Seda Blanca 「 NamGi 」

XIV

Miércoles. 5:15 AM

Sin razón alguna había despertado a mitad de mi sueño para comenzar a pensar más de lo necesario.

Teniendo este sentimiento inexplicable que me hacía sentir frustrado, confundido y con un frío que no podía ser mermado. A pesar de estar cubierto por un cobertor medianamente grueso, el frío estaba en mi interior recordándome lo vacío que estaba por dentro.

¿Está rutina sería para siempre?

¿Hasta cuando seguiría con esto?

¿Algún día acabarían los días en donde despertaba con el ánimo por el suelo?

Ya no tenía caso intentar dormir, no conseguiría conciliar el sueño teniendo todos esos pensamientos rebotando en mi mente.

Hoy mi rutina comenzaría antes.

Miércoles. 6:27 AM

El aire frío de la mañana golpea mi rostro, muy pronto será remplazado por el calor abrasador del verano así que quería disfrutar el frío lo máximo que pudiera.

Camine por la acera sin tener un rumbo fijo, pero mi subconsciente me guiaba hacia un punto en el que sabía que podía encontrar un poco de consuelo, pensar en mi ángel de seda blanca calmaba el resto de pensamientos frustrantes que no me llevaban a ningún lado. Me senté en la banca que daba una amplia vista de su lugar de trabajo y suspire, aún estaba cerrado.

Quizá si me quedo el tiempo suficiente  pueda ver cuando abran el local, incluso podría inventar una escusa para acercarme. O… Quizá y sólo quizá pueda atreverme a enviar un pedido especial para él.

Mientras más lo pensaba más me convencía a mi mismo.

Por primera vez podría tener valor y hacer algo especial por él.

Miércoles. 7:37 AM

Fui el primero en llegar a la cafetería, está vez si traía las llaves conmigo así que me encargue de abrir el local, So Min y Jimin no tardarían en llegar, aunque este último terminaba su turno a medio día. Debido a los acontecimientos de ayer quizá también se presentaría Matthew, quien por cierto dijo que prefería ser llamado BM y aún se encontraba a prueba para ser contratado, Jin aún no me había mencionado el porqué de esa decisión.

Los antes mencionados aparecieron momentos después, uno a uno ingresaron en la cafetería e hicieron lo que les indique, parecía la misma rutina de siempre, pero está vez con un integrante nuevo al equipo. Estábamos por abrir cuando el jefe decidió aparecer.

—¡Buenos días! — un entusiasta SeokJin ingresó a la cafetería, iluminando el lugar con su sonrisa.

—Buenos días — sin embargo, los que estábamos presentes le saludamos con monotonía y al unísono. O bueno eso creí.

—Buenos días jefe — dos respuestas fueron dadas, pero sólo una había llamado la atención de Jin. Jimin era el causante de ello, tanto So Min como yo lo volteamos a ver con una ceja alzada sin comprender el porqué de tan escueto saludo. Él no era así.

Aún así Jimin nos ignoró, continuando con su labor de limpiar las mesas. Aunque estas ya estaban hechas.

—Amh… Yo, creo que iré con Matthew a la cocina — nos dijo Jin sin saber como reaccionar ante la actitud de Jimin, lo miro una vez más antes de caminar a la cocina seguido del chico nuevo.

So Minie y yo nos volteamos a ver después de eso, aunque podía ver que ella no estaba tan confundida como yo me encontraba.

—Será mejor que abramos ya — pude ver como se forzaba a sonreír en una mueca incómoda antes de alejarse e ir a la puerta de la cafetería.

Aún sin saber que es lo que pasaba me dirigí a mi lugar, apenas podía soportar mi propia existencia como para estar pensando en la de los demás, así que me quedaría para encargarme de limpiar las mesas y lavar trastos, cualquier cosa para no tener que estar en contacto con algún cliente.

—Jimin. Deja de frotar o atravesarás la mesa — espere que me respondiera con algún comentario ofendido, pero simplemente se quedó quieto antes de caminar en automático hacia el cuarto de limpieza. Quizás aún era demasiado pronto para estar feliz, después de todo ayer había pedido permiso para faltar a su turno de la tarde, la despedida de Hoseok aún estaba fresca en su mente.

El medio día llegó rápido, entre tantas mesas por atender el tiempo se sintió corto y me percaté de ello hasta que Jimin se quitó el delantal que usaba y se marchó, a penas despidiéndose de nosotros. No parecía triste, quizá molesto sería lo adecuado, ni siquiera se despidió de Jin.

Aquello fue tan extraño que tuve que detenerme en mi labor de cobrar la cuenta de una mesa para hablarle a So Min.

—¿Por qué JiMin está tan molesto? — no supe interpretar la mirada de mi compañera, pero esperaba que ella se encontrará de la misma manera que yo. En confusión.

—¿Molesto? Yo lo veo normal — ella se encogió de hombros y fijo su vista en otro punto del lugar, suspirando cuando alguien hizo sonar la campanilla de la puerta yendo directo a una mesa, ella ni siquiera espero y fue directo a tomar su orden.

—Si claro.