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Contenido sexual. Se sugiere discreción.

Sábado por la noche y a pesar de estar sobrio, sentía mi pulso acelerado, mi piel caliente por el deseo que recorría mis venas y mi nariz picar por el dulce aroma de una noche prometedora

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Sábado por la noche y a pesar de estar sobrio, sentía mi pulso acelerado, mi piel caliente por el deseo que recorría mis venas y mi nariz picar por el dulce aroma de una noche prometedora. El frío de la noche no me importaba, muy pronto entraría en calor.

Había salido de mi apartamento como un depredador en busca de su víctima más dispuesta, pero sobre todo en busca de alguien que me haga pensar que es él.

Quería soltar la correa del ser que habitaba en mi interior y liberar todas y cada una de mis fantasías. El lugar de mi destino estaba frente a mí, pude sentir el cosquilleo de la excitación recorrer mi piel cuando ingrese al club nocturno.

Rose cuerpos que vestían de manera provocativa, algunos con trajes de cuero, otros con collares atados a correas otros tantos llevaban ropa que dejaba poco a la imaginación. Muchos de ellos me voltearon a ver, pero ninguno llamaba mi atención.

Hasta que...

Cerca de la barra me encontré a un chico, era perfecto para lo que buscaba, de piel nívea, cabello azabache brillante que reflejaba las luces de neón y de complexión angelical, su atuendo sólo lo complementaba; un croptop negro dejaba al descubierto su lienzo blanco, una falda corta de volantes al ras de sus muslos y un choker en su cuello con púas metálicas. Todo él era atrayente, pero no era a quién yo deseaba, sin embargo, sabía que con sólo dejar a mi imaginación volar lo que quería lo conseguiría.

Cuando nuestras miradas se encontraron no bastó más que una sonrisa de mi parte para que su atención estuviera puesta sólo en mí, le envíe una bebida antes de acercarme a proponerle mis intenciones. Pero él fue más atrevido y redujo todo tipo de espacio entre nosotros.

Las palabras no eran necesarias, ambos sabíamos a lo que veníamos a un lugar como este, pero sin duda debía preguntar que tan dispuesto estaba para llegar a sus niveles más altos del placer.

—¿Qué es lo que te gusta? — me incline hasta su oído para hablarle con voz ronca sólo para conseguir una reacción de su parte. El pequeño gemido que escapó de sus labios me hizo sonreír.

—Con un hombre como tú, todo lo que me quieras dar — me sonrió coqueto y se acercó más a mí, pasando sus brazos por detrás de mi cuello. Yo coloqué mis manos alrededor de su cintura, bajando peligrosamente a sus nalgas.

—En ese caso, creo que deberíamos subir — él asintió mordiéndose el labio inferior, dejándome ver que estaba más que dispuesto. Nos alejamos para caminar entre las personas y alquilar una habitación en el lugar.

Cuando estuvimos a solas, su actitud atrevida había desaparecido, dejando solamente a un chico tímido, esa fue la impresión que me dio pues él se había quedado quieto cerca de la puerta mientras veía todos los juguetes y accesorios en la habitación.

Seda Blanca  「 NamGi 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora