Demasiado bondadoso

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Al siguiente día, Wiss volvió al subterráneo sin ánimos de hacer nada en especial en compañía del prisionero, más bien, solo quería vigilarlo unos minutos entre las sombras. Como nuevamente no tenía nada más que hacer y tampoco contaba con las intenciones de hacerle pasar un mal rato a aquel dios por lo sucedido el día anterior, se limitaría a observarlo a la lejanía, con unos diez minutos le bastaba, de todas formas, tampoco podía dejar de ir por tantos días ya que su intuición le decía que a ese dios le faltaba poco para por fin descansar, hecho que no esperaba con ansias, pero que tampoco le importaba en lo absoluto.

Al abrir ambas puertas y entrar a paso calmo hacia donde se encontraban los barrotes de energía, su atención se concentró en lo que, a lo lejos, visualizaba como un intento desesperado por ponerse de pie. Bills Alternativo luchaba con todas las fuerzas que tenía en que sus piernas pudieran resistir su delgado cuerpo y así poder mantenerse erguido aunque sea por unos segundos. Sin embargo, no lograba nada de lo que quería, apenas lograba apoyar las manos en la pared más rocosa para sujetarse de algún relieve que le diera el apoyo que necesitaba, su cuerpo completo temblaba por falta de fuerza y resistencia cayendo al suelo con facilidad. Aún así, el dios volvía a intentarlo otra vez sin esperar tanto tiempo para idear aunque sea una estrategia para no fallar en el proceso. Wiss observó, a metros de distancia, todas las veces que aquel lo intentó fallando cada vez con más facilidad, en su último esfuerzo, solo logró gatear un par de veces para luego caer rendido contra el suelo. La respiración agitada y sonora hacía un leve eco en el lugar dando cuenta que hizo todo lo posible por ponerse de pie.
El ángel, después de mirar en completo sigilo, decidió en ir a donde estaba, pero rápido cambió de decisión al ver que Bills ahora estaba soltando groserías y comentarios agresivos hacia sí mismo por haber fracasado, vio también cómo golpeaba el suelo con sus manos y antebrazos al no poder levantarse por su cuenta. Estaba tan cansado de todo lo que le pasaba que poco a poco iba perdiendo los ánimos de siquiera cambiar de posición para poder descansar mejor luego del gran esfuerzo que había hecho. Finalmente, se quedó ahí, acostado boca abajo y completamente en sosiego. En ese momento, Wiss decidió acercarse intentando dar pasos suaves para no emitir ruidos que pudieran delatar su presencia, poco a poco se fue acercando hasta quedar frente a los barrotes de energía. Entre medio de ellos, Wiss miraba atento el cuerpo débil del dios el cual descansaba sobre la tierra y la frialdad del piso del subterráneo.

- Sephire... Estoy pagando mis errores, debes de estar contenta donde quieras que estés...

Dijo Bills en un monólogo que inició luego de un par de minutos sin moverse de donde estaba. Dio un suspiro largo y cansado mientras pestañeaba lentamente mirando su mano que tenía frente a su rostro que apoyaba de lado en el suelo. Un semblante triste, como si estuviera a punto de llorar fue lo que más le llamaba la atención a Wiss quien seguía mirándolo mientras intentaba recopilar cada detalle de lo que el otro hacía.
Luego de haber escuchado esa frase donde mencionaba el nombre de una mujer, Wiss volvió a sentir lástima por él, más al notar que sus piernas estaban en muy mal estado y con parásitos que estaban comiendo la carne expuesta en las zonas por debajo de las rodillas. Las heridas eran grandes e irregulares, además de estar sucias e infectadas. Wiss no pudo evitar hacer una mueca de asco y de pena, él creía que no debía estar tan mal aunque eso en realidad no debía afectarle en lo absoluto. Aún así, no podía evitarlo, de todas formas, ese dios era la copia de su señor por lo que pensaba en él y en cómo se vería si estuviera en condiciones tan desoladoras.
Dudando un poco de lo que estaba pensando hacer, se atrevió a entrar para quedar de pie al lado del cuerpo del dios, ahí, viéndolo más de cerca, terminó por posicionarse de cuclillas y colocar su cetro por sobre las piernas de Bills, en cosa de segundos, las heridas, parásitos y huesos expuestos fueron sanados en su totalidad gracias a su cuestionable intervención. Luego de eso, Wiss hizo desaparecer su cetro esperando en silencio que Bills reaccionara después de recibir una acción inesperada por su vigilante.

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