♥Beauty Secretary - Jiley ♥

2- New work

-Un celular –Dijo seco- un iphone.

-¡Si, ya se lo que es!

-¿Y entonces para qué preguntas?

-Sólo que.. ¿A qué se debe esto? ¿Ah? –Dije mirándolo con mi ceño fruncido- ¿Acaso me das esto para que vuelva a recordar que mi antiguo celular era una mierda a comparación con este?

-Oye, oye –Me dijo con la misma expresión que yo hice- Solo te traje esto porque yo hice que tu celular se rompa, ¿Si? … Si estás pensando en devolvérmelo no lo quiero, te lo quedas. Ahora, buenas noches. –Pegó la vuelta y se iba alejando de mi. ¿Dónde están mis modales?

-Oye, Justin, ¿quieres pasar? –Dije apenada por lo que le había hecho. Él paró de caminar pero no se dio la vuelta.

-Buenas noches –Y siguió caminando hasta irse.

(…)

Ya estaba en mi escritorio trabajando para mi nuevo jefe, muy emocionada, pero  atareada, wow, esto si era cansador un montón de hojas arriba de mi escritorio. Pero vale la pena. El teléfono de mi escritorio sonó. Era mi jefe.

-Miley, ven a mi oficina.

-Okay, ahí voy-El cortó, yo me paré, abrí la puerta y entré a su oficina- ¿Qué se le ofrece?

-Llévale esto al gerente y dile que no se olvide de la reunión de hoy –Me extendió los papeles, yo los agarré, pegué la vuelta y me dirigí a la oficina del gerente, si él.

-Permiso –Dije después de un golpecito en su puerta para luego entrar, el alzó la mirada- Esto te da tu padre –Le di las hojas- Oh,  y dijo que no te olvides de la reunión de hoy.

-Claro, dile que no tengo amnesia, recuerdo todo, aquí el viejo es él no yo.- Que cretino hacia su padre.

-Okay –Fue lo único que dije y me dirigí hacia la puerta.

-¿No piensas decirle eso o si? –Yo negué- Ah, creí que eras bruta y no ibas a diferenciar el humor con el trabajo.

Bufé.

-Señor, no tiene por qué tratarme así.

-¿Señor? –Hizo una risa- Por favor, Justin, dime Justin. Y solo era parte del humor, tómalo a bien.

-Pues, no quiero que use su ”humor” conmigo. Hágame recordar no abrirle la puerta a humorísticos como usted. Por cierto, no se como sabe donde vivo.

-Tranquila, tus datos están aquí, ya lo sabes, no soy del FBI. Vaya ¿Así me agradeces mi regalo de ayer? –Dijo prácticamente haciéndose el ofendido.

-Yo no te pedí que me dieras ese regalo, pero se lo agradezco.

-Tutéame.

-Okay.

-Vete.

-Si. –Abrí la puerta y me marché.

(…)

Estaba en plena reunión con mi jefe, él estaba sentado en punta de  la gran mesa, yo estaba a su derecha parada, y a mi derecha su hijo haciendo como que si escucha a los inversionistas, empresarios y gerentes de otras empresas.

Yo solo le traía lo que quería a mi jefe o anotaba en mi libreta lo que quería que anotara y me mantenía duramente parada a su derecha. Lo “Duramente parada” me duró poco, ya que sentí como una mano tocaba mis piernas lentamente y disimuladamente, alcé mi mirada y era el idiota, miraba al hombre que hablaba y tocaba mis piernas muy disimuladamente, cretino, yo le pegue una patadita y el retiró su mano. Luego toco un poco mis muslos y parte de mi trasero, yo me alteré y pegue un saltito pero por suerte nadie lo notó, me alejé un poco del idiota para que sus asquerosas manos no estén a mi alcance.