo un ataque al corazón.
- ¿Y eso qué? ¿No se supone que estoy aquí para morir? Da igual el cómo muera después de todo...

Bills terminó por sentarse luego de un par de intentos fallidos. El fracasar en su deseo de poder ponerse de pie y caminar lo aceptaba resignado. Aún así, más tarde volvería a intentarlo, no pararía de probar sus nuevos límites hasta conseguir lo que quería, aunque eso significara morir en el intento.

- ¿Jugamos?.- preguntó Wiss obteniendo al instante una respuesta positiva de Bills Alternativo.- Muy bien, espero no perder como ayer.
- Te lo vuelvo a recordar: No te regalaré ninguna victoria. Así que esfuérzate.- respondió Bills desafiante motivando a su adversario-. Tú empieza esta vez.
- De acuerdo.

Así comenzaron su segunda ronda de juego el cual duró un buen tiempo, el suficiente como para que Wiss quedara en evidencia al ser un pésimo jugador de dominó. Al perder otra vez por un amplio margen, fue el mismo Bills Alternativo que dio la jugada cúlmine para sellar su aplastante victoria, colocando su última pieza que mantenía entre sus sucios dedos, agitó su cola en señal de alegría ante la mirada indiferente y algo molesta de Wiss. Con un suspiro afligido, apretó el entrecejo mientras escuchaba los ruidos de alegría que hacía el dios con su garganta, por lo menos su ánimo se mantenía estable, eso lo agradecía Wiss ya que así no tenía mayores excusas para abandonar tan pronto el lugar, aprovecharía el buen momento para conversar un poco con ese dios de mentalidad ganadora.

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